Bien, vamos allá con las reglas.

Primera prueba



Las viejas leyes de Nuremberg predicaban que NADIE salvo un maestro cantor podía defender a un maestro cantor. Algo absurdo, pero que estaba en esas rancias normas que los maestros veneraban. Por tanto, eran pocos y debían defenderse a sí mismos.

Mientras Quint y Sid proponían establecer un sistema de profundos "registros personales", a Sachs se le ocurrió algo muy sencillo: debían buscar guardaespaldas.

Y ese es nuestro primer juego: buscar guardaespaldas

¿Y cómo se hace eso? Pues muy sencillo:

Cada Maestro deberá proponer dos candidatos a guardaespaldas, escogidos entre el mundo de los personajes operísticos, y demostrar (de la forma más retorcida y absurda posible) que serían buenos defensores de la integridad personal de un maestro. Para esto vale cualquier argumento, por extraño que sea, y cualquier personaje (ej: Azuzena sería buen guardaespaldas por ser gitana y como el Marquis es noble, no se acercaría a un gitana ). Habrá que aportar ejemplos sonoros y videográficos.

Eso sí, debereis estar dentro de vuestro personaje. Algo habeís apuntado cada uno de biografía, y tendreis que ceñiros a ella. Que sea al menos creíble.

Pero claro, para que el guardaespaldas os proteja, debe ser Maestro Cantor. En consecuencia, los demás deberán consentir que sean nombrados tales. Para ello, los demás deberán ser quisquillosos a más no poder, deberán hurgar en la propuesta como el más fiero de los Merker, señalando fallos canoros, argumentales o de cualquier clase. En suma, los demás deberán ser Risto, ser malvado y cabrón en grado sumo. ¿Por qué?

Por que el Maestro que ya tenga guardaespaldas está protegido de la muerte, y al final de esta prueba, al menos 1 Maestro morirá: o bien el último en conseguir protección o bien el que consiga la protección más débil. Y esto será, como he dicho, a elección de los demás.

Tenemos una semana de plazo. Hasta las 17.00 del domingo que viene.

Ya saben: Sean absurdos argumentando, y cabrones atacando. Solo asi sobrevivirán

Dónde me he metido Dios mío?


Mmmmm, elijo de momento como primer guardaespaldas a...

Don Ottavio

Que me han dicho en la agencia (de guardaespaldas, malpensados) que es muy valiente Y creo que apreciará mis jabones.

Y que mejor forma de guardarme las espaldas que con Kraus, claro http://www.youtube.com/watch?v=BeHYx1InpyY

Comenzamos con las cabronadas: Don Ottavio no vale, a mi juicio. Y no vale porque es un meapilas, que va a remedo de un argumento en el que no pinta nada. ¿Cómo va a ser guardaespaldas un personaje que tiene entre sus primeras frases aquello de "Ah, socorrete amici, il mio tesoro"? Este tío no mueve un dedo ni para rascarse las orejas. Mi concepto de guardaespaldas es radicalmente diverso del rol de Ottavio. Me opongo a la candidatura de Sid.

Suscribo suscribo. El mayor calzonazos de la Historia de la Ópera no vale como guardaespaldas. Sid, busca mejor

Qué pareja de cabezas cuadradas que no aceptan la ironía

Me quedo con Don Ottavio, que acaba de llegar y se muestra muy interesado por el jabón de olor a pistacho del Ganges.

Mi primera candidata.

Sachs ha confeccionado zapatos para muchos nobles alemanes, pero también algunos extranjeros. Una de sus mejores clientas (tiene pies de cabra como el diablo y necesita zapatos a medida) es

LADY MACBETH

pero no cualquier Lady Macbeth. Esta:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=qnJaz8-dLvs[/youtube]

Ningún asesino se acercaría a algo así . Además nuestros asesinos son expertos y sibaritas opereros, más a mi favor

Un problema de método, Sharpless: ¿quién decide se las cabronadas críticas son suficientes para tirar atrás una candidatura?

La cofradía en pleno. Todos deben pronunciarse a favor o en contra de los demás con argumentos (cabrones, pero argumentos). De momento la de Sid lleva 2 en contra. Si la mayor parte está en contra de dicha candidatura y llega el domingo y Sid no tiene guardaespaldas: zas!, fiambre

OK. Así sí.

Mi candidato es Sparafucile: para qué te vas a complicar la vida con aficionados. Mejor es tirar de profesionales. Me hace un precio muy bueno, además. Mi hombre se llama Cesare, Cesare Siepi:

http://www.youtube.com/watch?v=DcvO0G-upV0

A ver quien se mete conmigo con esos graves del amigo Cesare.

Si entendierais las cosas a la primera no haría falta explicar

Todo el mundo sabe por qué Don Ottavio no se muestra muy... apasionado con Doña Anna. Estoy convencido de que arriesgará su vida para salvar a un exótico muchacho indio como Hermann Sidd Ortel, algo más cercano a sus gustos.

Lady Macbeth es buena candidata, le gusta la sangre... Pero por las noches no cuentes con que te proteja, sonámbula perdida. y durante el día con ojeras y agujetas por no descansar bien. Si eso es una guardaespaldas

Contra Sparafucile no tengo nada

1. Sparafucile, como buen asesino A SUELDO, puede acabar matándote por la espalda si nuestros enemigos le pagan mejor

2. OK. Levanto el veto sobre Don Ottavio

3. ¿Y quién te ha dicho a ti que yo no tengo un guardaespaldas para las noches? Ya verás

Don Ottavio le recogería el jabón a un apuesto muchacho indio, eso ni lo dudes. Pero jugarse la vida ya es otro cantar. Aunque sea sólo por joder, y nunca mejor dicho, mantengo mi oposición.

Lady Macbeth es bastante solvente, en principio: pero tiene ciertos desajustes psicológicos, y la Zampieri ni hablemos. Creo que Lady Macbeth es contraproducente como guardaespaldas: llama a la muerte en lugar de alejarla. ¿Quién no ha soñado con apuñalar a su Lady Macbeth? Ergo: me opongo a la candidatura de Sharpless.

p.d. me vais a mandar a la porra sí o sí...

Tú quieres al guardaespaldas para algo más que para defenderte....

Recontando:

Propuesta de Sid: Don Ottavio: 1 veto

Propuesta de Sharpless: Lady Macbeth: 1 veto

Propuesta de Spi: Sparafucile: 1 veto.

Voy a ver si levanto ese capcioso veto que recae sobre mi candidatura: Sparafucile es asesino a sueldo, en efecto. Pero sólo él y yo sabemos en qué consiste ese sueldo. Y no son moneditas, precisamente. Hace años que intercambiamos parejas: su hermanita Maddalena y yo llevamos tiempo liados; lo mismo sucede entre él y mi mascota, el gato Hobbes (no sólo el maestro de Sid iba a tener tentaciones zoofílicas...). Se trata de una prestación de servicios que nos liga recíprocamente sí o sí. Ergo: no lo podéis sobornar, salvo que tengáis a mi gato.