Atrasada y escuchando, como de costumbre. Gracias, Siddharta
Ahora, considerando que solo con Felipe tuvimos ocho páginas, ¿no convendría usar otro hilo para los demás?
Verdi, por cierto, es un maestro para presentar "malos" no monolíticos. A pesar de su amor por Shakespeare, se señaló muchas veces que este último suele introducir malos de una sola pieza que lo único que tienen de positivo es su honestidad, como Yago o Lady Macbeth. En cambio, la ambivalencia humana es reservada para los protagonistas (Otello, Hamlet) tan capaces de sentimientos nobles como de bajezas espantosas.
Para mí, Felipe es una auténtica asquerosidad y el mérito (meritísimo) de Verdi es no presentarlo como un "malo genético" sino en su contexto de gobernante en situaciones complejas, de padre frustrado, de fanático religioso. Y mostrar, sobre todo, que hay sentimientos que no tienen ética, como el amor o la soledad, y no es necesario ser un alma pura para experimentarlos.
La escalofriante escena que ustedes estuvieron comentando es muy decisiva: sin adornos, Felipe le pide permiso al Gran Inquisidor (omito calificativos para no adelantarme) nada menos que para matar a su hijo
sin condenarse, le preocupa su pellejo post-mortem a este animal egoísta. Muy hipócrita, por otra parte, le habla de su conflicto político con el hijo y no de la rivalidad por Elisabetta, lo que más le pesa y sobre lo que acaba de cantar.
Y el Inquisidor, por supuesto, lo autoriza. Felipe puede justificarse cuanto quiera diciendo que el trono siempre debe obedecer al altar, ah, sí, los malos siempre encuentran justificativos cuando quieren, bien que se negó cuando le pidieron a Posa ...
Dicho sea de paso, me gusta más en italiano ... Sigo escuchando, baci,
Maddalena