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Patriarca latino de Antioquía |
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Registrado: 06 Jun 2007 10:05 Mensajes: 7813 Ubicación: In partibus infidelium
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El amigo Matti caracterizado como Pogner
De lo incluido hasta el momento en la cata, considero muy interesante el aria de Pogner, que es una pieza preciosa para bajo, y que permite además exhibir muchos matices distintos, lo cual la convierte en una pieza muy querida por los intérpretes de Pogner (más que nada porque es su único momento de lucimiento )
Vamos a escucharla en la versión de René Pape con Solti.
Aria Pogner
Aquí el libreto, como siempre, bilingüe
Das schöne Fest Johannistag, ihr wißt, begehn wir morgen: auf grüner Au', am Blumenhag, bei Spiel und Tanz im Lustgelag, an froher Brust geborgen, vergessen seiner Sorgen, ein Jeder freut sich wie ein mag. Die Singschul ernst im Kirchenchor die Meister selbst vertauschen; mit Kling und Klang hinaus zum Tor auf offne Wiese ziehn sie vor; bei hellen Festes Rauschen das Volk sie lassen lauschen dem Freigesang mit Laienohr. Zu einem Werb- und Wettgesang gestellt sind Siegespreise, und beide preist man weit und lang, die Gabe wie die Weise. Nun schuf mich Gott zum reichen Mann; und gibt ein Jeder, wie er kann, so mußte ich wohl sinnen, was ich gäb, zu gewinnen, daß ich nicht käm zuschand': - so hört denn, was ich fand. In deutschen Landen viel gereist, hat oft es mich verdrossen, daß man den Bürger wenig preist, ihn karg nennt und verschlossen. An Höfen, wie an niedrer Statt, des bittren Tadels ward ich satt, daß nur auf Schacher und Geld sein Merk der Bürger stellt. Daß wir im weiten deutschen Reich die Kunst einzig noch pflegen, dran dünkt ihnen wenig gelegen. Doch wie uns das zur Ehre gereich, un daß mit hohem Mut wir schätzen, was schön und gut, was wert die Kunst, und was sie gilt, das ward ich der Welt zu zeigen gewillt; drum hört, Meister, die Gab, die als Preis bestimmt ich habe! Dein Singer, der im Kunstgesang vor allem Volk den Preis errang, am Sankt-Johannis-Tag, sei ein wer ein auch mag, dem geb ich, ein Kunst-Gewogner, von Nüremberg Veit Pogner mit all meinem Gut', wies's geh und steh, Eva, mein einzig Kind, zur Eh'
Como sabéis, mañana celebraremos la hermosa fiesta del día de San Juan. En la verde pradera, entre plantas florecidas, con la alegría del festín y de la danza, todos bien satisfechos, cada uno olvidará sus preocupaciones y se divertirá como le venga en gana. Los maestros incluso, cambiarán el solemne marco de la escuela de canto en el coro de la iglesia, llevándolo por la puerta con todos sus músicos hasta la pradera donde estallará el alegre tumulto de la fiesta, y dejarán que el pueblo escuche, con su oído profano, el torneo de canto. El premio de la victoria se otorgará a una canción, en concurso, y será tan generoso que alcanzará igual celebridad que la melodía premiada. Dios me ha hecho, en fin, rico, y como cada uno debe dar conforme a sus posibilidades, así he pensado lo que yo debía dar sin que haya de avergonzarme: escuchad, pues, lo que he resuelto... He viajado por los países alemanes, y a menudo me ha enojado el poco aprecio que se tiene a los burgueses y que se les llame groseros y mezquinos. Estoy harto de oír en palacios y aldeas que el burgués sólo está a gusto allí donde se trate de dinero y de comercio. Por ahí no se creen que nosotros seamos los únicos que aún cuidamos del arte en toda la extensión del imperio alemán. Yo creo que debería mostrarse al mundo cuánto nos honra nuestra preocupación por lo bello y por lo bueno, y cómo honramos el arte y su utilidad. Por esto, oíd, maestros, cual es el premio que concederé: al vencedor del concurso de canto que alcance el premio ante el pueblo, en el día de San Juan, si así lo desea, daré yo, Veit Pogner de Núremberg, un amante del arte, a Eva, mi única hija, en matrimonio con todos mis bienes.
Comienza desarrollando el tema de Pogner, que ya comentaremos cuando le demos más caña al tema de los motivos en esta cata, mientras el Maestro Pogner nos describe la tradicional celebración del día de San Juan en Nuremberg, cuando los maestros salen al prado a divertir al propio pueblo y a celebrar un concurso.
Tras esto cambia Pogner de aires y dice esa frase que me gusta mucho: "Dios me hizo, es cierto, rico", y explica su compromiso por el arte. Como un Jown Rawls antiguo, Pogner es consciente de que al tener más, debe dar más por el arte. A continuación la música se enturbia mientras Pogner pinta el retrato que de los burgueses se tiene en Alemania, como ha podido comprobar en sus viajes. Él quiere demostrar que eso no es cierto, y para ello ha dispuesto algo especial (que describe mientras comienza a asomar el tema de la fiesta del tercer acto). La orquesta va en crescendo mientras Pogner anuncia que ofrecerá todo su dinero y la mano de su hija Eva al ganador del concurso de canto, en una apoteosis del tema de Pogner.
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