NICO escribió:
Alguien sabe por qué hay una especie de estúpido consenso en aumentar la duración de los partidos hasta más de un 10% del tiempo reglamentario en muchos casos?
Se trata de evitar que se juegue menos tiempo efectivo. Y sobre todo no beneficiar a quien pierde tiempo intencionadamente.
En un tiempo sin demasiadas interrupciones, se suele jugar una media de 30 minutos de juego efectivo, pero la media por partido está en 54, minutos por partido, unos 27 por tiempo. En España en la liga la media baja a 52 minutos, que son 26 minutos por tiempo.
Se trata de que al menos se llegue a esa casi media hora de juego efectivo. Si un jugador es atendido y se para el juego 2 minutos y 8 segundos, pues hay que añadir al tiempo final 2 minutos. Si esto sucede de forma similar 3 veces pues habrá que añadir 6 minutos. Si ha habido 6 ventanas de cambio con una media de 30 segundos, pues hay que añadir al final 9 minutos. Y si en esos 9 minutos hay un jugador con conmoción y se para 9 minutos, habrá que ir en el descuento hasta los 18 minutos, como ha sucedido algo parecido en el Argentina Arabia.
Esto que ha sucedido en 2 partidos del mundial es evidentemente por situaciones graves de un jugador y no suele ser normal, pero que haya interrupciones de 8 minutos más los cambios y haya que descontar 11 minutos lo vamos a ver más veces en el mundial. También hay que tener en cuenta que si un equipo mete un gol al final y con esto de la emoción se hace una piña y se tiran un minuto haciendo una piña, algo normal en los mundiales, hay que descontarlo.
Hace poco ocurría eso, el equipo que iba ganando se encargaba de que los últimos 10 minutos se jugasen 2 o menos. Continuas lesiones, simulaciones de tirón muscular, camillas etc. Y más en los mundiales. Y parecía que estaba prohibido descontar más de 5 minutos. Pues si hay que hacerlo por 8 o 9 porque se ha cronometrado que ha habido esas interrupciones, se añade.
Es casi la regla más justa que se ha podido hacer en el fútbol, no entiendo que haya gente que pueda estar en contra.
Es solo lo más lógico y de sentido común para aplicar justicia.