Marcelo’s angry foul on Barcelona’s Cesc Fabregas, which marred the end of Wednesday’s Spanish Supercup final, was an unnecessary attack given it occurred moments before the whistle in a game his team was about to lose. But it was also the latest black mark on a Real Madrid team that, under Jose Mourinho, has become known more for its indefensible outbursts and its postgame complaining than it has for its sometimes unbeatable play.

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Is it embarrassment, or jealousy, or something else that drives Mourinho and his players to lash out? Real Madrid has played seven games against Barcelona since last November. It has won only one of those games, but has managed to have a player sent off in five. That, apparently, is an even trade for Mourinho.

Es probable que Guardiola se haya expresado en esos términos, pero, en este momento, no tiene razón.

En cuanto al posible pisotón del Señor Mourinho a Cesc, sinceramente, no lo aprecio. Creo que no llega siquiera a rozarlo. Es más, Cesc ni se mueve. Supongo que si te pisan la cabeza tiene que doler mucho.

Luego dirán que los barcelonistas nos quejamos y que si hablamos de la Central Lechera o la Caverna Mediática o tal.

Vean cómo se trata en un canal de la TELEVISIÓN PÚBLICA de este país el asunto de Mourinho ayer.



Una manipulación tan burda, lamentable y por consiguiente ASQUEROSA que merece denunciarse.

La realidad deportiva es que ambos equipos están tremendamente igualados.

En una competencia de 180 minutos, el resultado agregado era de 4-4 a falta de 5 minutos.

Pensemos en la tarjeta de visita que se llevó el Manchester United hace unos meses.

Mourinho está construyendo el equipo para superar al Barcelona, y en ese empeño, que es muy difícil, tremendamente difícil, estamos. Por si fuera poco, los refuerzos de Cesc y Sánchez son muy buenos, y la irrupción de Thiago, soberbia (aunque en este último caso, tengo mis dudas que Guardiola sepa manejarlo).

Ahora, en mi opinión, el Madrid debe fichar un centrocampista de calidad y pensar si necesitamos un tercer delantero. A mi modo de ver, si Cristiano va a jugar minutos significativos en ese puesto, no es preciso fichar; si va a seguir jugando siempre desde la banda, deberíamos acometer el fichaje.

El resto, es algo poco edificante, pero bastante común. Una entrada absurda de Marcelo, a destiempo y sin poder disputar el balón, que debe saldarse con tarjeta roja y un par de partidos en la nevera. Y a otra cosa. Cuando jugadores y técnicos de ambos banquillos saltan al campo y organizan la tangana, eso es el verdadero problema, y que el árbitro resolvió bien, con un par de expulsados y a tranquilizarse todo el mundo.