Tras dos páginas de discusiones sobre uno de nuestros temas recurrentes, provocadas por mi incontinencia manejando el cálamo volvemos a
Norma.
Coro - Scena e Cavatina (Norma): Unos 16 minutos de duración, sin el Coro
El esquema tonal es:
Coro Mi bemol mayor
Recitativo Mi bemol mayor
Cantabile Sol mayor ( muchas veces transportada un semitono o tono entero, ya Bellini permitió a Pasta cantarla en Fa mayor, la misma tonalidad de la cabaletta)
Tempo di mezzo Mi bemol mayor
Cabaletta Fa mayor
Entre el recitativo y la
cabaletta de Pollione el Coro proporciona continuidad sobre la marcha gala ya presentada anteriormente, con protagonismo de los metales.
La escena está planificada por Romani en base a veintiséis líneas de verso libre que forman el recitativo, ocho líneas de versos
ottonari para el
cantabile, un breve diálogo también en
ottonari para el
tempo di mezzo y finalmente ocho versos
settenari para la cabaletta.
Bellini aplica esta misma estructura a la música. Norma va recitando los versos, puntuados por la orquesta, especialmente los metales, y las contestaciones de Oroveso. La soprano ve aquí exigida su zona media y grave para dotar de la adecuada solemnidad a las palabras proféticas “Io ne volumi arcani…” que recita.
A continuación comienza una de las páginas más célebres de la historia de la ópera, anunciada por la flauta con el acompañamiento de las cuerdas. Se trata de plegaria “Casta Diva”, las dos estrofas tienen exactamente la misma música. En este
cantabile, Bellini escribe una de sus mejores “melodie lunghe”, con el inusual encanto tímbrico de la flauta y el añadido ocasional del óboe. Mientras la cantante desgrana las frases con un ritmo hipnótico nos vamos disolviendo en un éxtasis sonoro, el tiempo se ha detenido. Contribuye a esta impresión el comienzo, en una cadencia que hace presagiar el final.
En el
tempo di mezzo retorna la ya familiar marcha gala, de nuevo en la belicosa tonalidad de Mi bemol mayor, “Fine al rito…”. Al final de esta sección Norma se refugia en su interior, pensando en su amor por Pollione y culmina en una introducción orquestal para la
cabaletta modulando ya a Fa mayor. Esta
cabaletta es
bel canto en estado puro, con enérgicos tempi que el cantante debe negociar haciendo endiabladas vocalizaciones y llegar al do5. Al final todos abandonan la escena con la omnipresenta marcha gala.
Aunque la escena tiene lugar al pie del altar de Irminsul, el dios guerrero, “Nume irato e fosco” que exige sangre y sacrificios, la plegaria de Norma está dirigida a la diosa de la luna, un canto de paz, no de guerra. En la
cabaletta Norma se reconoce traidora a su pueblo y sus dioses, pero fiel a la llamada imperiosa del amor. La persona más importante del pueblo sicambri, su profetisa, la sacerdotisa Norma está preparada para desafiar a todos por el amor de un hombre despreciado por el resto de la comunidad. “E vita nel tuo seno, e patria e celo avrò”.
Hay extraordinarias interpretaciones de esta escena en la discografía. A fuerza de escuchar “Casta Diva” hasta en anuncios de coches hemos llegado a banalizar esta música, pero si nos sumergimos en ella recobra intacto su poder de seducción. Y para esa inmersión, quién mejor que la gran
Maria Callas, aquí en las funciones de Londres en 1952, en todo su esplendor con sólo 29 años de edad.