Yo he leído



cuya temática le está absolutamente vedada a este foro, pero limitándome al comentario literario, me ha parecido una novela con más (buenas) intenciones que resultados.

Estaba cavilando precisamente sobre esta novela, sin decidirme a leerla por lo que comenta usted. Lo poco que he leído del autor son artículos de prensa que me han resultado confusos y cargantes.

¡Ay, madre! ¡Qué tema, tratándose de esta España nuestra...!

(y no sigo, pues tendría que banearme a bi bisbo...).

le doy la razón a Quint. el libro es más el fondo que la forma. la forma no es ninguna joya literaria para enmarcar. y si me apuran, cualquier ciudadano medianamente informado conoce a la perfección el fondo como para que no le sorprenda lo que cuenta Aramburu.
sospecho que está bien que la gente lea mejor eso que el último romance tórrido de la presentadora del telediario. pero...

Parte de un comienzo muy interesante, pero conforme avanza la trama ésta se vuelve cada vez más convencional y previsible (estoy casi terminándolo, no sé si habrá sorpresas al final). Sin ser la mejor novela de Follett -los personajes son algo más planos que de costumbre y los continuos flashbacks para contextualizarlos entorpecen un tanto la historia principal-, resulta entretenida y está llena de acción.

La edición de Cátedra de dos poemarios de Juana de Ibarbourou, 'Las lenguas de diamante' / 'Raíz Salvaje'.

Es curioso que, así como la generación del 27 no ha dejado en España una figura femenina generalmente reconocida como poeta de altura (sin quitarle méritos a Ernestina de Champourcín y cia.), en la misma época, la América de habla española sí entronizó a algunas poetas-f; sobre todo a las cuatro grandes: Storni, Agustini, Ibarbourou y Mistral.

En el flujo y reflujo de reputaciones que ayuda a diseñar la historia de la literatura, las cuatro se han sostenido razonablemente bien. Quizás no sea simplemente una de esas ironías que se dan en la historia, y que a algunos nos lleva a sospechar un impulso teleológico en el devenir de las cosas, sino una reacción típica, que las dos que fueron más celebradas en su época (Juana de América, premio Nobel) son las que se suele estimar menos ahora.

A mí la que más me gusta es Storni, pero la Ibarbourou tiene muchos versos estupendos y muy originales ("Caronte: yo seré un escándalo en tu barca") y algunos poemas de todo mérito, junto con tal y cual ripio e ingenuidad.

Su fama (no del todo justa) de poeta "feliz", que celebra la vida, se tenía que acompañar, inevitablemente, del reproche de superficialidad. Ese es otro asunto. No soy muy partidario de confundir la literatura, entendida como una de las artes, con la filosofía. Para leer filosofía, me basta con los filósofos. Uno no lee una novela con la aspiración de encontrar en ella la justificación de una nueva teoría científica o fórmula matemática, ¿por qué esperamos encontrar en ella solideces jurídicas, filosóficas o piscológicas?

Uno de sus buenos poemas, con una aparente alusión a la charca de Basho que me gusta mucho:
LA ESTRELLA

En el agua la estrella se refleja
Como una lentejuela de oro vivo,
O un lunar imprevisto en el motivo
Gris y redondo de la charca añeja.

Admiradas, absortas en la duda
De qué será lo que en el pozo brilla,
Las ranas están quietas a la orilla
En una adoración paciente y muda.

Y el pastor loco que con astros sueña
Hunde en el agua la imprudente mano.
Quiere sacar la estrella del pantano
Y en la imposible salvación se empeña.

¡Cloc, cloc!-gimen las ranas desoladas.
Roto el reflejo, desgarrado el astro,
Ya no queda en la charca sino un rastro
De hebras de luz sutiles y doradas.

Y yo, que asisto a la lección y llevo
En mi charca interior la dulce estrella
De una ilusión que se retrata en ella,
A ansiar la realidad ya no me atrevo.

Y como hipnotizada por el loco
Afán de no ver roto mi tesoro,
Hago guardia tenaz al astro de oro,
Lo miro fijo, pero no lo toco.

La novela inquietantemente distópica "Nosotros" de Zamiatin.
Muy cercana. De ahí lo inquietante.
Supera a Orwell (una pista).

Esta novela he querido leerla desde hace tiempo, pero, por una de esas cosas inexplicables, al final siempre me ha dado pereza.

Lo que sí he hecho ahora es ir a wikipedia, a ver si encontraba una perla de sabiduría que pudiera pasar de contrabando como propia aquí en el foro, y me he llevado la sorpresa de que se menciona, inesperadamente, el nombre del humorista inglés Jerome K Jerome (un favorito mío de infancia) como autor de un relato en el que se especula que pudo inspirarse (o no, quién sabe) Zamyatin.

Y no sólo eso, sino que se puede obtener gratis el texto de JkJ, en pdf:
http://www.libertarian.co.uk/lapubs/cultn/cultn014.pdf

Yo no puedo comparar nada, porque no he leído Nosotros, claro (aunque la falta de conocimientos pcas veces a sido un obstáculo a mi afán comparativo, je, je; pero esta vez tendré vergüenza).

A Godly Hero: The Life of William Jennings Bryan, de Michael Kazin.

Ahora que el populismo se ha encumbrado en la política americana (aunque sea un populismo bastante extraño, que defiende postulados aislacionistas y proteccionistas que han defendido los grandes partidos del sistema americano en diversas épocas de la historia), parece oportuno leer una biografía de un gran personaje histórico asociado a un populismo de verdad.

Los Trumpistas se dicen seguidores de la estirpe de Andrew Jackson, pero parecen olvidarse convenientemente del verdadero antecesor de Trump, que es Bryan. Quizás porque Bryan no llegó nunca a ser presidente (aunque lo intentó tres veces, y, en la primera, fue el candidado más joven a la presidencia que jamás haya presentado ninguno de los dos grandes partidos) y porqué hay cosas de Bryan difíciles de defender, como su integrismo religioso y poca simpatía con los derechos civiles de los negros.

Byran fue a la vez el campeón y el verdugo del poderoso movimiento populista que (junto con su movimiento gemelo: el prohibicionista) marcó la política de los EEUU a caballo entre los sigloes XIX y XX. El campeón, porque se reclamó candidato populista por el Partido Demócrata de los EEUU. Verdugo porque contribuyó poderosamente al fin de dicho movimiento.

En realidad, del partido populista Bryan sólo aceptó una idea fuerza: el bimetalismo. Sí, la gente basaba su voto en esa época en un concepto tan esotérico como ese. Los campesinos menos acomodados del país creían que una moneda sostenida no sólo en el oro, sino también en la plata, favorecería la expansión del crédito y el aumento del poder adquisitivo en las grandes ciudades, principales compradores de los productos agrícolas.

Pero Bryan no llevó al programa del Partido Demócrata propuestas que eran mucho más importantes para los populistas que el bimetalismo, como la nacionalización de la banca (para ampliar el crédito) y de los ferrocarriles (para acabar con las tarifas de extorsión que imponían los grandes barones de la industria del ferrocarril al transporte de productos del campo).

Así pues, Bryan convirtió el programa verdaderamente radical del partido populista en un programa populista superficial, maquillado.

Pese a todo, los populistas, deslumbrados por la oportunidad de poner a uno de los suyos en la Casa Blanca, apoyaron a Bryan, abandonando muchos de sus principios. Y Bryan perdió. Y comenzó la decadencia del partido populista.


Los amantes del viejo cine USA recordaran la película la Herencia del Tiempo, en la que Fredich March encarna a un trasunto levemente disfrazado de Bryan, ya en su decadencia.

Bryan, colosal orador (a diferencia de Trump) era autor de uno de los discursos más famosos de la historia de los EEUU, que se puede escuchar en youtube (aunque ya era mayor cuando lo grabó, y posiblemente había dejado de creer en lo que predicaba):
https://www.youtube.com/watch?v=UV2wRCcWJa8

y que termina con estas palabras, tan de la vieja escuela de la oratoria inflamada:
"...you shall not press down upon the brow of labor this crown of thorns. You shall not crucify mankind upon a cross of gold. (...no hincarás en la frente del trabajador esta corona de espinas. No crucificarás a la humanidad en una cruz de oro.")

Alguien ha leído las novelas de la saga "L'amica geniale" ("la amiga estupenda") de Elena Ferrante¿

Pues yo tengo el primer tomo esperándome en mi Kindle desde hace ya más de un año. A ver si me decido a empezar.

Por lo visto es un gran éxito en Italia, pero claro, gran éxito en España ha sido Ruiz Zafón y es lo que no quiero encontrarme.

La única manera de salir de dudas es meterse con ello...

Esta semana empiezo con la primera parte del libro: "Infanzia".

la serie Bergman, del que este libro es su primera entrega.
el género negro, desde mi punto de vista, está viviendo una (r)evolución. tenemos a los que perseveran en que el thriller de toda la vida siga siendo un producto literario, y a sus cánones se circunscriben. esto puede parecer una obviedad, pero no lo es. está Ellroy. está Izzo. están Marlowe y Hammett. está McCain. pero también Montalbán, French, Lehane, Connolly, Grangé, Minier, Markaris, James, Camilleri, etc.
pero de un tiempo a esta parte, han aterrizado en el universo negro los guionistas de televisión que dan en sus libros rienda suelta a su creatividad. lo que ocurre es que están constreñidos por el lenguaje televisivo, involuntariamente (o no) condicionados por el formato: capítulo corto, tensión creciente medida al milímetro, personajes con sus correspondientes aristas... ¿es literatura? solo faltaba, claro que lo es. pero no es literatura nacida de la literatura, sino florecida tras la siembra en la huerta catódica. mi admirado Don Winslow forma parte de este estilo. o David Simon. o estos suecos de la serie Bergman, Hjorth y Rosenfeld, creadores de la serie "Broen" (exportada y adaptada en varios países como "El Puente"). incluso hay autores, como Luca d'Andrea (autor de otro bestseller en Italia, "La sustancia del mal") que ya conciben su estilo como un paso previo al guión de televisión.

volviendo a "Secretos imperfectos". se lee con enorme facilidad. el personaje del atormentado psicólogo Sebastian Bergman es ciertamente interesante, y la trama fluye hasta un endiablado giro final. el libro se devora en una sentada. pero le queda a uno la duda de si está leyendo o, por el contrario, contemplando un capítulo de una serie cualquiera (nórdica, claro).

para los que consideren otro tipo de género negro, otras recomendaciones:

Muy interesante su clasificación.

Es curioso cómo cada vez más buenos lectores, incluso aquéllos que, hace unos años, se hubieran sentido abochornados si alguien les hubiera encontrado con un libro en las manos que no tuviera notas a pie de página o comentarios en la solapa del tipo de "audaz exploración de los límites del lenguaje", "complejo reengarce del tiempo narrativo" se han pasado con armas y bagajes, y sin ningún complejo, a la novela negra.

Entiendo el fenómeno; yo también me he refugiado en otras orillas (en mi caso los clásicos que han sobrevivido al desgaste del tiempo). Y es que la literattura digamos que, "seria", de nuestra época no acaba de salir del turbión de la modernidad y del "experimentalismo". Afortunadamente, parece que algunos escritores actuales están volviendo a aprender las artes narrativas más añejas. Y a mí también me deslumbró en su momento Joyce y eas cosas, pero hay un límite al encanto del manierismo.

No leo mucha novela negra, pero si todos escribieran como Raymond Chandler o Ross Macdonald mi vicio sería incontenible.

Eso sí, contemplo con inquietud cierta deriva de la novela de género (a mí me gustan las narraciones de "miedo") hacia la "complejidad estructural" y el formalismo experimental.