Las inconsistencias del libreto han sido señaladas hasta el hartazgo, pero las repito porque estoy didáctica (además de empecinada, como habitualmente).
En primer lugar, La flauta es una fábula, un cuento mágico, así que el mismo género pide que los bandos estén claramente delimitados: los buenos por un lado, los malos por el otros; la parejita espiritual por aquí, la terrenal por allá. Los cambios de bando no se deben a la sutileza ni a una delicada reflexión sobre la ambivalencia de la naturaleza humana, etc etc, sino a defectos del libreto: no hay transición entre el bien y el mal sino que, súbitamente, el que era bueno en un acto se pasa al otro lado en el siguiente y listo.
No sé si será cierta la historia de que Schikaneder cambió de opinión cuando iba por la mitad, pero es verosímil: en el 1º acto presenta todos los elementos para que la Reina sea la buena y Sarastro el malo que le raptó la hija.
Por ejemplo:
El equipo de la Reina: estos deberían ser los malos, pero todas las ayudas le vienen de aquí a Tamino y compañía. Le dan la flauta mágica (nada menos), las campanitas y los tres genios que tanto admira Simon
. Qué malos tan chambones, auxiliándolo para la empresa contraria. Encima, las damas castigan a Papageno por ser mentiroso y los tres niños le dan nobles consejos sobre la constancia, la firmeza, etc. Gente muy íntegra.
El equipo de Sarastro: ni una mísera ayudita, le manda al príncipe las más j %&$ pruebas y no le presta ni un destornillador (esto fue un chiste, antes de que protesten). Lo importante es que Sarastro será el más sabio de todos, pero a la hora de contratar la servidumbre deja que desear, a diferencia de la Reina. A Monostatos, nada menos, le confía el cuidado de la nena, vamos … a un lascivo guardián de esclavos … ¿
Esclavos, dije? ¿Qué hace el noble Sarastro con esclavos? ¿Este es el símbolo del gobernante ilustrado? Fines del siglo XVIII y masones, nooooooooo, en el 1º borrador de Schikaneder seguro que Sarastro era una porquería y no lo corrigió porque no tenía tiempo (o porque era un descuidado).
Por otra parte, como reflexión medio anacrónica (extra-flautística, por lo menos), a mí Sarastro me cae antipático porque es un flor de machista. Además, como panfleto masón La flauta no resulta muy convincente: Papageno fracasa sistemáticamente en todas las pruebas y sin embargo consigue todo lo que desea en la vida. A mí, por lo menos, no me convence nadie de pasar por todas las penurias de una iniciación después de ver qué bien les va a los que no se inician …
Baci,
Maddalena