Eremita escribió:
Pues para que no me llame voluntarista, le informo: no es verdad, en la última parte de la pieza no puede decirse que las cosas sean sensiblemente mejores que al principio. Va todo por un estilo, agravado quizá por el hecho de que al final la articulación es más exigente.
Tiene vd razón en que los pianos no están timbrados. En el registro central ello no es un problema, porque aunque el sonido se destimbre, la orquesta es clemente y está en un estudio, pero en el medio-alto fuerza a las dinámicas fuertes, y aunque los sonidos no son feos, tampoco son dúctiles. Hay sonidos bajos y fatigados (signos, sin duda, del paso de la edad por el instrumento) y el Si4 final está, como dijo en otra ocasión Tunner, "fuera de sus posibilidades". Todo eso es verdad.
Si algún día me acusan de un delito, le aseguro que no dejaré que vd. me defienda. ¡Que el Fiscal soy yo, intrusista!
En lo del fraseo (único sentido que vd. parece cogerle al canto de una cantante a la que previamente ha dado tan duro: parece que no importa lo mal que le salga con tal de que las intenciones hubieran sido que le saliera bien; lo siento, sr. letrado, pero no basta) discrepamos. Puedo concederle que la mujer tiene cierta "austera elegancia", pero "
la sinceridad y el mimo con que la acusada aborda su canto, la fe en Dios y en su amor, la delicadeza por frasear con acentos francos" que vd menciona son mera poesía por su parte. Lo que yo escucho es una mujer lacerantemente cansada que no puede con la pieza, que se destimbra, que se cae, que transmite una continua idea de fatiga pese a la astucia de la batuta (que mueve bastante los tiempos lentos y trata de no agobiarla con los rápidos). El hipo que necesita para decir "ihm" en todo el último minuto (cortando frases cuando le falta UNA NOTA: ¿eso es sinceridad y delicadeza, mimo, fe, amor y todas esas cosas que ve vd?) no es un fraseo aceptable.
Y queda por comentar la vocalidad de la cantante, que a mí se me queda muy corta, mucho, para sonar a Agathe. Parece más bien una exÄnnchen probando fortuna, en su madurez, en la gran aria de Agathe. Y no la encuentra.