Fue una gran experiencia la vivida martes y miércoles en el Martín Carpena; mucho malagueño y numerosa peña madrileña, queriendo llegar en cinco minutos a un lugar al que se tardan 15... Si se va en metro o cercanías. Al comodón de turno (boquerón o de fuera) que cogió el coche para llegar con tranquilidad, aprendió el primer día que entraba hora y media tarde, como mínimo. Lo malo: reincidieron. Una, que salía del trabajo a las tres, se llevó bocaras y bebidas (agua, malpensados; hace calor) en el fondo de un bolso amplio, con un bonito pañuelo: he de decir que los policías (guardias jurados todos) nos pedían mostrar bolsos más preocupados por aparatos electricos (textual). En fin, móviles llevamos todos. Y yo vi partidos de fútbol en las pantallas de los móviles de la gente. En fin, al lío. Confieso que el dobles entre Australia y Países Bajos no lo vi pues era tarde, estaba muy cansada y madrugaba el miércoles, que tocaba animar. Entre 15.30 y 15.40h llegué al Martín Carpena, a pie, caminando unos minutos y mi sitio era óptimo para la visión, aunque (como comprobé) perdía ver perfectamente la línea derecha a la hora de que la bola la tocase (ya pidieron los croatas, ya). Mi resumen es que a jugadores que sacan a 210 km/h no se les debe devolver la bola de igual manera, a menos que se sea un máquina en ello. No me asombraron en técnica los croatas pero ganaron porque hicieron su juego; Agut dio puntos asombrosos pero su oponente era seguro y muy fuerte en los saques (directos, muchísimos) y no lo vi (a Roberto) ni seguro ni convencido; es mi sensación. A él le tocó esperar a que los espontáneos que quisieron atarse a la red fueran reducidos (pelearon un poco) y los sacaran, entrando por su zona. Eso, le pudo descentrar y dar inquietud. Segundo: la mole de Cilic contra Carreño. Apasionante cómo se empleó el asturiano; llevó su juego (y ganó el primer set) pero los golpes devueltos a idéntica velocidad, favorecieron los raquetazos de Cilic quien, cometiendo más faltas que mis alumnos en dos años, lo agotó (zambombazos a 212 km/h que movían a Carreño) y varios puntos muy discutibles, a saber: 1. Varias veces se fue fuera la bola de Cilic pero no se cantó. 2. Algunas revisiones cayeron en la línea y se mostraron fuera (a ambos, más a Carreño). 3. El público se indignó con la banda croata que celebraba los errores españoles. Por favor, recuérdenme cuándo lo ha hecho España. He de decir que la banda se disolvió de inmediato y salieron corriendo. Málaga no abucheó a los jugadores, sino a la banda... Y a quienes permitieron su permanencia. El apoyo y ánimo del público fue inmenso, desde el inicio hasta el final de esa "muerte súbita" a la que no se debió llegar. Todos salimos tristes: queríamos la victoria de España. Así lo viví; añadiré si recuerdo más detalles (supe que España ganó a Costa Rica porque lo vi en pantallas de mis vecinos de asiento). Fue apasionante y triste, a la vez. Y tengo favoritos para la final. A ver si se cumple...
_________________ "Empia razza, anatema su voi!La vendetta scenderà!"
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