<center>
Hermann Uhde: el Holandés humano</center>
Aquello que define a los grandes papeles operísticos es que permiten más de una y dos lecturas. Ya se ha escrito aquí de las dos visiones que aportaron Hotter y London al rol del Holandés. Para mí el primero dibuja a un ser mitológico, homérico, mientras el segundo es quien mejor muestra la parte oscura del personaje (el único a quien me imagino lanzando tempestades hacia otros barcos en momentos de furia).
¿Y Uhde? Es evidente que vocalmente no puede competir con Hotter y London, especialmente en los graves, aunque sí tiene un fraseo exquisito. Además su testimonio procede de las cinco únicas funciones que cantó en Bayreuth en 1955, a diferencia de los otros dos, de quién tenemos más registros dispersos en el tiempo.
Uhde no nos presenta a un ser mitológico ni a un antihéroe, sino a un humano normal, un capitán de barco envuelto en la tragedia. Es el que peor ha resistido los efectos de la maldición. No voy a analizar todas sus intervenciones sino que solo mencionaré un par de momentos de la escena con Daland del Acto I.
"
Ich habe weder Weib noch Kind, und meine Heimat find' ich nie!" (¡No tengo esposa ni hijos, y nunca encontraré mi patria!). A diferencia de Hotter y London, Uhde carga toda la emoción en la palabra "Kind". Este es el Holandés que más sueña con un hogar con niños.
<embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=8f6cdaa" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed>
"
Sie sei mein Weib!" (¡Que sea mi mujer!) y "
So ist sie mein" (Entonces, es mía). Hotter canta estas dos frases en forte, lanzándolas al cielo e imponiendo su voluntad. Uhde las dice a media voz, dubitativo: ha sufrido demasiado para creerselo..
En fin, aunque repito que se queda corto en algunos momentos comparado con los otros dos, especialmente en el final ("
Du kennst mich nicht"), la de Uhde es una visión no solo válida sino también necesaria, que complementa a Hotter y a London para formar un trío insuperable.