Con un cierto retraso sobre el horario previsto (hay elecciones en la Universidad, y estamos agitados), abrimos el debate sobre Il Trovatore.
Ante todo, hay que agradecer a O.A. que nos haya preparado este subforo (nótese mi técnica de becario comunicante) y felicitar nuevamente a Amfortas por la manera en que llevó el debate sobre Don Giovanni (y recriminarle por lo bien que lo hizo, que a quién salta ahora ese listón).
Entremos en harina.
Primero, unas notas curioso-eruditas (que diría Don Carlos Arana, quien tanto latín me enseñó) sobre nuestra ópera del mes.
Música de Giuseppe Verdi, libreto de Salvatore Cammarano (autor también de los libretos, entre otras, de Lucia di Lammermoor, Roberto Devereux, Polliuto, La Battaglia di Legnano y Luisa Miller) desgraciadamente fallecido durante la elaboración del libreto – Verdi pagó a su viuda todo lo acordado, aunque la obra no estaba terminada) y Leone Emanuele Bardare (mucho más maleable por Verdi).
Estrenada en el Teatro Apollo de Roma el 19 de enero de 1853, en medio de colosales inundaciones que obligaron al público a atravesar tablones y puentes de todo tipo para poder llegar. Éxito absoluto desde el primer día, lo cual contrasta claramente con los serios batacazos que se dieron otros trabajos de Verdi y otros muchos compositores. Cantaron el día del estreno Giovanni Guicciardi (Conde), Rosina Penco (Leonora), Emilia Goggi (Azucena), Carlo Baucardé (Manrico) y A. Balderi (Ferrando).
Llegó a España (Liceo y Real) en 1854. Como curiosidad estúpida, estrenada en Sofia el 17 de enero de 1914, en búlgaro; el 21 de diciembre de 1924, en hebreo; y en marzo de 1932 en Singapur.
Quintales de grabaciones, toneladas de representaciones. Un ejemplo de lo que se montaba en otros tiempos:
Scala 43: Marinuzzi; Caniglia, Stignani, Lauri-Volpi, Tagliabue
Scala 62: Gavazzeni; Stella, Cossotto, Corelli, Bastianini
Scala 65, gira a Moscú: Gavazzeni: Tucci, Simionato, Bergonzi, Cappuccilli (etnanimac, a que estabas pensando que no la iba a poner)
Covent Garden (¡donde se representó desde 1868 hasta 1890 sin interrupción!):
1965: Giulini; Jones, Simionato/Cossotto, Prevedi/Bergonzi, Glossop
1981: Bonynge: Sutherland, Obraztsova, Bonisolli, Mazurok
Metropolitan:
1908: Ferrari; Eames, Homer, Caruso, Stracciari
1916: Polacco; Muzio, Homer, Martinelli, Amato/De Luca (impresionante)
Y a partir de 1950 repartos donde se alternan Corelli, Mac Cracken, Domingo, Tucker, Bergonzi…
Y 3 veces en Salzburgo:
1962: Karajan; Price, Simionato, Corelli, Bastianini
1977: Karajan; Price, Cossotto, Bonisolli, Cappuccilli
1978: Karajan; Kabaivanska, Miltscheva, Bonisolli, Cappuccilli
Decir se ha dicho mucho del Trovatore. A veces incluso mentiras. La anécdota según la cual Verdi tocó al piano el Miserere, la Pira y no me acuerdo qué otra cosa para un crítico, y éste no vomitó de milagro, ante lo cual Verdi pegó saltos de alegría, augurando un inmenso triunfo, a mí me parece un embuste.
Toscanini dijo que era sencillo montar Il Trovatore: bastaba con los cuatro mejores cantantes del mundo (Karajan se permitió ese lujo en 1962). Hans Von Bülow, reputado cornudo, afirmó que en esta ópera los personajes entraban lanzados por un cañón.
Y a mí, personalmente, me apasiona. Los críticos serios y los entendidos, en cambio, arrugarán la nariz ante una ópera como ésta. No hay profundidad psicológica, no hay implicaciones sociales aparentes, ésta ópera está hecha para disfrutar con ella, simplemente, extasiarse con la riqueza melódica, dejarse llevar por la pasión de todas y cada una de las notas. Es una ópera, con perdón, como el chorizo: vulgar, pero sabrosísima.
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