Como otras tantas óperas del último Verdi, "La Forza del Destino" cuenta con dos versiones, la original que se compuso para su estreno en 1862 en San Petersburgo, y la que posteriormente se adaptaría en 1869 para La Scala de Milan. Comencemos por la primera.
La anterior ópera de Verdi había sido "Un Ballo in maschera", estrenada en 1859. Dos años después, en 1861, el compositor se había distanciado de su labor musical, según dice Budden que se deduce de la correspondencia que mantenía su mujer con los amigos de éste en aquellos años. Verdi ni siquiera mantenía contacto con colaboradores tan estrechos como Piave o Mariani, bajo el argumento de que no tenía nada que hablar con ellos de música. Incluso había iniciado una tímida carrera política (con poca voluntad, eso sí) como diputado de Borgo San Donnino en el Parlamento italiano que se constituyó en 1861. Eran unos años de pleno fervor patriótico, de reunificación del país, con la figura emergente de Garibaldi, y el de Roncole dio el paso.
No fue hasta finales de 1861 cuando el tenor Enrico Tamberlick, a través de Mauro Corticelli (secretario de otra diva de la época, Adelaide Ristori) consultó a Verdi la posibilidad de aceptar la oferta del Teatro Imperial de San Petersburgo para crear una nueva ópera para la temporada invernal 61-62. No tenía ninguna restricción. Podría elegir a su antojo la temática y el libretista, y la partitura final sería de su propiedad para posteriores negocios, indicaba Tamberlick. No se le condicionaba en modo alguno, salvo la prevención de introducir algún mensaje político sobre una posible república rusa (según bromeaba su mujer, Giuseppina). Bien por aburrimiento, bien por necesidad económica (cobraría lo que quisiera), bien por insistencia de su señora, aceptó.
El autor elegido fue, una vez más, el francés Víctor Hugo, a quien años atrás había adaptado "Le roi s'amuse" (Rigoletto) y "Hernani" (Ernani). En esta ocasión sería "Ruy Blas", y así se lo comunicó a Tamberlick, quien mostró sus dudas ante un posible veto de la censura en la corte del zar Alejandro II. Verdi se llevó una fuerte decepción, y advirtió que ésto retrasaría los plazos de composición, ya que no encontraba otra historia de su gusto para llevarla al escenario. Pero sí la tenía, o al menos la conocía, "Don Alvaro" o "La Fuerza del sino", de Angel Pérez de Saavedra, Duque de Rivas. Estrenada en Italia en 1850, Verdi la tenía en su lista de posibles desde que en esa década buscara temas para una ópera en el San Carlos napolitano.
"Es poderosa, singular y realmente vasta", confesó Verdi a Lèon Escudier, "me gusta mucho y no sé si el público la encontrará así, pero realmente es algo fuera de lo ordinario". La obra permitía al compositor recrear dos escalas sociales, dos estamentos que se expresan y actúan de forma distinta: aristocracia y pueblo llano, siguiendo una estructura similar a la de "Il Trovatore", estima Budden. Ya tenía obra.
Como libretista, Giuseppe Verdi recurrió por última vez para la composición original (posteriormente, en 1865, le ayudaría con la reescritura del "Macbeth") a su habitual Francesco Maria Piave, por aquel entonces asentado como director de escena de La Scala. Él se encargaría del grueso del texto. Sin embargo, Verdi solicitó al también poeta Andrea Maffei utilizar su traducción de la obra de Schiller "Wallenstein Lager" para la escena del campamento (en el tercer acto), que al final aparecería en la partitura final.
Cambios respecto a Rivas
En agosto, músico y poeta tenían la estructura central de la ópera ya elaborada. Y no era fácil, porque la complejidad argumental de la pieza del Duque de Rivas era abundante, debido en esencia al larguísimo catálogo de personajes que aparecían en la historia. El cambio más notorio (aunque probablemente amplíe esto en otro hilo) es el de "fundir" en uno solo a Carlos y Alfonso, los dos hermanos de Leonora que buscan la venganza por la muerte de su padre. Del mismo modo, se suprime al estudiante Pereda, quien en la obra de Rivas narra el infortunio de Leonora en la taberna del segundo acto, en lugar de Carlos, como sucede en la ópera. Igualmente, hay tijera en los diálogos entre Leonora y el Padre Guardiano, cuando ésta rechaza salir del monasterio a la oferta del clérigo.
En la terna de secundarios (Preciosilla, Fra Melitone y Trabuco), Piave también alteró la obra original. Sevilla, el Monasterio de los Angeles y Hornachuelos eran sus ubicaciones originales, y por motivos argumentales, el libretista los acabó situando también en el campamento militar de Velletri del tercer acto. Preciosilla deja de ser una especie de majorette para convertirse en una gitana, y Trabuco pasa de mulero a vendedor de cachibaches ("judío", indicó Verdi). A mayores, el maestro se mostró inflexible con el trabajo de Piave, al que a menudo le exhortaba a abreviar las líneas de diálogo para que su música tuviera más presenciae intensidad.
A falta de la instrumentación, en noviembre de 1861 ya había ópera, según Verdi le confesó a Ricordi. Al mismo tiempo, escribía a Tamberlick y le daba las primeras indicaciones para el casting, a mayores de soprano, tenor y barítono para los papeles principales. "La Forza del Destino" necesitaría:
- "una soprano para hacer la chica gitana, un rol importante y brillante, como el Paje (Oscar) de Un Ballo in maschera", que al final acabaría convirtiéndose en una contralto
- "un basso profondo para el papel de Padre Superior (Guardiano)"
- "un barítono cómico para el rol de Fra Melitone, que también es muy importante". Desde un principio pensó en el papel para Achille De Bassini, quien aceptó.
En diciembre de 1861 viaja a San Petersburgo por primera vez pese a que buena parte de la instrumentación sigue sin terminar, y principalmente lo relativo a los duetos de tenor y barítono. Aun así, comenzaron los ensayos... y terminaron bien pronto. El espanto de casting que tenía a su disposición le minó los ánimos, e incluso amagó con abandonar la empresa de "La Forza", pero se le negó por parte del Teatro, y se le ofreció posponer un año el encargo, lo que aceptó encantado. En esos doce meses tuvo ocasión de hacer su primera colaboración con Arrigo Boito, quien le escribió el texto de su "Himno de las Naciones" estrenado con discretísimo éxito en Londres.
En septiembre de 1862 el matrimonio Verdi regresa a la ciudad de los zares, después de comprometerse a que la adaptación de la obra de Rivas se estrenará al año siguiente en Madrid, donde se ha generado una gran adaptación. Ya con la ópera terminada, se pone de nuevo al frente de los ensayos y se estrena el 10 de noviembre de 1862 bajo la dirección de Eduardo Baveri y el siguiente reparto:
MARCHESE DI CALATRAVA Meo
DONNA LEONORA Caroline Barbot
DON CARLO DI VARGAS Francesco Graziani
DON ALVARO Enrico Tamberlick
PREZIOSILLA Constance Nantier-Didier
PADRE GUARDIANO Gian-Francesco Angelini
FRA MELITONE Achille De Bassini
CURRA Lagramanti
ALCADE Ignazio Marini
TRABUCO Geremia Bettini
CIRUJANO Alessandro Polonini