Yo prefiero voces antes que batutas. Es más, habitualmente voy al teatro sin saber quién es el director.

Y no se me olvide destacar al Nabucco principal, mi amigo el barítono mongol Amartuvshin Enkhbat. Si pueden, no se lo pierdan.

Yo prefiero voces antes que batutas. Es más, habitualmente voy al teatro sin saber quién es el director.

Para mí, lo más interesante es:
Siberia. Esta sobre todo lo demás. La conozco solamente por una grabación pirata antediluviana. Yoncheva y Hymel dan nivel al reparto.
Ángel de Fuego. La conozco por videos. Tiene lunares importantes: la Stundyte y Bieito.
Lakmé. Esta la vi hace un porrón de años en el Liceo, pero me parece muy oportuna su programación.
El resto, o está muy visto o directamente no interesa.

Ahora me doy cuenta de que Lakmé y Siberia son en versión de concierto.
Me borro. Decididamente, me borro.
Para eso, me pongo un disco.
Las óperas hay que hacerlas con sus decorados, sus trajes, sus pelucas, sus espadas y sin gabardinas ni maletas.

Pues yo estoy pasando una época de todo lo contrario: para ciertas puestas en escena, prefiero la versión de concierto, por lo menos no me agrede y las voces siempre son otra cosa (mejor o peor, según los casos).
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Me parece que en esa Lakme estuve yo ¿1980 puede ser? O hubo otra posterior ...

A mí me dan igual las voces y las batutas. Lo único que miro es quién es el director de escena.

Soy uno de los abonados afectados por las restricciones de aforo. Les he preguntado que qué harán con nosotros cuando se vuelva a la normalidad y el aforo sea del 100% y la respuesta, retórica y confusa como suele ser habitual, es que rellenemos el formulario ese de "avíseme" y que nos llamarán "con carácter preferente" para ver qué pueden hacer. Lo que significa decir, en la práctica, que de lo que nos dijeron al cancelar el abono la temporada pasada (que una vez superada la cosa, recuperábamos nuestro abono y localidad), nada de nada. Todo en línea con la política habitual de este teatro.

Ayer estuve viendo la presentación que colgaron completa en YouTube y pasaba, de forma intermitente, del leve sonrojo al total bochorno.

Bueno, al fin la tenemos. Como todas las demás temporadas que nos van llegando. No obstante, la veo un poco menos interesante que esta que está a punto de acabar. Menos mal que el Nixon en China viene en otra temporada, lo que mi bolsillo agradece

Fijo que iré, como es natural, al Ocaso. Intentaré ver a los dos Sigfridos, a Wolfsteiner y al gran Schager.

Me ilusiona la idea de ver un Rossini, ya que no veo ninguno desde el Tancredi de la Podles. Espero estar en esa Cenerentola.
Del mismo modo, me resarciré de la neumonía que en los reyes de 2018 me impidió ver la Bohème, aunque ya no será con ese tío bueno de Costello.
Intentaré estar en las Bodas con Moreno. A ver qué hace Lotte de Beer.
Naturalmente, no me perdería el Nabucco, que además cierra temporada.
Me apuntaría sin duda al Ángel de Fuego, a Partenope, a Lakmé y a Siberia. Ojalá vea estas dos últimas.

Me es imprescindible ir al ballet Bolshoi con esa Bayadera tremenda. Por lo demás, Dios prooverá. Me apunto "por siaca" (como decía una tía mía, que en paz descanse) el Rufus de Wainwright.