¡Arf, arf! ¡Ya llego!
Pues sí, Nilsson me gusta más. ¿Qué es eso de los matices de Welitsch? ¿Tener una voz peor y hacer una grabación en directo equivalen a hacer más matices? Para mí, Nilsson hace más matices. La otra lanza sus frases, cosa que en una ópera como esta no es ya poco (coincido con el comentario del señor EMarty sobre el mérito de Strauss). Que ella (y Fritz Reiner, al que le tengo ya tirria de su Holandés con Hotter) vayan rápido..., pues vale, pero que encima se diga que hacen más matices...
LA ENTRADA DE SALOMÉ ("Ich will nicht bleiben")
- ¿Quién matiza el comienzo de la importante frase "Es ist seltsam dass der Mann meiner Mutter" ("Es mosqueante que el chorbo de mi madre") y su final en un 3/4 a contrapié ..."mich so ansieht" ("me mire como me mira")? Nilsson; Welitsch lo hace todo igual.
- "Wie süss ist hier die Luft" ¿Quién canta con un algo de dulzura y abandono? Nilsson. Welitsch sigue palante, María.
- En la presentación de los invitados, Strauss escribe lo que yo llamo "ritmos raros" para los judíos y luego para los romanos, con acentos y forte. En cambio, en los cuatro compases para los egipcios deja notas tenidas, graves; en general, una sonoridad más misteriosa, y en piano. Nilsson hace eso; Welitsch "verdulerea" el grave.
- "Wie gut ist's in den Mond zu sehn" Esta frase me parece muy saloméica, muy de ensueño, de identificación con la luna, en cierto modo sensual. El piano con el que acaba el "sehn" (La bemol agudo) Nilsson es fantástico, Welitsch simplemente pasa por ahí.
- Y para terminar la escena, justo antes de la intervención de Jochanaan, la belleza y el abandono (ella que puede) con la que canta Nilsson la última frase en piano contrasta con la tirantez de Welitsch, quien parece esforzada y preocupada (con razón) por mantener la afinación.
Y luego sigo con la escena con Narraboth.