Don Ottavio, Sparafucile y Mephistophele: en un primer momento pensé en vetarlos, porque sus servicios dependían del trato carnal (con los Maestros o con sus gatos), y los asesinos os/les podían pillar con la guardia bajada y mataros en el acto (nunca mejor dicho). Pero, pensándolo bien, y habiendo leído estas sombrías palabras:
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y al final de esta prueba, al menos 1 Maestro morirá: o bien el último en conseguir protección o bien el que consiga la protección más débil.
y sabiendo
todo lo que ha de saber una cebra para sobrevivir en la sabana, no les veto.
En la agencia de guardaespaldas pregunté por el Príncipe de Persia, James Bond y Jack Bauer, pero me informaron de que los tres son personajes de ficción, y yo necesitaba personajes operísticos de carne y hueso. Finalmente he optado por contratar los servicios de dos hombres íntegros, leales y discretos: Wolfram von Eschenbach y Kurwenal. Además de sus virtudes morales, ambos son alemanes (no hablo más que esta bendita lengua, y no sabría como pedir auxilio en italiano o francés), ambos son barítonos, que siempre impone, y ambos son mozos fuertes que prestarían sus brazos para ayudarme a devanar las madejas de lana sin protestar (¿por qué protesta todo el mundo cuando ha de prestar un servicio tan simple?). Wolfram y Kurwenal serán buenos guardaespaldas.