Pues una temporada bastante resultona para como están las cosas

Los mejor las dos óperas en concierto, tanto por los títulos como por los repartos. Entiendo que Bohéme recauda, y nadie va a dudar que es una obra maestra, pero Toscas y Bohémes un año sí y otro también, mientras Manon Lescaut y La Fanciulla del West llevan ausentes de Madrid desde 1978 y 1982 respectivamente... Pásmense.

Y un título tan atractivo como El ángel de fuego, más allá de Bieito... Gustavo Gimeno como batuta??? Por favor. Si traer españoles como sea significa esto, yo me quedo con la que ví en Munich con una memorable dirección musical de Vladimir Jurowski.

Estoy de acuerdo. Es una pena que lo más interesante sea en concierto, tiene pinta de que lo programaron de última hora en algún hueco, aprovechando cantantes que lo tenían preparado. Pero, bueno, también podemos ser positivos y considerar que han tenido reflejos para ello.

La bohème con producción de la casa se entiende para recaudar, algo menos otra nueva producción de Le nozze di Figaro.

Nabucco llevará décadas sin verse en Madrid y está bien programada, con el atractivo de Saioa Hernández (lástima que sea tan complicado redondear el reparto). Se podía haber puesto otro Rossini en vez de La Cenerentola (con producción «alquilada» como diría algún unelero), pero el reparto es apañado.

Partenope no se ve todos los días y en el Real nunca. Los repartos no son malos, aunque Costanzo...

El programa doble de Juana de Arco será interesante, aunque yo no sea nada furero en general creo que pueden hacer una buena labor aquí.

Lakmé y Siberia tienen mucho interés, El ángel de fuego es muy atractivo, aunque la elección de director sorprende.

Está bien que haya un estreno absoluto (El abrecartas) y que programen otra ópera contemporánea española (Las horas vacías).

Al final, hay unas cuantas cosas interesantes.

Por fechas de estreno hay una distribución razonable.

1691, 1730, 1786, 1817, 1842, 1876, 1883, 1896, 1903, 1938, 1954, 2007, 2018, 2022.

Más las difíciles de clasificar El nacimiento del rey Sol y Extinción, con música del seiscientos pero que difícilmente podemos contar como óperas (y que, francamente, no me parecen demasiado interesantes).

En fin, quizás no entusiasme mucho pero sale bien parada comparando con otros teatros similares y creo que tiene algo para cualquiera.

Me pregunto si el TR hará honor a su promesa, realizada telefónicamente, de mantener la plaza a los abonados a los que se les anuló el abono, también telefónicamente, por motivos del COVID.

Se nota que los grandes teatros tienen previsto abrir y que las grandes estrellas que han desfilado esta temporada vuelven por sus fueros. No están Radvanovsky, Camarena, Netrebko, Flórez (¡ni siquiera Kunde y Oropesa!), algunos de los cuales prefieren ofrecer conciertos. Aun así hay repartos apañados e interesantes. Coincido en que en lugar de La bohème, Las bodas de Fígaro y La cenerentola se podrían haber puesto otras distintas pero, para un aficionado ocasional, La fanciulla del West, El rapto en el serrallo o El asedio de Corinto no resultan tan llamativas. Vuelve Rossini, por cierto, tras varios años de ausencia.

Como curiosidad, los abonos no saldrán a la venta hasta que se permita un aforo total (se puede solicitar una especie de reserva que activa un aviso electrónico); y sobre los de esta temporada no se informa cómo darlos de baja, sólo que se renovarán automáticamente.

Ninguno de esos está en París con sus 200 y pico millones de presupuesto, que tampoco tiene a Yoncheva ni a Anduaga ni a Saioa Hernández. De hecho, ni siquiera los tienen en recitales.

Siempre se pueden pedir más estrellas, pero no siempre van a coincidir todas. Yo creo que hay un número razonable, antes pediría alguna batuta de relumbrón.

No me interesa prácticamente nada, pero me parece una buena temporada en las circunstancias que tenemos.
Otro rossini, por dios, con los que nos han puesto desde que reabrió el Teatro, con títulos incluso que sólo se ponen en Pésaro.

Al señor Angelini como Ramiro, deberán afinar el oído para escucharlo. Con Korchack no habrá problema.

Para mí, lo más interesante es:
Siberia. Esta sobre todo lo demás. La conozco solamente por una grabación pirata antediluviana. Yoncheva y Hymel dan nivel al reparto.
Ángel de Fuego. La conozco por videos. Tiene lunares importantes: la Stundyte y Bieito.
Lakmé. Esta la vi hace un porrón de años en el Liceo, pero me parece muy oportuna su programación.
El resto, o está muy visto o directamente no interesa.

Coincidimos como casi siempre.
A mi me interesan por partituras y solistas, Siberia y Lakmé. Poca cosa más

Pues yo estoy muy disgustado. En un abono de cinco títulos, se supone que de repertorio para muy tradicionales, me meten El abrecartas, una música que no sólo no me gusta sino que me disgusta. Me parece muy bien que la estrenen y que vaya a verla quien quiera, incluso no me importaría en un abono completo, pero metértela de rondón en un abono que claramente tiene otro enfoque, me parece una invitación a marcharse. Más grave aún teniendo en cuenta que este año no hay posibilidad de cambios.

Ahora me doy cuenta de que Lakmé y Siberia son en versión de concierto.
Me borro. Decididamente, me borro.
Para eso, me pongo un disco.
Las óperas hay que hacerlas con sus decorados, sus trajes, sus pelucas, sus espadas y sin gabardinas ni maletas.

Yo siempre he dicho que los abonos rígidos preprogramados me parecen un atraso. Vería lógico un abono a la carta, que dé ciertas ventajas o descuento por comprar X entradas elegidas de golpe (como se hace en muchos teatros).

En cualquier caso, el abono es solo un producto comercial más. Si no compensa no hay más que no renovarlo y comprar entradas sueltas, me resulta difícil de entender la perspectiva de sentirse ligado a él.

Eso me pasó a mí en Les Arts hasta que me cansé de que me metieran en el abono cosas que no eran Ópera, como conciertos y similares. Desde entonces, saco entradas sólo para lo que me interesa.

Yo prefiero voces antes que batutas. Es más, habitualmente voy al teatro sin saber quién es el director.

Y no se me olvide destacar al Nabucco principal, mi amigo el barítono mongol Amartuvshin Enkhbat. Si pueden, no se lo pierdan.