2.1. Preludio
El preludio de Maestros es una de las piezas más célebres de la obra. Un buen amigo, en su infinita maldad, dice que Wagner se podría haber ahorrado el resto de la obra, pues todo esta ahí
La verdad es que hemos de reconocer que Wagner se lucía en sus preludios, y que son justamente famosos. Este es, para mi gusto, el mejor junto con Parsifal y Tannhäuser.
Musicalmente hablando, podemos definirlo como el desarrollo musical de un sólo motivo:
el motivo de los Maestros, el cual se expone desde el inicio para elaborarse y reelaborarse en sucesivas ocasiones. Si nos fijamos con atención, la mayor parte del material del preludio se expone después en la escena del concurso de canto, en la entrada de los Maestros. Y no sólo eso, sino que los motivos dibujados en este preludio reaparecerán cada vez que algún personaje haga referencia a esta institución. Sirva de ejemplo, como veremos, la frase que veremos en la siguiente capítulo: "Ein Meistersinger muss es sein!". A ella me remito pues.
Sin embargo, y a pesar de que este motivo predomina, encontramos ya también el
tema de Walther, que curiosamente, es un tema que evoluciona desde el inicio de la obra hasta el final hasta convertirse en el
motivo del Preislied, aunque en el preludio nos aparece ya elaborado como al final de la obra, curiosamente unido al
motivo del amor que suena a continuación de la exposición del motivo de Walther.
Con gran inteligencia enlaza Wagner tras esto el
motivo de David (esas notas cortas por lo vientos) para volver a exponer el motivo de Walther, alterado pues se mezcla con el motivo de los Maestros, que vuelve a ser expuesto con las mayores fanfarrias posibles y la mayor brillantez. Iniciamos así el camino a un crescendo orquestal al final de la pieza para escuchar, por último, una impresionante reexposición del motivo de los Maestros, con la orquesta a todo tren.
Que podemos decir de la dirección de
Kubelik. Que es ligera y transparente, que el edificio que construye no es piedra, como Kna, ni mármol blanco, como Kempe. Es puro cristal. Los motivos fluyen y la orquesta nunca pierde ese talante vitalista que debe acompañar a esta pieza, y en sí a toda la obra.
Curiosamente, el final parece cortado en nuestra grabación. El por qué, en el próximo capítulo...
EDITO: Versión del Uri Caine Ensemble AQUI