Loge escribió:
Respecto a un punto de la disertación de Pfitzner, acepto que no pueda tacharse a Marschner de simple copista, y menos aún de plagiador, de Weber. Pero en la obertura, el tema principal, que después se escucha en la ópera, tiene un parecido con otro de "Euryanthe" (creo que es "Euryanthe"; en cualquier caso, con una ópera de Weber) tan asombroso como el del Conde de Marsden con su hermano.
Un apunte final: se dice en el artículo que el final queda "abierto", quedando sin resolver la cuestión de si Aubry recibe sobre sí el castigo del perjuro o no. En la versión que he visto yo, esa cuestión queda claramente resuelta. Tan claramente, que ni siquiera hay que esperar al final. Se sabe ya desde el principio, desde que en la escena segunda aparece el Maestro Vampiro. ¡Pobre Aubry! Realmente tiene razón Pfitzner cuando dice que el famoso "temor de Dios en los corazones mansos" no sirve de gran cosa, y que es la decisión de Aubry, asumiendo el castigo que le está reservado, lo que los salva a todos.
Efectivamente, Loge. Marschner toma bastante prestado para el material de Malwina la música de Euryanthe, a ver si lo vemos en la guía patatera de audición. También se autopresta material de ópera en ópera (a ver si solo lo podía hacer Rossini... o Wagner, que también toma prestado un tema de Hans Heiling en la Walkiria...)
En cuanto al final abierto, lo cierto es que no está muy claro. Parece que aunque Aubry asume las consecuencias de romper el juramento, lo cual solo pospondría la catástrofe, queda salvado porque pronuncia la palabra "vampyr" en el momento que suena la una de la mañana, por tanto ya habría pasado el plazo de las 24 horas y la amenaza ya no tendría efecto. La fe de Malwina en que Dios no puede abandonarles si confían en el puede que sea la fuerza que anule la maldición. Y después de todo.... puede que Lord Ruthven se estuviera marcando un farol... no juegues al mus con vampiros, se dice...
Lo que curiosamente no se trata en esta ópera es ese conocimiento que tenemos todos de que la víctima del vampiro se convierte a su vez en vampiro. Aquí la causa de la transformación es la traición a la palabra dada. Sin embargo, en la producción de Bologna el regista hizo un guiño a la "sabiduría popular", mezclando entre los invitados a la boda final a las fallecidas Emmy y Janthe, vivitas, coleando, pálidas, seductoras... y sedientas de sangre?
Parece una de esas óperas a las que se les podría poner al final un ¿FIN? seguido de un tétrico mwahahaha del Maestro de los Vampiros