El señor Bosi incluso se ha vuelto más internacional que De Palma, habiendo cantando no pocas funciones de comprimario de lujo en el Met de Nueva York y en otros teatros importantes de Europa.

Permita que lo dude, estimado amigo. Piero De Palma (a quien tuve el placer de su conocer durante una cena junto a su amable esposa) no habrá cantado en el MET, pero no creo que Bosi tenga su renombre, su larga trayectoria profesional y, sobre todo, el gran número de grabaciones que acumuló durante tres décadas bajo la batuta de tantos prestigiosos directores. Me parece que nunca un comprimario como él ha cosechado su fama y reconocimiento.

Como siempre las palabras elegidas traicionan.

Con la frase más internacional, no pretendí situar méritos superlativos sino solo una circunstancia fáctica nada más.

No han sido pocos cantantes de gran valía, que estuvieron cómodos en sus fronteras y menos aún se preocupaban para cruzar el charco y no pisaron el Met como Fischer-Dieskau.

Eso no los hacía ni mejores ni peores y en el caso de don Piero eso está fuera de discusión.

Aclarar que sí cantó en el Met, pero en 1992 en una sola ocasión y ya en horas otoñales, siendo eso otra curiosidad del teatro de la Gran Manzana, que se acordó de tenores comprimarios de fama, ya prácticamente en el retiro, como Michel Sénechal y Hughes Cuenod.

Debutó en el MET en 1992 como Caius (Falstaff), es decir, ya tardíamente.

Desde luego Piero De Palma es un clásico coprimario de muchas grabaciones y apuesta segura, siendo difícil que el aficionado a la discografía no le tenga cierto cariño. Yo de momento a de Bosi no lo tenía fichado (aunque yo no sea referencia en absolutamente nada).

Cuando ese Bosi llegue a tener la mitad de grabaciones de estudio que De Palma, hablamos...

Anoche asistí a la última función de la Forza del destino que tuvo lugar en la sala del Piermarini. Confieso que me gustó más de lo que me esperaba. En el reparto, la soprano rusa Elena Stikhina (Leonora) fue una grata sorpresa. Emisión mórbida y homogénea en todo el registro, buena proyección, apreciable en dinámicas y reguladores; en Pace, pace mio Dio pudo lucir una preciosa mezzavoce. La dicción es buena, el fraseo tampoco estuvo mal.

En el papel de Don Alvaro, Luciano Ganci no terminó de convencerme. Emisión irregular además de algo engolada en el centro, fraseo poco expresivo ( La vita è inferno all'infelice), pero buen registro agudo con notable squillo, aunque galleó el si bemol de "Leonora mia". Amartuvshin Enkhabt, Don Carlo di Vargas, fue el verdadero triunfador de la sola función que cantó. El teatro se vino literalmente abajo con su "Urna fatale".

En cuanto a Vasilisa Berzhanskaya ( Preziosilla), anunciaron que estaba indispuesta, pero no quiso renunciar a cantar y no estuvo mal. Correctos, Simon Lim (Padre Guardiano) y Marco Filippo Romano (Melitone). Muy bien coro y orquesta, bajo la batuta de un gran Chailly en una de sus mejores actuaciones de los últimos años. Puesta en escena sin pena ni gloria.