pasaelmocho escribió:
1. Raina Kabaivanska. Evidentemente, una mujer que fue una gran cantante, y con dotes de actriz excelentes. Al final del primer acto y en los saludos finales ha sido la más aplaudida. Aquí entro en la eterna duda de siempre con los cantantes mayores: se les aplaude más por su carrera o por el esfuerzo de haber acometido ese papel a su edad que viendo un poco objetivamente los resultados obtenidos. Pero la ópera es eso, y así hay que asumirla y disfrutarla. A mí me hubiera gustado una contralto contundente para la priora. Sin embargo he tenido a una mujer -excepcional, sí- que ha servido dramáticamente al personaje, pero no vocalmente. ¿Aplausos merecidos? Por supuesto, pero a mí me queda el interrogante flotando.
2. La escena final. Salvada por la maravilla de la música y el tremendo efectismo dramático, pero poco brillantemente resuelta tanto a nivel orquestal como escénico. ¿Por qué? Porque no me ha hecho estremecerme a cada caída de hoja de guillotina.
(A partir de aquí, quien vaya a ir a verla pero aún no lo ha hecho que deje de leer porque voy a describirla).
Cada golpe de guillotina tiene que ser un ruido silbante y seco. Y el sonido ha sido más orquestal que mecánico, con una especie de redoble que más parecía un fusilamiento que una guillotina. Demasiado secuencial, demasiado largo, poco contrastado con la música, poco BRUTAL en definitiva.
Y escénicamente también lo mismo: las monjas están haciendo una especie de baile (discutible pero bueno, no molesto) y al caer la guillotina cada una para de manera muy lenta y cae al suelo también muy despacio. Como todas están en movimiento, al principio cuesta ver que ha caído una y también se pierde esa brutalidad que creo que tiene que tener la escena: golpe de guillotina -> una voz menos -> un personaje menos.
Son, digamos y sin ganas de crear polémicas, los puntos que yo creo más discutibles sobre la función de esta noche, una función excelente de una obra clave del siglo XX. Doy las gracias a quien la haya programado.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que respecta a la escena final. Sin ser un desastre, rebaja el magnífico espectáculo que supone el resto de la ópera.
Sin embargo, sobre Raina Kavaibanska, quisiera matizar que en la noche del estreno estuvo mejor vocalmente que el día 10, cuando la escuché por segunda vez, y por lo que escribes que en la función a la que asististe.
Es verdad que el papel es muy grave para su registro, pero en esa primera representación el resultado estaba más cerca del que obtuvo Régine Crespin ( otra soprano que lo abordó ya veterana ) que a las dificultades evidentes por las que pasó al día siguiente.
En cualquier caso, sus dotes de actriz son impresionantes y aún con el problema de voz incluido, para mí sigue estando descomunal y da toda una lección en escena.