@lm@viv@ escribió:
No creo que falte afición a la Opera, ¿dónde la hay entonces?, pero la gente tiene responsabilidades que atender aparte de sus aficiones y no siempre se puede acudir a todo lo que se quiere, lógico que seleccione y que, por ejemplo, las óperas en concierto que dan en el Auditorio o los recitales varios tengan menos gente. También hay un sector que va a lucirse, como por otra parte sucede en cualquier espectáculo y, no olvidemos, que, muy probablemente, si hoy hay ópera en Oviedo se debe a que "los que van a lucirse" mantuvieron la Opera cuando nadie la apoyaba. Supongo que se merecen también un respeto.
"Los que van a lucirse" tienen mi respeto, como parte del público sin el que la ópera no sería posible, puesto que la mayoría son abonados y de muchos años. Pero me resulta sorprendente que no se vaya igual a lucir palmito a un recital cuando la gente se está dando tortas por ver a la Bartoli en Valladolid o Madrid, viajando no pocas veces para hacerlo, y los ciclos de grandes voces de esas dos ciudades, que son los que conozco un poco mejor, funcionan mucho mejor que lo que se programa aquí. Pongamos el caso de Valladolid, donde realmente no hay la misma solera en cuanto a afición a la música vocal, con una temporada de ópera mucho más reducida. ¿Por qué allí sí va la gente a los conciertos y no tienen que regalar la mitad de las entradas? Yo creo que sí es como para pensarse si realmente aquí existe afición a ir a la ópera o a escuchar ópera, lleve o no escenografía.
Por otra parte hay que decir que es un ciclo con mayor difusión a través de la página web, cosa que no siempre sucede con los recitales organizados por la ópera de Oviedo, y que incluso puedes ver las calles empapeladas con carteles anunciando lo que se va a programar en el Delibes durante todo el mes. Aquí de no ser por el foro muchos ni nos habríamos enterado de Le Villi.
Por último creo que da una malísima imagen estar siempre regalando entradas a diestro y siniestro la semana antes del famoso recital, y lo digo siendo una de las beneficiadas. Pero creo que resulta feísimo ir a una ópera, como les pasó a compañeros con el "Compendio sucinto de la revolución española" y encontrarte a gente repartiendo invitaciones a la puerta cuando tú has comprado tu entrada sólo para que la cosa no se quede casi vacía.
Tal vez sería más interesante olvidarse de los "Alrededores de" o replantearse cómo se hacen, mucho más, desde luego, que cargarse las óperas infantiles que tanto éxito estaban teniendo como veo por la entrevista a J. M.