No creo que tenga demasiado sentido hacer una guía de audición exhaustiva del Prólogo de Ariadne auf Naxos. Así como, dentro de lo que cabe, en la Ópera se puede seguir hablando de alguna forma de números independientes, el Prólogo, con su carácter mayormente recitado, no puede “exponerse” de la misma forma. Tengo que reconocer además que soy bastante contrario a las guías de audición muy exhaustivas, porque siempre entrañan el riesgo de que el ponente (normalmente muy entusiasmado con la obra) trate de verbalizar lo que significa (para él) cada momento de la obra y lo que debe sentirse en el mismo. Creo que erraría si lo intentara hacer en una ópera tan abierta a las interpretaciones como Ariadne auf Naxos.
Por eso, creo que es mucho mejor proporcionar las herramientas para que cada uno vaya construyendo (en la medida que quiera) su propia vivencia de la obra. Y para ello (además del libreto, esencial y muy accesible), quizá sea útil señalar los motivos musicales de los que se dota Strauss para dar unidad a un Prólogo donde lo teatral tiene una preponderancia grande sobre lo musical. La técnica del leitmotiv ya estaba absolutamente interiorizada por la literatura musical en esa época, y el uso que Strauss hace de la misma es francamente útil no sólo para relacionar (y también distinguir) dos partes que ocurren en dos planos distintos, sino también para definir a sus personajes y sus circunstancias.
No pretendo etiquetar los temas a lo Deryck Cooke, darles un nombre o explicar su genealogía y desarrollo armónico, sino tan sólo, ayudar a reconocerlos. Es decir, sólo me propongo describir los motivos, quedando abierto el debate para todo el que quiera opinar sobre el significado de algún motivo, citar sus reapariciones, opinar sobre su desarrollo, etc.
Para empezar resulta muy práctico el preludio del Prólogo, riquísimo en temas que tendrán una gran importancia en la obra. Ya los dos primeros compases del preludio nos dan pistas (casi únicamente rítmicas) de dos de los personajes de la obra: el Mayordomo (asociado al timbal y a sus intervalos de cuarta) y Zerbinetta, con sus corcheas punteadas sobre las mismas notas que seran características en algunas partes (las iniciales, fundamentalmente) de su gran escena. Pero es en el tercer compás cuando entra el primer tema de la obra, un elegante y vivaz motivo ascendente:
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Sin embargo, en su tercera ascensión, el tema cae de una forma muy peculiar, dando lugar a un motivo nuevo, algo más enigmático y desesperanzado.
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El tercer tema aparece más tarde y tiene otro carácter; es un vuelo en negra y tresillos de corchea animado y libre:
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(Por cierto, en este punto, si escuchamos a los violines segundos y a los oboes por debajo de este tema oiremos una escala descendente de La Mayor parecida a la de “Doch da ich unverwandelt von dir gegangen bin” de Baco en la Ópera):
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Después de una frase de la cuerda grave (que parece bajar “tropezando” a Fa), el fagot presenta un nuevo tema esencial, un ascenso escalonado y juguetón, fácil y divertido:
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En un mundo totalmente distinto se sitúa el siguiente motivo: una escala expandida, lírica, enorme, avasalladora, que toca el cielo al alcanzar su tónica superior:
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Y casi de seguido, una frase de la flauta sugiere un ritmo elegante y ternario, casi un jovial vals:
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Tras una intervención del oboe, las flautas tienen después un descenso en terceras en tonos menores y lúgubres:
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Y todavía antes del desenlace, la cuerda tiene tiempo de introducir, en compás y medio, un último tema (ya muy familiar para los seguidores del “baúl”):
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Para ser el primer post, creo que con esto es suficiente. En mi opinión, estos motivos son muy prácticos y adelantan ya bastante información sobre Ariadne auf Naxos. ¡Nos seguiremos adentrando!