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Patriarca latino de Antioquía |
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Registrado: 06 Jun 2007 10:05 Mensajes: 7813 Ubicación: In partibus infidelium
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2.2 Escena de Eva y Walter
Vamos a seguir con las catas y la narración del argumento de la obra. Walter von Stolzing, caballero francón, se halla en Nuremberg para hacer una serie de negocios con el orfebre Veit Pogner, maestro cantor. Desde que ve a su hija Eva, cae enamorado de ella, y, con intención de hablarle, de dirige a ella tras el fin del servicio. Veamos que le dice:
WALTHER Verweilt! - Ein Wort ein einzig Wort!
EVA (sich schnell zu Magdalene umwendend) Mein Brusttuch... schau! Wohl liegt's im Ort.
MAGDALENE Vergeßlich Kind! Nun heißt es: such!
(Sie geht nach den Kirchstühlen zurück.)
WALTHER Fräulein! Verzeiht der Sitte Bruch! Eines zu wissen, Eines zu fragen, was müßt ich nicht zu brechen wagen? Ob Leben oder Tod? Ob Segen oder Fluch? Mit einem Worte sei mir's vertraut: - mein Fräulein, - sagt...
MAGDALENE (wieder zurückkommend) Hier ist das Tuch.
EVA O weh! Die Spange?
MAGDALENE Fiel sie wohl ab?
(Sie geht abermals suchend nach hinten.)
WALTHER Ob Licht und Lust, oder Nacht und Tod? Ob ich erfahr, wonach ich verlange. ob ich vernehme, wovor mir graut: Mein Fräulein - sagt...
MAGDALENE (wieder zurückkommend) Da ist auch die Spange. Komm, Kind! Nun hast du Spang' und Tuch... O weh, da vergaß ich selbst mein Buch!
(Sie geht nochmals eilig nach hinten.)
WALTHER Dies eine Wort, Ihr sagt mir's nicht? Die Silbe, die mein Urteil spricht? Ja oder nein! ein flücht'ger Laut: mein Fräulein, sagt seid Ihr schon Braut?
MAGDALENE (die zurückgekehrt ist und sich vor Walther verneigt) Sieh da! Herr Ritter? Wie sind wir hochgeehrt: mit Evchens Schutze habt Ihr Euch gar beschwert! Darf den Besuch des Helden ich Meister Pogner melden?
WALTHER (leidenschaftlich) O, betrat ich doch nie sein Haus!
MAGDALENE Ei! Junker, was sagt Ihr da aus? In Nürnberg eben nur angekommen, wart. Ihr nicht freundlich aufgenommen? Was Küch und Keller, Schrein und Schrank Euch bot, verdient es keinen Dank?
EVA Gut, Lenchen, ach! das meint er ja nicht; doch von mir wohl wünscht er Bericht, - wie sag ich's schnell? Versteh ich's doch kaum! Mir ist, als wär ich gar wie im Traum! - er frägt, - ob ich schon Braut?
MAGDALENE (heftig erschrocken) Hilf Gott! Sprich nicht so laut! Jetzt laß uns nach Hause gehn; - wenn uns die Leut hier sehn!
WALTHER Nicht eh'r, bis ich Alles weiß!
EVA (zu Magdalene) S'ist leer, die Leut sind fort.
MAGDALENE Drum eben wird mir heiß! Herr Ritter, an andrem Ort!
(David tritt aus der Sakristei ein und macht sich daran, schwarze Vorhänge zu schließen, wodurch das Schiff gänzlich vom Chor abgeschlossen wird.)
WALTHER Nein! Erst dies Wort!
EVA (bittend zu Magdalene) Dies Wort!
MAGDALENE (erblickt David und hält an; zärtlich für sich) David? Ei! David hier?
EVA (zu Magdalene) Was sag ich? Sag du's mir!
MAGDALENE (zerstreut, öfter nach David sich umsehend) Herr Ritter, was Ihr die Jungfer fragt, das ist so leichtlich nicht gesagt. Fürwahr ist Evchen Pogner Braut -,
EVA (lebhaft unterbrechend) Doch hat noch keiner den Bräut'gam erschaut!
MAGDALENE Den Bräut'gam wohl noch niemand kennt, bis morgen ihn das Gericht ernennt, das dem Meistesinger erteilt den Preis...
EVA Und selbst die Braut ihr reicht das Reis.
WALTHER Dem Meistersinger?
EVA (bang) Seid Ihr das nicht?
WALTHER Ein Werbgesang?
MAGDALENE Vor Wettgericht.
WALTHER Den Preis gewinnt?
MAGDALENE Wen die Meister meinen.
WALTHER Die Braut dann wählt?...
EVA (sich vergessend) Euch - oder keinen!
(Walther wendet sich, in großer Erregung auf und ab gehend zur Seite.)
MAGDALENE (sehr erschrocken) Was, Evchen! Evchen! Bist du von Sinnen?
EVA Gut, Lene, laß mich den Ritter gewinnen!
MAGDALENE Sahst ihn doch gestern zum ersten Mal?
EVA Das eben schuf mir so schnelle Qual, daß ich schon längst ihn im Bilde sah! Sag, trat er nicht ganz wie David nah?
MAGDALENE Bist du toll! Wie David?
EVA Wie David im Bild.
MAGDALENE Ach! - meinst du den König mit der Harfen und langem Bart in der Meister Schild?
EVA Nein! Der, des Kiesel den Goliath warfen, das Schwert im Gurt, die Schleuder zur Hand, das Haupt von lichten Locken umstrahlt, wie ihn uns Meister Dürer gemalt!
MAGDALENE (laut seufzend) Ach, David! David!
DAVID (der hinausgegangen und jetzt wieder zurückkommt, ein Lineal im Gürtel und ein großes Stück weißer Kreide an einer Schnur schwenkend) Da bin ich: wer ruft?
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WALTHER ¡Aguardad! ¡Una palabra! ¡Una sola palabra!
EVA (volviéndose a Magdalena) ¡Mi manteleta! ¡Búscala! ¡De seguro quedó allí!
MAGDALENA ¡Niña olvidadiza! ¡Ahora me pides que la busque!
(se dirige a los bancos de nuevo)
WALTHER ¡Señorita! ¡Perdonad este atentado a la buena educación! Pero ¿qué no me atrevería a romper por preguntaros tan sólo una cosa? ¿Si la vida o la muerte? ¿Si la salvación o la condenación? Reveládmelo con una palabra... Decid, señorita...
MAGDALENA (de regreso) Aquí está la manteleta.
EVA ¡Oh, qué desgracia! ¡El pasador!
MAGDALENA ¿También se ha caído?
(retrocede otra vez, buscándolo)
WALTHER ¿Si la luz y el aire o la noche y la muerte? ¿Si llegaré a saber lo que anhelo o si tendré que conocer lo que me atemoriza? Decid, señorita...
MAGDALENA (otra vez de regreso) Aquí está el pasador. ¡Vamos, niña! Ya tienes alfiler y pañuelo... ¡Oh, ahora he olvidado yo mi libro!
(retrocede ligera una vez más)
WALTHER ¿No me diréis vos una sola palabra? ¿La sílaba que decida mi suerte? ¡Sí o no! Este fugaz murmullo... ¡Decid, señorita! ¿Estáis ya prometida?
MAGDALENA (quien ha vuelto y hace ahora una reverencia a Walther) ¿Y bien, señor caballero? ¡Cuán honradas nos sentimos! ¿Os habéis impuesto la protección de Evita? ¿Puedo anunciar al maestro Pogner la visita del héroe?
WALTHER (apasionadamente) ¡Si no hubiera entrado yo en su casa!
MAGDALENA ¡Vaya, señor hidalgo! ¿Qué decís? ¿No fuisteis amistosamente recibido apenas llegado a Núremberg? ¿Es que no merece gratitud quien os ofreció cocina, bodega, armario y despensa?
EVA ¡Bueno, Lenita, ay! No piensa él en eso. Pero sí quiere una respuesta mía. ¿Y cómo puedo darla tan de prisa? ¡Apenas lo entiendo Es como si soñara... Me pregunta... si estoy prometida.
MAGDALENA (sobresaltada) ¡Dios sea loado! ¡No hables tan alto! Dejadnos ir a casa... ¡Si nos ve aquí la gente!
WALTHER ¡No hasta que yo lo sepa todo!
EVA (a Magdalena) No hay nadie, la gente se ha ido.
MAGDALENA ¡Pues esto es lo que me inquieta! ¡Señor caballero, cada mochuelo a su olivo!
(David sale de la sacristía y corre unos negros cortinajes que sirven para separar totalmente el coro de la nave)
WALTHER ¡No, primero esa palabra!
EVA (rogando a Magdalena) ¡Esa palabra!
MAGDALENA (se detiene al ver a David y dice para. sí) ¿David? ¡Vaya! ¿David aquí?
EVA (a Magdalena) ¿Qué diré? ¡Dilo tú por mí!
MAGDALENA (distraída, mirando a David a menudo) Señor caballero, lo que preguntáis no puede ser contestado tan fácilmente. En verdad, Evita Pogner está prometida...
EVA (interrumpiéndola con vehemencia) ¡Pero aún no ha visto nadie al novio!
MAGDALENA Nadie sabrá quien es el novio, hasta que sea decidido en el juicio de mañana cuando se premie a un maestro cantor...
EVA ... y la misma novia le ofrezca la flor.
WALTHER ¿Un maestro cantor?
EVA (inquieta) ¿No lo sois?
WALTHER ¿Un concurso de canto?
MAGDALENA Ante un tribunal.
WALTHER ¿Y ganará el premio?...
MAGDALENA Aquél a quien elijan los maestros.
WALTHER ¿Y entonces elegirá la novia?
EVA (espontánea) ¡A vos, o a ninguno!
(Walther se aparta a un lado y se pasea muy agitado) MAGDALENA (muy asustada) ¡Cómo! ¡Evita! ¿Estás en tu juicio?
EVA ¡Bueno, Lena, quiero ganarme al caballero!
MAGDALENA ¿Pero si lo viste ayer por primera vez?
EVA ¡Sí, y me impresionó mucho, porque es tal y como lo veía desde hace tiempo en el cuadro! Di, ¿no es en todo igual a David?
MAGDALENA ¿Estás loca? ¿A David?
EVA A David, en el cuadro
MAGDALENA ¡Ah! ¿Piensas en el rey del escudo de los maestros, con el arpa y las largas barbas?
EVA ¡No! En el que derribó a Goliat con un guijarro, la espada en el cinto, la honda en la mano, y la cabeza ornada de rizos dorados, como nos lo pintó el maestro Durero.
MAGDALENA (con hondo suspiro) ¡Ay, David! ¡David!
DAVID (quien había salido y regresa ahora, con una regla en el cinto y haciendo girar un gran trozo de tiza atado a una cuerda) ¡Aquí estoy! ¿Quién me llama?
El comentario, a continuación. Vayan escuchando mientras tanto
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