Mozart: Idomeneo, re di Creta (Teatro Real, 2019)
Eric Cutler (Idomeneo), David Portillo (Idamante), Anett Fritsch (Illia), Eleonora Buratto (Elettra), Benjamin Hulett (Arbace), Oliver Johnston (Gran sacerdote de Neptuno), Alexander Tsymbalyuk (Voz de Neptuno).
Coro y Orquesta del Teatro Real. Dir.: Ivor Bolton.
Dirección esc.: Robert Carsen.
En Palco de la 2 están ofreciendo esta grabación de una de las funciones de comienzos de año y no he perdido la oportunidad de echarme otro Idomeneo a la saca. Como ya he comentado otras veces, es una obra que voy apreciando más con cada nueva escucha. Y eso que en esta ocasión se trata de una versión más bien discreta, pero que tiene la virtud de ir de menos a más, sobre todo en lo que a instrumentación y coros se refiere: Bolton y su orquesta empiezan más bien marmolillos, pero parecen ir calentando a lo largo de la función y el coro del Real logra su mejor rendimiento en el O voto tremendo del acto final.
La misma sensación dejan los cantantes, porque la última aria del rey de Creta, la intervención de Neptuno y el D'Oreste, d'Aiace de Elettra son, a mi juicio, lo más notable de la velada. Lo más flojo, la pareja de enamorados, voces de escasa entidad tapadas en más de una ocasión por la orquesta (no quiero imaginarme la impresión en vivo), con tendencia al blanqueo, la afonía y el ahogamiento. El señor que hace de Arbace le da un par de vueltas a este David Portillo. Zeffiretti lusinghieri se escucha mono y tal, pero a uno ya se le ha olvidado en cuanto suenan los primeros acordes del siguiente número. Eric Cutler (Idomeneo) sube algo el nivel, al menos su interpretación transmite, pero tampoco va sobrado de recursos, el timbre es más bien feote y sus frases col fiato dan un resultado bastante irregular. La mejor del elenco es Eleanora Buratto que, pese a cierta inseguridad en las agilidades y momentos en que se borra un poco de escena –como en el extraordinario cuarteto Andrò ramingo e solo-, exhibe un instrumento de cierto fuste y un fraseo mucho más “natural” que sus compañeros; y entrecomillo lo de natural porque no creo que se deba solo a que es la única italiana del reparto.
La puesta de Carsen es coherente con el libreto y cuenta con algunos momentos logrados, aunque al final no tiene mucho recorrido y termina con una escena de una simpleza digna de función de instituto.
_________________ Para saber mucho: vivir muchos años, caminar muchas tierras, leer buenos libros o conversar con amigos sabios y discretos. (Baltasar Gracián)
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