Boyero se caracteriza por ir siempre a contracorriente. Hace años que no leo ninguna crítica o artículo suyo y desde entonces ya no sufro de dispepsia.

Por otra parte, creo, respetuosamente, que formula usted mal su pregunta. El cine, y el arte en general, no "sirven" para nada ni tienen otro propósito que el de existir y ser juzgados por los demás: gustan o no gustan, así de simple -o de complicado, si usted quiere. Y que no le guste a usted me parece perfecto; otra cosa es negar la trascendencia que Godard ha tenido en el Séptimo Arte, y eso no se lo ha inventado nadie, ni siquiera Boyero o la pléyade de ilustres directores franceses que tan inteligentemente ha reseñado usted en su mensaje.

Yo no tengo opinión alguna sobre Godard el francés, si la tengo sobre su no prima Paulette Goddard, uno de los rostros más bellos nunca vistos en la gran pantalla. El texto de mi post, es un corta/pega del artículo que publica Boyero hoy en El País (ya lo he corregido); y disculpe el haberlo metido a traición si le ha causado dispepsia

Ya decía yo que me extrañaba esa "opinión" suya, estimado Tann. Y era Boyero haciendo el idiota como siempre, en contra del sentir general. Y, sí, presentía yo molestias intestinales que anunciaban lo peor, teniendo que tomar bicarbonato sódico y todo. No sabe cómo me alegra que también compartamos nuestro amor platónico por Paulette Goddard, una estupenda actriz y un bellezón de campeonato, que fuera una de las preferidas de Chaplin (al que seguramente Boyero consideraría un director del tres al cuarto).

Godard, con todos mis respetos, era un auténtico "castañas". Cierto es que no he visto, ni de lejos, todas sus películas, pero confieso que prefiero abiertamente a Truffaut (por seguir moviéndonos en la Nouvelle Vague), contra el que hace poco arremetió Quentin Tarantino, en una intervención-boutade muy propia de él, por otra parte.

Godard era un director bigotón y tirador de penalties.

Boyero no es un crítico que trabaje con un mínimo de rigor, su herramienta de trabajo es la subjetividad del momento, y con la edad sus arbitrariedades han ido a más. Sus críticas muchas veces me han entretenido (y muchas otras me han aburrido) pero casi nunca me cuentan nada de la película y en cambio siempre dicen mucho de Boyero. Si se le sigue habitualmente no es raro sorprenderle en arranques de sinceridad, en los cuales reconoce que la misma película le ha parecido horrorosa un día y genial dos semanas más tarde, o viceversa.

En cuanto a Godard, hoy repasando su estela en las redes me he enterado de que se le acusó de antisemita, hace unos 50 años o cosa así. Por eso tampoco me tomo muy en serio las críticas exacerbadas que se le puedan hacer ahora, ya que podrían ser más políticas que artísticas. En su día vi un ciclo en la Filmoteca y su visión del cine me pareció interesante, con eso ya me doy por satisfecho, tampoco le pondría en un altar demasiado elevado.

Incomprensiblemente, y a pesar de haberle valido la Concha de Plata por su interpretación a Aitana Sánchez-Gijón en San Sebastián y de sus cuatro nominaciones al Goya, esta película dirigida por Bigas Luna en 1999 fue maltratada por la crítica patria de forma cruel y unánime (Boyero incluído , para variar). Será por todo eso que a mí me gustó (sobre todo esos bellezones de Aitana y Penélope Cruz en un duelo danzante) bastante... si no mucho, he de decir.

Hombre, la verdad es que Perugorria, lo que se dice acento aragonés no tiene

Pero al bueno de Perugorría el acento cubano tampoco se le nota mucho.

"La invitación", película que no iba mal servida en ambientación, misterio, seres sobrenaturales y una muchacha neoyorquina, reclamada por su familia británica de altísima cuna y raigambre.
El tráiler la destripa, completamente; debí haberlo visto antes.

Yo he visto "Al final de la escapada", estéticamente y sobre el talento del director nada que decir, la película es un tostón insoportable. Parece que empezaban a hablar más de sexo en el cine y todavía no se les daba demasiado bien. Supongo que estarían rompiendo taboos, pero a mis ojos se ve muy infantil y pesado. Varios intentos de emulación por parte de Quentin Tarantino, por ejemplo vi ecos de "Al fin de la escapada" en la escena en la que hablan de Like a Virgin en Reservoir Dogs. Quentin Tarantino me parece un petardo, de Goddard a lo mejor todavía le doy alguna oportunidad, tenía en mente ver Lemmmy contra Alphaville.

¡Cómo pasa el tiempo!.

Hubo una época donde Godard era un dios en ambientes "cinéfilos". Y que coleó bastante, recuerdo como a mediados de los años 80, que ya había llovido desde 1960, todavía se discutía acaloradamente si 'Je vous salue, Marie' era o no una "traición" de Godard.

En fin, a mí también me parece que su cine, a diferencia del de otros miembros de la Nouvelle Vague, ha envejecido mal.

Descanse en paz el amigo Godard, y el paso de los años acabará por decantar su legado.

Este digamos "thriller onírico", con guion y dirección de Giuseppe Tornatore en 1994 (y una sugerente e inquietante música de Ennio Morricone) plantea una compleja disyuntiva entre ficción y realidad, entre literatura y vida. Y cuando digo "compleja" quiero decir difícil de discernir entre una y la otra. Solo los movimientos de cámara y los encuadres producen un efecto hipnótico y casi kafkiano, al margen del propio relato. Depardieu y Polanski están sublimes.

¡Bufff! Pues ármese de valor (y de paciencia). Mejor emplee ese tiempo en ver (o revisar) "L'enfant sauvage"...

El título de este fim en español es "El engaño" (eludiendo el original "Shattered", que podría traducirse como "Destrozado/a" o "Despedazada/o") no podría ser más premonitorio, porque uno cree que es cine y no lo es, a pesar del reclamo de la participación de John Malkovich. Un pseudo thriller trufado de lugares comunes y escenas robadas de otros filmes que es una verdadera basura. Ni la tanta sangre consigue evitar los bostezos.