1.3. La obra hasta el día de hoy. Historia de un malentendido
En su época, Maestros fue el mayor triunfo de Wagner, estableciéndose una especial relación entre la ciudad de Munich y la obra, donde se representa todos los años en el seno de su festival de ópera. Acogida, como dijimos, con fervor por el público, fue despreciada por críticos como el famoso
E. Hanslick, aquel que se dice sirvió como modelo para Beckmesser.
Eduard Hanslick
Asimismo, durante mucho tiempo Maestros fue considerada como una obra en la cual Wagner se vengaba de sus críticos, contraponiendo sus ideas sobre la nueva música frente a los defensores de la tradición alemana encarnada en Brahms (personalmente siempre encontré esa contraposición absurda. Ambos compositores me fascinan), y personificándose en su personaje principal, Hans Sachs, al que hace pronunciar, exponer y defender muchas de las ideas que él mismo cree. De hecho, en Maestros se habla mucho, como ya sabemos, y se habla mucho acerca de la música, de su forma, esencia y necesidad de evolución.
Maestros se representó por primera vez en Bayreuth en 1888, con producción de Cósima y dirección de
Hans Richter, y ha conocido a las grandes batutas de la colina verde:
Mottl,
Busch,
Muck,
Furtwängler,
Knappertbusch,
Cluytens,
Karajan,
Böhm etc... Desde el punto de vista escénico, y si las cuentas no me fallan, ha conocido 10 montajes, siendo el último el perteneciente a su bisnieta
Katharina.
¿Y qué ha pasado desde entonces? Pues un poco de todo. La obra, como todos sabéis, rezuma germanismo, explicable desde los presupuestos artísticos e ideológicos del propio Wagner. Sin embargo, desde su estreno se ha cometido siempre el error de entender ese germanismo en el sentido en el que los tiempos han mandado, en un imperdonable anacronismo. Todos conocemos la utilización que desde el nacionalsocialismo se hizo de esta obra. Se convirtió el nacionalismo alemán de Sachs en arenga contra invasores y en defensa de la barbarie que el nacionalsocialismo suponía. Se ridiculizó a Beckmesser mostrándolo como el típico judío avaro, merecedor del castigo que sufre. Se explicó el debate artístico planteado en la obra como la dialéctica entre el nuevo mundo nazi y el caduco mundo europeo. La representación de Meistersinger se convirtió en una reunión de jerarcas del partido y se exaltó la obra como un modelo de conducta del “buen pueblo alemán”.
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Jaro Prohaska, Frieda Leider, Max Lorenz, Helge Rosvaenge, Maria Müller, Hitler y Winifred Wagner. Bayreuth 1937. Estremecedor.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=bOUcrahvB24&feature=related [/youtube]
La famosa representación de 1943, que comentaremos próximamente. Terrorífico
¿Qué hay de verdad en todo ello?
NADA. Como con tantas cosas, el nacionalsocialismo tomó elementos del pasado de la cultura alemán como símbolos identificativos, deformándolos y corrompiéndolos hasta dejarlos casi irreconocibles. Y, he de reconocerlo, todo esto me pone enfermo. Si hay algo que detesto, es que la barbarie de los hombres destroce, marque para siempre, una obra que hoy sería entendida de otra forma totalmente distinta si de ella no se hubiera hecho tanta propaganda en determinada época. La actuación del nacionalsocialismo en esta materia ha marcado, como he dicho, para siempre, la obra. La arenga de Hans Sachs hoy sería como el Va Pensiero de Verdi, un clamor por una sola nación propio del XIX, si todo eso no hubiera sucedido. Pero sucedió, y no podemos evitar recordarlo cuando escuchamos el final ¿verdad? Personalmente, lo detesto, es de esas injusticias históricas que me sublevan. Por eso me sienta como una patada en los ****** que se equipare la obra y el nacionalsocialismo a la ligera, como queriendo hacer un chascarrillo. Lo siento, pero en cierto modo me he vinculaod sentimentalmente a la obra, y los ataques a la misma, sobre todo de ese tipo, me afectan.
Por otro lado, este pasado ha de ser exorcizado, y no es fácil. Yo siempre he dicho que Meistersinger, especialmente su final, debería entenderse como el Va Pensiero, un clamor de una patria dividida, y ya está. Lo peor de todo: el mensaje caló, y muchos ignaros directores de escena meten nazis en la obra, continuando el falso mito, desde una comprensión de la obra totalmente errada. A este último respecto, hablaremos en el próximo punto de las puestas en escena que han ido reflejando, a lo largo del tiempo, la concepción que de esta obra se ha tenido…
Me interesan mucho vuestras opiniones en la materia. Gracias de antemano
Quiero por fin suscitar debate en esta materia:
es necesario sacar a los fantasmas de los cajones de la casa de Hans Sachs, para poder volver a disfrutar totalmente con Meistersinger