Gino escribió:
Pues yo podría contarles de varios expertos wagnerianos a los que el legato de los cantantes les parece secundario, casi un fetichismo de "amante de los gogoritos", frente a la mística, el drama y la orquesta.
Yo en Verdi prefiero hablar de patetismo, de grandiosidad, de énfasis y nobleza. Nervio me suena a distefanos, guelfis y esas hierbas (aunque seguro de que b no va por ahí)
Hay que tomar medidas frente a los "expertos wagnerianos", Gino. Son individuos de alto riesgo.
Bromas aparte, por supuesto, el legato es fundamental en el 85 por ciento del repertorio, por dar una cifra. Pero no sólo de legato vive el canto, faltaría más. En Verdi, como en Wagner, está clara la complejidad de requerimientos: desde la dicción hasta el legato, pero sin olvidar ese acento mordiente, ese nervio dle que hablaba b, pero capaz de contrastar con la melancolía, la nobleza o el patetismo. Por reconducir la cuestión al Macbeth que nos ocupa: ¿qué apreciamos más en un barítono que aborda el rol, un buen legato o un énfasis patético y noble, cariacontecido? Pues ni lo uno ni lo otro: el "Pieta, rispeto, amore" se queda en agua de borrajas sin la suma de ambos.
En el fondo es un problema de comunicación, de léxico. Pero creo que nos entendemos todos en lo fundamental cuando hablamos de legato y mordiente y nos referimos a Verdi.
En el caso de Ramey que desata esta discusión lo que intento decir -y lamento no disponer del corte de audio para subirlo, sólo tengo el video- es que logra componer un Bancuo más que solvente a través de una coloración, de unos acentos y de un fiato genuinamente verdianos. El problema es esa tendencia al "stacatto" allí donde no está marcado que siempre aprecio en el Ramey de los 80, y que se solventó en buena medida cuando la voz ganó peso en los 90. Para que se hagan una idea de lo que digo, piensen, para el primer caso, en su "Fin ch´an dal vino" del Don Giovanni con Karajan: fabuloso, dándolas todas en ese canto rápido, pero parece una simple ametralladora de notas. Al fraseo le falta una ligazón fundamental todavía. El segundo caso, el de un canto solvente en el legato, estaría con el Zaccaria de Ramey de los 90 y su "Tu sul labbro...", lento, matizado, y sin ofrecer sensación alguna de que el fraseo se resienta por ello, merced, ya digo, a un legato muy capaz. En el caso de su Bancuo, estamos en una situación intermedia.
Disculpas por la parrafada.