Regine Crespin (Die Marschallin)
Yvonne Minton (Octavian)
Helen Donath (Sophie)
Manfred Jungwirth (Ochs)
Otto Wiener (Faninal)
Murray Dickie (Valzacchi)
Anne Howells (Annina)
Luciano Pavarotti (Ein Sänger)
Wiener Philarmoniker
Sir Georg Solti
Regine Crespin debutó la Mariscala en el Festival de Glyndebourne de 1959. Tres años después debuta en el MET, uno de los teatros que más la quiso, en la producción del Rosenkavalier que monta Lotte Lehmann.
Harold C. Schonberg en el New York Times escribió:
She gave a simply beautiful performance. A rather large and handsome woman, she proved a brilliant actress who handled herself with complete finesse. And vocally she was far out of the ordinary.
Her voice is extremely large, but as she sings the sound is never extended. She is not a vocalist who has to operate at maximum. Its lack of vibrato makes the voice tend a little toward coolness, but that does not mean there was no color in it. Miss Crespin, as the artist she is, employed all kinds of delicate shading.
The most unusual thing about the voice, though, was its absolute security. In matters of production and intonation, Miss Crespin was at all times a flawless technician. She never had to slide into a note, nor grope for it, and was in complete command. And when she let out, the voice soared over the orchestra and all over the house-big, confident, and beautiful.
Coach de Crespin, la Lehmann diria más tarde que el trabajo con Crespin fue "una experiencia artística de nivel superior"
10 años después del debut encontramos a una Regine Crespin con la voz algo castigada en los extremos (entre otras cosas, las Brünnhilde con Karajan terminaron por pasar factura endureciendo el agudo) pero todavia dotada de esa voz arrebatadoramente sexy y ese homogeneo, morbidísimo y voluptuoso sonido (y qué pianisimos!!) y sobretodo estamos ante una excepcional artista que destila en esta grabación el aprendizaje y el rodaje de años con el personaje. Para mi, Regine Crespin consigue el retrato más acabado de la Mariscala. En el primer acto ella es la Princesa con toda la pompa pero también con toda la soledad que hacía la Schwarzkopf, mezclada con el fascinante retrato de la mujer joven pero consciente de su progresiva madurez que hacía Lisa della Casa y con unas gotas de la enamoradiza pero fuerte mujer sin pizca de autocompasión de Lotte Lehmann unido todo con las tremendas experiencias vitales de la propia Crespin. Sería una perdida de tiempo (y bastante ridículo por mi parte) intentar analizar mínimamente el excepcional fraseo de la Crespin, sus intenciones y todas las emociones y claroscuros que contiene. Simplemente un ejemplo, ante el cándido
Und du bist traurig! de Octavian tras el monólogo, ella responde con un desarmante
Es ist ja schon vorbei. Du weißt ja, wie ich bin. Ein halb Mal lustig, ein halb Mal traurig. Ich kann halt meinen Gedanken nicht kommandiern. Simplemente por la manera de acentuar esa frase ya merece la pena la grabación.
Yvonne Minton es un Octavian de perfil bajo ante la abrasadora presencia de la Crespin. También es cierto que Minton enfermó durante la grabación y la mayoría de sus escenas con la Mariscala fueron grabadas posteriormente sin la presencia de Crespin y respondiendo a la voz grabada, lo cual puntua negativo a la hora de "encenderse". De todas formas creo que la Minton hace uno de los mejores Octavian del disco. Porque hablamos de una mezzo de robustísima vocalidad, que nada tenía que envidiar a otras muchas famosas colegas de la época, mesurada y musical que responde muy bien tanto a la propuesta orquestal de Solti como a las encendidas réplicas de Crespin. Otro punto a favor es que no convierte en una astracanada las escenas de Mariandel.
Helen Donath juega la carta de jovencita desvalida que termina un poco convertida en
Eve Harrington. Viva primero, algo frívola después y por fin amanerada en los encopetados diálogos del segundo acto con Octavian, planta sus reales ante Ochs pero termina bajando la mirada ante la Mariscala. Pese a la vocecita de soubrette jovencísima (veamos, que con el paso del tiempo tampoco se convirtió en Ghena Dimitrova, me explico) con todo lo que ello lleva adosado, timbre y agudos algo ácidos, canta divinamente. Mejor dicho, muy mono.
Manfred Jungwirth hace el típico Ochs rústico y de voz tocha y pesantona. Se le reconoce no obstante, un fraseo cómico intencionado.
Dentro del estupendo equipo de comprimarios, entre los que encontramos a Murray Dickie,Anton Dermota, Alfred Jerger, Otto Wiener o Emmy Loose, mención aparte merece el cantante italiano de Luciano Pavarotti que es sencillamente magistral. No hay concesión a la duda.
Sir Georg Solti no hacía un Rosenkavalier tan vivo y a la vez profundo como el de Karajan, ni tan imaginativo como el de Kleiber. Pero es desde luego un poderosísimo hombre de teatro que tiene en sus manos un instrumento perfecto, los Wiener en plenísima forma. Hay una gran vitalidad en las escenas de Ochs, acompaña con una tremenda delicadeza a la Mariscala en su momento de soledad por no hablar de los sonidos que saca de la orquesta en la presentación de la Rosa o directamente de la
belleza (así en resaltada en negrita) que consigue en el trio y posterior duo final. El gran tapado de la dirección del Rosenkavalier.
Este Rosenkavalier fue grabado en Viena en junio de 1968.