No pasan los años por esta excelente (amén de cruda, dolorosa y amarga), cinta de Agustín Díaz Yanes, director y guionista, que fuera merecidamente laureada en su momento en los premios Goya, San Sebastián y Forqué de nuestro cine. Las interpretaciones de Victoria Abril y de Pilar Bardem son un verdadero monumento de actuaciones irrepetibles, muy bien secundadas por el resto de un ilustre elenco español y latinoamericano.

La última del hombre araña; destinada en su integridad a complacer a sus admiradores, compilando a los enemigos de Spiderman en una película, a la que le sobra metraje, Zendaya y el smigo y mucha charla pretendidamente trascendental. Los mejores: Dafoe, Molina y MacGuire.
Por cierto, salas llenas. Completas.
Me cambié y logré tener un asiento vacío al lado.

¡Qué tiempos aquellos donde comprábamos los tebeos de Spiderman en el kiosko...!.

El enésimo visionado - y no estoy exagerando- disminuye un ápice la fascinación que me produce este film, que en el muy próximo 2022 cumplirá medio siglo. Todo, absolutamente todo, está en su sitio; y nada por tanto sobra, es superficial o prescindible; desde el primer fotograma hasta el último. Más que una de las mejores películas de la historia (si no es en efecto la mejor), resulta un verdadero milagro. Perdón por el entusiasmo.

"¡Qué bello es vivir!", completa.
Una joya inalterable en el tiempo.

La más terrorífica de las tres; infumable. La película más chorra, estúpida, ridícula (hay que ver Emma Thompson...). Horrible.





Ambas me hubiesen gustado más si hubiesen contado una historia de terror simple, pero tanto énfasis en símbolos, mitología, representación... Para un catador vulgar como yo lo siento excesivo y artificioso. Eso sí, la imagen y las actuaciones en las dos, especialmente de Dafoe en lo concerniente a "El faro", son espectaculares.

Me pasó lo mismo con "El faro".

Aun estando bastante por debajo de las dos primeras, hasta El Padrino III es fascinante y merecedora de visita habitual

Bastante bastante, estimado Tann. Una tercera entrega era muy arriesgada, pues suponía rizar el rizo, pero ya sabemos que a Coppola se lo pidieron de rodillas, le ofrecieron el oro (pensando en el de la taquilla, claro) y el moro, además de darle carta blanca. Y hete aquí que don Francis decidió incluir a su hija Sofia (que ha demostrado después ser una excelente directora) en un papel que la puso en dolorosa evidencia y, de paso, dejó marcada, para mal, a la película.

Falllida adaptación de "Sinuhé, el egipcio", la famosa novela de Mika Waltari, en la que Michael Curtiz no da con la tecla en esta suntuosa superproducción plagada de luminarias y en la que no hay cercanía ni atmósfera apropiadas para involucrar emotivamente al espectador. Una de las razones también está en que el papel protagonista, inicialmente destinado a Marlon Brando, se confía a Edmund Purdom (tan desconocido que lo ponen al final de los títulos de crédito), un actor tan inexpresivo como mediocre.

A mí me encanta.
Sin olvidar otro secundario de lujo como el de Ustinov y la bella actriz Gene Tierney que encarna a la hermana del egipcio, junto a J. Simmons y a Mature, más que apropiados.
La filosofía del personaje la muestra bien en una cinta de la época. No es poco para la obra de Waltari.

A mí me encantó la novela cuando era un crío. A raíz de eso, me leí todas las novelas de Waltari.

La película es mala, pero de esas que disfrutas a pesar de lo mala que es.

Sigo en lo mío.
Cuando haya una buena versión, me la señalan.

"West Side Story", de Spielberg.
Muy buena adaptación del musical.
Qué fotografía, qué planos, qué variedad.
Mozart lo conserve vivo como a otros directores.
Personalidad.

Y, sin embargo, está siendo un sonoro fracaso de taquilla...