Rinaldo escribió:
A ver me parece reduccionista asumir como una verdad universal la preponderancia de una forma de hacer ópera, inclusive en usted he visto hacer esto. Y es algo que claramente se ha visto que defiende una y otra vez el señor en cuestión, eso es todo, uno puede escuchar muchas óperas (como él dice) pero cuando al final uno sigue creyendo que la melodía bella es la única verdad en el mundo y es lo único que debe ser incuestionable, yo me pregunto si son de tan amplio espectro como asumen.
Rinaldo, es difícil entender cómo una persona de espectro tan restringido en materia operística puede reclamar a otros que tengan amplitud de miras.
Yo no sé cuál es la verdad universal. Si creyera que las bellas melodías son la única verdad en el mundo no contaría entre mis óperas favoritas al Castillo del Duque Barbazul de Bela Bartok y no me gustarían ni Elektra ni Peter Grimes.
Ahora bien, hay algo que para este servidor es innegable: los condenados italianos inventaron la ópera, han tenido muchísimo que ver con su historia (incluso compositores no italianos como Handel o Mozart han sido italianizantes) y, para bien o para mal, el siglo XIX, en materia operística, no se puede explicar sin la triada de belcantistas (Rossini-Bellini-Donizetti), Verdi y Wagner.
Rinaldo escribió:
Además no me venga con que también usted es un aficionado absoluto, me perdió cuando dijo que prefería Aida a Wozzeck, algo que aún no puedo entender,
podría asimilarlo si me lo dijera de Otello, pero de Aida
Rinaldo, yo no aspiro a ser un aficionado "absoluto". Eso me suena que es como estar más allá del bien y del mal, como si todo me resultara igual. En eso soy pasional: hay cosas que me gustan y otras que no me gustan. Afortunadamente, le puedo decir algo: la lista de óperas que me gustan es muchísimo más larga que el catálogo de las que no, y está llena de cosas muy diversas. Y también le digo que continuamente trato de explorar o revisitar obras con las que no he podido a la primera, y que luego voy conquistando. Eso no quita que uno tenga ciertas preferencias. Es natural.
Y sí, prefiero Aída (que es una obra maestra y a mi juicio una de las cumbres de la ópera italiana del siglo XIX) frente a Wozzeck, a pesar de que no dejo de reconocer que ésta última es una obra estupenda y genial, y que me encantaría verla en el teatro. Y usted debería dejar de tratar de entenderlo y asimilarlo, porque lo contrario reviste una actitud un poquitín soberbia, si me permite decirselo con confianza.
Rinaldo escribió:
De acuerdo. Una cosa es ser una ópera interesante y otra es que me la quieran meter como una obra maestra absoluta esa es la cuestión. Así también me sorprendería que alguien me dijera que Capriccio es una obra maestra absoluta, aún siendo magnífica.
Rinaldo, el problema está en ese empeño de enjuiciar si una obra es maestra o no. Yo no sé si Macbeth es una obra maestra. Al final, ¿qué es una obra maestra?. Si usted quiere, me transo en que es una gran ópera. Si me preguntan, creo que Capriccio es una obra mucho más irregular que Macbeth y bastante inferior, aunque su escena final es exquisita. Pero colocarnos en la posición de enjuiciar el gusto y las apreciaciones del otro es lo que creo que ya resulta un poco estéril.