Hola a todos!
Siguiendo con mi rollo (jeje), dejo aquí un comentario, escena por escena, del libreto de la obra, sin perjuicio del post “estructura musical” y de la posterior guia de audición, ok? Aquí va el acto I
Prólogo:
Bien, la obra comienza con un prólogo...así como en el libro, antes de la narración de la institutriz (recuérdese que el libro está narrado en primera persona, lo cual provoca la duda de si ella ha alucinado lo que cuenta o es real) se plantea un diálogo entre amigos, aquí esa función la tiene el prólogo (que es, así, un personaje “per se”).
Y qué nos dice el prólogo? “It is a curious story”...así empieza la ópera y al final no nos quedará más que darle la razón...”curious” es un adjetivo lo suficientemente ambiguo como para resultar perfecto en este contexto.
El prólogo nos cuenta que la protagonista de esta “curious story” (sucedida “long ago”) es una institutriz, contratada para cuidar de dos niños por el tutor de estos (que es también su único pariente). El tutor, se nos dice, es un hombre joven, alegre, desenvuelto...no en vano, en el libro se percibe claramente la atracción de la institutriz por él (y posteriormente por Miles...realmente en el libro ella es mucho más desequilibrada que en la ópera y se nota más su necesidad de protección y dependencia afectiva).
El le comenta –sigue cantándonos el prólogo- que viven en el campo, al cuidado de una vieja ama de llaves –Mrs Grose- y que, pase lo que pase, NUNCA debe ponerse en contacto con él, porque no tiene tiempo para este tipo de asuntos.
Ella duda, pero finalmente decide: “I will, she said”...y empieza a sonar el tema sobre el que luego giraran las sucesivas variaciones (ver “estructura musical”).
Escena 1: el viaje
La institutriz, sola, reflexiona en voz alta mientras está a punto de llegar a Bly (el lugar en el que viven los niños)...dudas, miedos, indecisiones...y ya tenemos, magistralmente apuntadas en el libreto algunas claves de la personalidad de la institutriz...”¿quién me recibirá? ... los niños...les gustaré??” (inseguridad, necesidad de reconocimiento y afecto) “Pobres niños, sin padre, sin madre” (compasión) “Les amaré como a mí misma” (proteccionismo) “Qué haré si las cosas van mal?” (inseguridad) “Oh! Por qué habré venido?” (derrotismo) “no, dije que vendría y por él lo haré” (por él, el tutor, se entiende...dependencia afectiva y fijación por lo masculino).
Y, finalmente, “muy pronto lo sabré, muy pronto lo sabré”...una frase final muy sugerente y que ya nos mete en harina misteriosa...ahora puede observarse cómo Piper (y Britten con su música oscilante y nerviosa) logran en menos de 2 minutos caracterizar a un personaje tan complejo. (ya estamos en terreno de obra maestra y no lo abandonaremos en toda la ópera!!!)
Escena 2: La bienvenida
Mrs Grose y los niños reciben a la institutriz (a partir de ahora “I”, que me resulta difícil teclear institutriz todo el rato)...I se siente impactada por la belleza del lugar y la escena termina con un exultante “Bly es ahora mi hogar” de I.
Escena 3: La carta
Mrs Grose entrega una carta a I...al abrirla descubre que han expulsado del colegio a Miles (el niño) por ser “malo” y por representar un peligro para sus compañeros. (ni en el libro ni en la ópera queda claro qué fue lo que pasó en el colegio, pero para que se hagan una idea, en el libro Miles llega a decir “le decía cosas malas a mis compañeros”, añadiendo luego “pero sólo a los que me gustaban”...recuerden que Miles tiene en el libro –si no me falla la memoria- 10años)
I le pregunta a Mrs Grose si alguna vez Miles se ha portado mal. Ella contesta que no e I también se niega a creerlo, porque Miles es un niño encantador.
Se oye a los niños cantar “Lavender's blue, diddle, diddle”, una canción popular, y ambas mujeres (mrs. Grose e I), viéndolos, concluyen que es imposible, que Miles no puede ser malo.
“¿Qué va a hacer?” Dice Mrs. Grose. “Nada”, responde I. “¿Y qué le dirá al chico?”. “Nada”. Mrs Grose, satisfecha por esta respuesta besa a I
(hay que tener en cuenta que la relación entre I y Mrs Grose en el libro es muy compleja y sólo se vislumbra en la ópera. En el libro, Mrs Grose no sabe leer ni escribir e I tiene una relación de superioridad con ella, en el sentido de que la considera de otra clase social. Aún así, su relación termina siendo muy estrecha).
Escena 4: la torre
El drama, vislumbrado en la anterior escena, empieza realmente en esta escena: I está sola con sus pensamientos, tranquila, relajada, aunque dice que ha pasado unos días angustiada por el tema de la carta. De repente se dice que ojalá estuviese allí el tutor para verla (recuérdese que en el libro I está absolutamente fascinada por el tutor de los niños) y aparece en lo alto de la torre de la casa un hombre: “Ah! Es él!” dice ella, pero inmediatamente se da cuenta de que es imposible y el hombre misteriosamente desaparece. Y claro, el susto es mayúsculo: no es ninguno de los criados, quién puede ser? Quién puede ser? Repite sin cesar I. La luz se desvanece.
Escena 5: la ventana
Dentro de la casa, los niños están jugando y cantando “Tom, Tom, the piper's son” (otra canción tradicional). I les manda que salgan y cuando va a salir tras de ellos ve aparecer de nuevo en la ventana al hombre de la torre. Se miran y desparece otra vez.
Entra Mrs Grose. I le cuenta lo que ha sucedido. Cuando I describe al hombre (ojo: ella dice que era guapo. Realmente, como en el libro, a la I le parecen guapos todos los personajes masculinos, incluido el niño. La fascinación de I por lo masculino es casi patológica), Mrs Grose se da cuenta de que es Peter Quint. Ante las preguntas de I, el ama de llaves contesta (pasaje fundamental):
“Quint, Peter Quint, el mayordomo del señor. Dejó esto a su cargo... No soy yo quien tendría que decirlo, señorita, yo sólo miro por la casa. Pero vi cosas que no me gustaban... Quint se tomaba libertades con todo el mundo... ¡con el pequeño señorito Miles! “
INSTITUTRIZ ¡Miles!
Sra. GROSE Se pasaban horas juntos. Sí, señorita, él también era muy atrevido con ella... con la encantadora Srta. Jessel, institutriz de esos ángeles, esas inocentes criaturas... y eso que era una dama muy por encima de él. ¡Santo Dios! ¿No acabará nunca? Pero él tenía medios para engañarles. Él los quería mucho, señorita, se lo aseguro... y siempre obtenía de ellos lo que quería.
Ojo a la ambigüedad de Mrs Grose, no especificando en qué consistía el comportamiento de Quint y al dato “él los quería mucho”. Creo que queda claro a lo largo de las obras que Quint nunca ha deseado ningún mal para ninguno de los dos. Además, sale a relucir por primera vez Mrs. Jessel, la antigua institutriz...ella ha muerto y Quint, como inmediatamente dice la ama de llavez, también. Quint es, pues, un fantasma.
Qué hacer? Sigue el diálogo: “Sra. Grose, temo, no por mí, sino por Miles. Ha venido a ver a Miles, estoy segura de ello, y regresará de nuevo.(....) ahora lo veo todo claro. Debo proteger a los niños... estar de centinela permanentemente. Vea lo que vea y sepa lo que sepa, ellos no deben ver ni saber nada”.
Tenemos aquí uno de los Leitmotiven de la ópera: ella (la I) debe proteger a los niños y así, de paso, lograr lo que Mrs Jessel no logró. Mrs Jessel no logró frenar los manejos de Quint, no logró acabar con su corrupción de los niños. Pero ella sí, ella lo hará.
Escena 6: la lección
Esta escena es completamente nueva. No existe en el libro y es un punto clave de la obra, aparte de constituir casi un misterio filológico (ahora desvelado).
Veamos: los niños están tomando la lección de latín con I. Miles en concreto dice: “Existen muchos nombres en "is"; como los asignado a los masculinos: amnis, axis, caulis, collis, clunis, crinis, fascis, follis, fustis, ignis, orbis, ensis, panis, piscis, postis, mensis, torris, unguis, y canalis, vectis, vermis, y natalis, sanguis, pulvis, cucumis, lapis, casses, manes, glis”.
Parece algo normal, verdad? Pues no. Britten mismo fue quien pidió a Piper la inclusión de esta enumeración de palabras latinas (las extrajo de una gramática latina de Benjamin Hall Kennedy, “the Shorter Latin Primer”, extendida en la época vistoriana)., en principio inofensivas. Y digo en principio, porque, según los filólogos, la mayoría de esos vocablos latinos tienen doble sentido.
Así:
Clunis=ano, caulis=jerga latina para refereirse a pene, follis=escroto, cucumis, fascis, ensis=pene (identifican a objetos fálicos y, en jerga al propio falo). Todos ellos, además, como en un chiste, son, efectivamente, nombres masculinos.
Suena extrañísimo, claro, pero por lo visto parece que Britten era consciente plenamente de todo ello y se trataba de una oscurísima broma...un broma terrorífica, porque al ser desvelada, vemos qué clase de lección están dando los niños. Parece muy inocente, pero son obscenidades y procacidades las que Miles, ante la mirada inocente de I (y la mía, que me enteré no hace mucho de estos juegos de palabras me quedé alucinado).
Pues bien, tras esta lección, I le pide a Miles que diga qué más recuerda de latin y Miles responde con la canción “Malo”, canción que ocupará un puesto central en la ópera (incluso musicalmente –ya lo veremos en “estructura musical”) y que supone un hallazgo impresionante de la ópera (aquí, en capacidad de sugerencia sí que gana la ópera frente al libro).
Dice la canción: “Malo... preferiría estar Malo... en un manzano Malo... que ser un niño travieso Malo... en la adversidad”.
I dice “qué canción más rara, te la he enseñado yo?” y Miles dice, “no, la encontré yo. Me gusta; ¿y a usted? Malo... Malo... Malo...”.
La falta de sentido de la canción asusta un poco (más si eres inglés y no estás familiarizado con la palabra “malo”) y el toque de prepotencia (“y a usted?”) de Miles nos indica que algo no va bien.
Y, efectivamente, no va bien. Sigamos con el latín: esta canción la extrajo Piper del libro “HT Riley's Dictionary of Latin Quotations” y sirve para distinguir los diversos significados de malo: malo, es el presente de indicativo del verbo preferir, pero malum (proveniente del griego malon) significa manzana (de aquí viene el famosos chiste que me explicaban a mí en secundaria “tua mater mala burra est”, que significa “tu madre come manzanas podridas”) malus es manzano, y malum es de malus-a-um, es decir “malo” (como lo decimos en español).
Bien, esa canción, pensada en principio para distinguir todos esos sentidos de malo (por eso aparentemente la canción no tiene sentido) también, a juicio de algunso estudiosos tiene doble sentido y (me salto la explicación, que si no esto es muy largo) Miles no está sino pasándole por la cara a I (otra vez sin que ella –ni el espectador- se entere) que él es un objeto de deseo y que comete diversos pecados. Es decir, le viene a contar que no es inocente, sino todo lo contrario.
Sea como sea, el caso es que esta escena es musicalmente maravillosa y la celestialidad de la canción (hermosísima) confrontada con la maldad de quien la canta nos prepara para el drama, que está a punto de desencadenarse
Escena 7: EL lago
Una escena misteriosa. Flora e I están en el lago. Tras una conversación típica de profesora-alumna (aunque la referencia de Flora al Mar Muerto –convenientemente remarcada por la música- ya da yu-yu), se aparece Mrs Jessel. I se asusta mucho y Mrs Jessel desaparece. I manda a Flora que vaya a dónde Miles y se queda sola. Se da cuenta de que el asunto es peor de lo que parecía, que Quint viene a por Miles y que Mrs Jessel viene a por Flora y que, además, la niña ha visto a Mrs. Jessel y ha calado (o sea, que los niños no son tan inocentes como parecn).
Los niños están perdidos, perdidos, solloza I. Y sobre ese “Lost! Lost!” de I empieza la última escena de este acto.
Escena 8: De noche.
Es de noche. Quint llama seductoramente a Miles (cuando hable de la estructura musical de la obra y comente los Mp3s ya hablaremos de este momento). Miles sale de casa a reunirse con él en un estado semihipnótico. Quint habla y habla, palabrs misteriosas, seductoras y terroríficas a un tiempo. Por ejemplo:
“Yo soy la suave doble faz del mundo, los infiernos de Mercurio, diablo alado y divino mentiroso. La frágil lisonja falsa. En mí hallarás secretos, deseos nunca cumplidos”
Esta última frase es tremenda...secretos, deseos...ese es un elemento clave de la ópera, como he dicho. Miles sigue alucinado. “Miles Miles!!” llama Quint y Miles responde “Estoy aquí, estoy aquí!” a la vez que Mrs Jessel se materializa también y llama a Flora. Quint sigue con sus misteriosas y provocativas palabras “¿Qué ocurre en tus sueños? ¡Silencio! Lo sé, y te lo contestaré también”... el ambiente es alucinado, terrible y casi enfermizo (en la versión de Harding es irrrespirable). I y Mrs. Grose aparecen gritando y los fantasmas desparecen. Momento de tensión e I pregunta a Miles “qué estás haciendo aquí?”. La respuesta de Miles es tremenda:
“¡Ya lo ve! Yo soy malo. Soy malo, ¿no es verdad?”.
La luz se desvanece en una maravillosa suspensión y acaba este primer acto.
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