Pues yo pienso que Butterfly es una obra maestra y la mejor ópera de Puccini (de hecho, él compositor pensaba lo mismo).
Y el Acto II es una joya. No es cierto que no pasa nada. Pasan muchas cosas, pero no desde un punto de vista de acción, sino de emociones. Butterfly es un personaje con una evolución importante que va de adolescente ilusionada a una mujer que renuncia a su hijo porque es la mejor decisión que puede adoptar para él y decide quitarse la vida porque ya no tiene honor ni nada por qué vivir.
Cuando arranca el Acto II de Butterfly, se resuelven las incógnitas que quedaban pendientes en el Acto I (claro, decir esto hoy en día cuando nos sabemos de memoria la ópera es medio estúpido, pero creo que uno tiene que acercarse a la obra como si no la conociera), a saber: (i) que Pinkerton se largó y abandonó a Butterfly (cosa que imaginábamos que iba a pasar, pero el precioso dúo de amor alguna esperanza daba) y (ii) que Butterfly sí se creyó el cuento, mantuvo su conversión al cristianismo y trata de seguir la cultura de "il suo paese (gli Stati Uniti), apartada de su familia y más pobre que las ratas.
Creo que no hace falta defender "Un bel dí", así que pasamos al resto: el episodio con el cónsul, Goro y el Principe Yamadori. La entrada del príncipe Yamadori es conmovedora, porque a pesar de que Butterfly podría escapar de la situación casándose con el "ricco Yamadori", el problema es que ella tiene fe en que Pinkerton volverá (luego diré algo más de la razón de esta fe). El episodio, además, no me parece musical ni teatralmente falto de inspiración. Por el contrario, está lleno de frases por las que siempre juzgo a la Butterfly:
"Yamadori,
ancor le pene dell'amor
non v'han deluso?
Vi tagliate ancor le vene
se il mio bacio vi ricuso?" (oigan esto cantado por Renata Scotto).
Asimismo, la narración de Butterfly sobre la ley "americana" y el divorcio es conmovedora por su ingenuidad.
La lectura de la carta está basada en la bellísima melodía que luego será el coro "a bocca chiusa".
Y después viene el momento en el que Puccini te agarra por el cuello, cuando el Cónsul le pregunta qué hará si Pinkerton no regresa, y ella dice que volverá a cantar y a divertir a la gente, o mejor, morir. Se ofende con el Cónsul (quizás porque él le dice lo que ella sabe que va a pasar) y luego de la bellísima frase:
"Niente, niente!
Ho creduto morir.
Ma passa presto
come passan le nuvole sul mare".
Viene:
"Ah! m'ha scordata?"
Y entonces aquí Puccini te ahorca porque suena la fanfarria y entra el niño de Butterfly, y aquí les confieso que este servidor se deshace y la última vez que vi esta ópera, en la producción de Minghella en el MET, cuando ya había nacido mi hijo, lloré como un condenado. Porque el drama de Butterfly no es que Pinkerton sea una mierda y se haya ido, sino que tiene un hijo "senza padre", sin honor, y ella en el fondo no quiere que su hijo pase por lo que ella ha pasado, que es vivir en una familia señalada por los errores del padre.
Este es un momento en el que Puccini te manipula, sí, pero uno se entrega a la manipulación, qué se le va a hacer.
Luego encontramos la bellísima "Che tua madre", narración que hace Butterfly a su hijo de cómo sería la vida de volver a entretener a la gente como geisha, la cual termina diciendo que preferible sería estar muerta.
Cerrado el episodio con el Cónsul y tras una breve refriega con Goro, viene el segundo gran clímax del acto (el primero, obviamente, ya hemos dicho que ha sido la aparición del hijo), pues después de la bellísima frase:
"Vedrai, piccolo amor,
mia pena e mio conforto,
mio piccolo amor...
Ah! vedrai che il tuo vendicator
(esaltandosi)
ci porterà lontano, lontan, nella sua terra,
lontan ci porterà"
...suena el cañón. Tras la incertidumbre por si se trata o no de la "cannoniera Lincoln", aparece otra de los pasajes memorables de la ópera, de esos que cantados por una gran intérprete (una Scotto, por ejemplo) echan el teatro abajo. Me refiero a:
"...proprio nel punto
che ognun diceva: piangi e dispera...
Trionfa il mio amor! il mio amor;
la mia fe' trionfa intera:
ei torna e m'ama!"
Después viene el dúo de las flores, que creo no necesita presentación. Y después un instante que a otros puede parecer poco inspirado, pero que a mí me parece mágico en manos de una soprano que sea una gran artista, y es el cierre del acto, con ese estilo conversacional que se va poniendo más reflexivo y nos acerca a la noche que va cayendo y a la espera que se inicia.
Finalmente, un momento que a mi me emociona mucho, por razones quizás muy personales: el coro a bocca chiusa. Cada vez que lo escucho me retrotraigo a cuando yo tenía 7 años y ví Butterfly por primera vez en el teatro con mi abuelita, y llegado el momento me dijo al oído: escucha, es el coro a bocca chiusa. Mi abuela murió hace algunos años y ahora, cada vez que llega ese pasaje, lo asocio inmediatamente con ella y mi niñez.
Bueno, no sigo para no fastidiarle el trabajo a Ninetta y porque me he puesto sentimental, además. Es obvio que tengo una conexión emocional con Madama Butterfly, pero creo que ese es el tipo de cosa que una obra maestra puede conseguir.
¿Que no hay mucha acción?. Sí, no la hay, pero hay mucho menos acción en Erwartung o en el Castillo del Duque Barbazul. Pero sí hay mucha emoción, muchos momentos que, sí crees en la obra (y en la ópera todo depende de que creas, pues si no crees, hasta el Anillo del Nibelungo puede llegar a ser una ópera imbécil), llegan a asfixiarte por la tensión emotiva.
¿Que Puccini ha dejado el peso en la soprano?. Sí, pero eso está hecho a propósito. El drama de Butterfly es un drama intensamente individual e, insisto, ni siquiera Pinkerton está directamente en ese drama. La tragedia es de Butterfly y su hijito. Claro que eso implica que quien interpreta a Butterfly tiene que ser una gran artista. La peor noche de ópera es ir a una función de Butterfly donde la Butterfly sea mala. Allí no hay redención posible.
Última edición por Gualtier Malde el 03 Ago 2009 20:33, editado 1 vez en total
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