<center>DISCOGRAFÍA</center>
Queridos (y queridas
) Elektroadictos, lo estabais esperando. Abrimos, por fin, el hilo de la interesante discografía de nuestra Ópera del mes. Así como Elektra es una ópera que avanza de las negras tinieblas del comienzo hacia la brillante luz cegadora de la danza final, así avanzará nuestra discografía, desde las oscuras grabaciones de los años 90 hasta los monumentos sonoros de mediados de siglo 
Sí, leeis bien: haremos una atípica discografía, a la inversa, para ésta, nuestra Ópera del mes 
Empecemos este viaje por dos registros del año 1995. Se trata de los, en principio, prometedores registros de estudio de Barenboim (TELDEC) y Sinopoli (DG).
<center>DANIEL BARENBOIM: DEBORAH POLASKI, WALTRAUD MEIER, ALESSANDRA MARC, JOHAN BOTHA, FALK STRUCKMANN
</center>
Ya hemos comentado algo de este registro aquí y, en líneas generales, podemos afirmar que es un registro algo decepcionante. Con los cantantes indicados el mayor atractivo de la grabación podría ser la dirección de Barenboim pero ésta se antoja débil, poco eléktrica. En ocasiones la orquesta da la impresión de ir en automático, sin dirección, como si sonase rutinaria.
En cuanto a los cantantes destacar, claramente por encima del resto, a Meier, quien nos deja una Klytemnestra bien cantada pero que, por momentos, suena algo excesiva (en contraste con el candor que aporta la orquesta). La escuchamos en su relato de la pesadilla.
<center><embed src="http://www.divshare.com/flash/playlist?myId=6319792-dbe" width="335" height="28" name="divplaylist" type="application/x-shockwave-flash" pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer"></embed></center>
Por su parte, Polaski nos dibuja con ganas a su Elektra, pero los medios vocales no la acompañan tanto como quisiera. Un poco justa en los agudos y con un vibrato a veces algo molesto. Canta el papel pero no convence. Escuchamos el monólogo en donde podemos comprobar, además de las prestaciones vocales de Polaski, la tibieza directoral de Barenboim (obsérvese con qué lápiz tan suave perfila el tema de INFANCIA en torno al que se articulan las dos partes del monólogo).
<center><embed src="http://www.divshare.com/flash/playlist?myId=6336852-363" width="335" height="28" name="divplaylist" type="application/x-shockwave-flash" pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer"></embed></center>
En cuanto al resto del reparto comentar que Marc es, probablemente, la Chrysothemis más hard de toda la discografía (no en vano ese mismo año canta el rol titular en el registro que comentaremos a continuación). Mucho metal, también muchas ganas, más solvente que Polaski, pero no parece que dé una buena réplica como la hermana ensoñadora. Tanto Struckman como Botha (más el primero que el segundo) parecen algo descolocados por los tempi lentos que impone Barenboim en sus correspondientes escenas.
<center>GIUSEPPE SINOPOLI: ALESSANDRA MARC, HANNA SCHWARZ, DEBORAH VOIGT, SIEGFRIED JERUSALEM, SAMUEL RAMEY</center>
<center>
</center>
Esta grabación es, de entre las modernas (años 80 y 90) que he podido escuchar, la que considero más acertada desde el punto de vista del director. El fresco que plantea Sinopoli es realmente sanguinario y recuerda a sonoridades de años pretéritos. Este registro (al igual que el de Barenboim, por cierto) se beneficia de una toma de sonido excelente a la que sólo se acerca la toma de Solti de 1967. Desde el primer compás uno puede apreciar que los conceptos de Barenboim y Sinopoli son diferentes: en lo que en aquél suena un poco débil, rutinario, éste suena enérgico, violento. Tal vez sea buena la observación de Varlaam de que la aproximación de Barenboim vendría a ser un poco más impresionista. Si es así, Sinopoli es, claramente, el expresionista.
Marc, como decía arriba, repite grabación, en este caso como Elektra. Vocalmente, para mi gusto, más acertada para este papel que para el de la hermana, pero el resultado no es mejor. Seguramente porque el papel es mucho más difícil y porque su voz, al ser más oscura, parece carecer a veces de agudos más brillantes. Por su parte, Voigt es una convincente Chrysothemis 'light' (y es que, en esta grabación, hasta la reina suena light al lado de la protagonista
) que defiende el papel bastante bien y que puede aprovecharse del mimo con el que Sinopoli la arropa en su gran aria. Escuchamos a las dos hermanas al comienzo de la segunda parte de la ópera.<center><embed src="http://www.divshare.com/flash/playlist?myId=6336863-fb7" width="335" height="28" name="divplaylist" type="application/x-shockwave-flash" pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer"></embed></center>
Schwarz es una Klytemnestra de menos interés que Meier, pero crea una reina razonablemente bien cantada. Samuel Ramey es, para mí, un mejor Orest que Struckman aunque adolece de un exceso de vibrato. Escuchamos a los dos hermanos en la parte final de su encuentro (con eructo musical incluido de Marc en 02'21''
).<center><embed src="http://www.divshare.com/flash/playlist?myId=6336882-4c7" width="335" height="28" name="divplaylist" type="application/x-shockwave-flash" pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer"></embed></center>
Finalmente, Jerusalem canta un más que correcto Aegisth, aunque por momentos parece que su vocalización no sea perfecta.
. Con un excesivo vibrato, agudos estridentes y actuación pasada de rosca, los resultados del registro ya se pueden intuir, sobre todo cuando parece que contamina al resto de los intervinientes. Así, ni una discreta Secunde, ni la adecuada caracterización de Ludwig (con prestaciones vocales todavía reseñables), ni las intervenciones de Ulfung y Hynninen, ni tan siquiera las ganas que (a veces, sólo a veces) parece imprimir Ozawa, logran que olvidemos el timbre algo gutural y los excesos vocales de Behrens. Para comprobar la calidad de su interpretación y cómo interacciona con los otros cantantes, escuchamos el diálogo madre-hija 