_Sharpless_ escribió:
Vamos a continuar con las catas.
Nos situamos en la Iglesia de Santa Caterina, en el Nuremberg de finales del siglo XV, principios del XVI, y se oye al buen pueblo alemán cantar un coro
Coroque canta lo siguiente:
DIE GEMEINDEDa zu dir der
Heiland kam,
willig seine Taufe nahm,
weihte sich dem Opfertod,
gab er uns des Heils Gebot:
das wir durch sein' Tauf uns weihn,
seines Opfers wert zu sein.
Edler Täufer!
Christs Vorläufer!
Nimm uns gnädig an,
dort am Fluß Jordan!
LA COMUNIDADAl venir a ti el Salvador,
para recibir por tu mano el bautismo,
se consagraba al sacrificio
y nos daba el mandato divino:
que por su bautismo
nos santifiquemos
para ser dignos de su sacrificio.
¡Noble Bautista!
¡Precursor de Cristo!
Acógenos a tu lado
en el Jordán!
Escuchen y deleitense con uno de los trozos más bonitos de la obra. Y
PREGUNTA: ¿Qué compositor influenció la composición de este coro?
Vamos a comentar un poco el coro en cuestión. Como vemos, se trata de una pieza litúrgica dedicada a San Juan (Hans
) Bautista, cuya fiesta se celebra al día siguiente. Se le exalta como precurso del Cristo y como Bautista (yo os bautizo con agua, pero vendrá el que os bautice con Espíritu Santo). Este Juan Bautista ya es el santo, el personaje de la Iglesia, no el Jokanaan al que estamos acostumbrados en Salomé
Sin entrar en teologías varias, hay cosas que tienen en común.
Si hay algo que me llama la atención de este coro, es que parece
realmente provenir de otra época. Perfectamente enlazado con el preludio, su sencilla belleza lo contrasta con las exhuberantes fanfarrias del preludio. Una sencilla linea vocal coral, y acompañamiento con órgano y una orquesta que, en lugar de acompañar a las voces,
diseña unas hermosas melodías con las cuerdas y los vientos, que a la mitad del coro evocan, de nuevo, el tema de Walther, que, como indica el libreto, se halla presente en el servicio, más observando a Eva que otra cosa.
La versión de
Kubelik, frente a otras,
se distingue por potenciar estos dibujos de las cuerdas y los vientos, que vuelven a evocar temas expuestos en el preludio. El coro, que empieza demasiado fuerte, se modera y hace aparecer el fervor religioso en su canto a partir de la segunda intervención. El órgano, por ejemplo, está mucho más contenido que en otras versiones, sirva de ejemplo Kempe, que escucharemos mañana, donde el órgano tiene un protagonismo esencial. Aquí es la cuerda y el viento, es la orquesta la que acompaña a las voces. El final del coro, con esa subida orquestal tan propia de Meistersinger, está dirigido mucho más rápido que en otras grabaciones. La orquesta se prepara para recibir a los solistas, a los que escucharemos mañana, en un curiosísimo diálogo
PD: Mr. S., gracias por Gould