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11. MONOLOGO DE OTELLO "DIO MI POTEVI SCAGLIAR"</CENTER>
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Fotograma de la película "Otello", con Jon Vickers durante la interpretación de "Dio mi potevi scagliar"</center>
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"Dio mi potevi scagliar", Mario del Monaco. Dir.A. Votto. 1954</center>
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"Dio mi potevi scagliar", Jon Vickers. Dir: H.v.Karajan. 1974</center>
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"Dio mi potevi scagliar", Lauritz Melchior (en alemán). 1.930</center>
Para este espectacular y maravilloso momento, Verdi opta por un tiempo lento, un
adagio, como contraste con la violenta escena anterior. Es el segundo solo de Otello en toda la obra, pero a diferencia del anterior (
“Ora e per sempre addio”) en el que en una actitud gallarda y marcial Otello se despedía de sus gestas militares, en éste el desfallecimiento que extenúa a Otello interioriza una marcada desolación, un muñeco roto despojado de todo; se trata, sin duda alguna, de una pintura magistral en la partitura; marcada por la constante y obstinada repetición de la misma figura de cuatro notas a cargo de los violines con el apoyo de los violonchelos en la primera parte, en la que la voz debe resaltar de manera martilleante la humillación del guerrero, de forma plana, angustiosa, con la voz sofocada el desaliento y la frustración que lo abaten. Ignoro a que Dios implora Otello, si al de sus ancestros o al que se ha acogido tras la posible y casi segura reconversión una vez llegado al servicio de la Serenísima Venecia, pero lo invoca lamentándose de que le haya quitado el amor en vez del triunfo militar; esta escena es una persistente delectación en la humillación, de carácter casi masoquista.
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El refinado estilo poético de Boito consigue en esta página un sutil juego de palabras jugando con las consonantes, aliteraciones, con una intencionalidad marcada en el estado de ánimo que padece Otello en este momento:
“far de miei baldi trofei trionfali”,”dal roseo riso copri il tuo viso santo”.
El pasaje consta de un recitativo inicial y un arioso; el primero (
“Dio mi potevi scagliar”) comienza en
pianissimo, con línea vocal quebrada, que debe cantarse con la voz sofocada si atendemos a esta indicación anotada en la partitura, apoyada en la repetición orquestal de un mismo motivo de contrabajos, trompas, fagot, violonchelos y violines. La línea vocal es lineal, repetitiva, sobre notas iguales. El arioso (
“ma o pianto, o duol”) es mucho más apasionado, el canto alcanza un Si bemol agudo (“quel
RAggio che mi fa vivo”), y están escritas dos apoyaturas en la misma frase (que no todos los cantantes respetan), página en la que Otello se deleita en el recuerdo de su esposa, lirismo que se quiebra en la frase
“coll’orrida larva infernal”, en el que el germen de los celos atiza de nuevo al protagonista y el tono gira, de nuevo, hacia la violencia en
“Ah!dannazione!”, donde escuchamos vivas sonoridades en la orquesta a cargo de trompas y fagotes. Se produce en ese instante la entrada de Iago, quien nombra a Cassio, y toda la orquesta ataca de nuevo y la voz de Otello asciende a un Si bemol agudo, brillante y mantenido, en la palabra
“Oh! gioia!”.
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Ilustración de Othello muy apropiada para este momento</center>