Segunda respuesta:
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Caro Piccolo:
Aquí estoy de nuevo escribiendo sobre mis reflexiones referentes a los distintos puntos de mi carta anterior. Lo voy a ir haciendo en el mismo orden recogido en la misma.
Esquema Artístico.
Hoy ABAO es una de las pocas organizaciones operísticas en España que tiene un esquema de programación conocido, a base de mezclar repertorio, óperas no frecuentes y estrenos (relación 3/2/2), aparte de contar con un proyecto a largo plazo “Tutto Verdi”. A este esquema en algunas ocasiones se le ha bautizado como “esquema Matellanes” y nada más lejos de la realidad, ya que viene desde principios de los años 90.
Entiendo que para el socio este esquema o cualquier otro alternativo tiene una gran importancia y lo lógico es plantear alternativas o bien aceptar el esquema actual.
Habrá quien piense que arrimo el ascua a mi sardina, puesto que yo he sido en gran medida el autor de este esquema de programación. Me parece fundamental contar con un plan de programación para evitar que los gustos personales de responsables artísticos en el futuro puedan alterar el mismo. Yo entiendo el esquema de programación como una especie de pacto entre organización y espectadores, que no puede quedar al albur de gustos personales.
En los próximos cuatro años el esquema seguirá funcionando. A partir de ahí, la Junta Directiva es quien tiene que establecer el marco en el que el Director Artístico se desenvuelva. Muchas veces se lee que determinados responsables programan de acuerdo con sus gustos, lo que me parece inevitable, ya que siempre se tiende a creer que los gustos de uno son universales e inmejorables. Por eso, las reglas de juego en forma de esquema de programación me parecen esenciales.
¿Cuál será posición respecto del Proyecto Tutto Verdi? No parece que el mismo haya levantado mucha polémica, pero todo es revisable.
¿Qué harían con el Proyecto Cultural Tutto Verdi? ¿Y con su Director? Es una idea que este último consiguió que el Presidente la abrazara con gran entusiasmo y, como todas las cosas, puede ser revisada por Juntas alternativas.
No son cuestiones menores ninguna de ellas y cualquier posición es tan válida como las existentes.
Implicación del socio.
Hoy el socio no interesa más que para garantizar la solidez financiera de la asociación y como cliente. ¿Qué harían para implicar al socio? ¿Cambiarían los estatutos par hacer que el socio vote de verdad? ¿Cómo conseguirían llevar al socio a las Asambleas y que participe en las mismas?
Las asociaciones de amigos de la ópera fueron la respuesta de la sociedad civil al abandono en que los gobiernos de Franco tenían sumida a la cultura. Hoy las cosas han cambiado mucho y no hay temporada de ópera que no exija la implicación a fondo de las instituciones públicas, directa o indirectamente. A las óperas de ABAO irían los mismos espectadores que ahora, si la organización estuviera en manos de la Diputación o cualquier otra institución, ya que es muy difícil hoy defender que ABAO es la sociedad civil en marcha, cuando los socios no participan y la organización tiene una estructura creciente y cada vez más profesionalizada.
En esta “legislatura” se han dado pasos definitivos hacia la profesionalización de la gestión, aunque se sigue estando en precario respecto de aspectos fundamentales de la ópera.
La Presidencia de Iñaki Irusta trajo consigo la institucionalización de las comisiones de trabajo, como medio de implicar a los socios en las labores de ABAO. En la actual Presidencia, esto ha pasado a ser un mero recuerdo histórico. El esquema de Irusta traía consigo la necesidad de aunar voluntades y atraer a ABAO a gente dispuesta a trabajar. El esquema actual avanza hacia una organización plenamente profesionalizada, en la que el socio poco o nada tiene que aportar. Si alguna Presidencia ha sido incapaz de aunar voluntades ha sido ésta. Basta con ver las bajas que se han producido por el camino.
La hipotética candidatura alternativa ¿qué planes presentará en este sentido?
Desde mi punto de vista es éste un aspecto fundamental, ya que si el socio no se implica cuál es la diferencia entre el socio de ABAO y el espectador que acude al Arriaga o a cualquier otro teatro de ópera. No nos equivoquemos un socio no forma parte de la vida de la sociedad por tener un carné, sino por ser partícipe de la marcha de la asociación. El desinterés lleva a pasar de todo, incluso las elecciones a Presidente. Pocas veces ha habido dos candidaturas y bien que se echa en falta, ya que sin oposición no hay avance.
Precios de Localidades.
La ópera es un espectáculo caro en todas partes, pero los precios del Euskalduna en las representaciones de ópera de ABAO son excesivamente altos. No basta con comparar el precio de la butaca. El problema es ofrecer localidades baratas en cantidad suficiente. Hoy la ópera tiene una vertiente elitista inevitable y me parece muy bien que el precio d de la “poltronissima” sea lo más alto posible con el límite de que las localidades se cubran totalmente. Hay otras muchas localidades en el Euskalduna que deberían ver revisados sus precios a la baja, si se quiere perder el aspecto elitista. Si además la Asociación tiene superavit, se debería revisar la política de precios con urgencia. Pocas aplicaciones se me ocurren mejores para los buenos resultados económicos que hacer más asequible la ópera, haciendo realidad lo de “la ópera al alcance de todos”.
Los políticos ofrecen el oro y el moro en las campañas electorales. Que los candidatos ofrezcan sus programas y sus políticas de precios, sería un interesante revulsivo
Instituciones Públicas.
Creo que a nadie se le puede escapar que para ser Presidente de ABAO se tiene que contar con algún tipo de apoyo público. Siempre ha sido así. Los Presidentes de ABAO no se han caracterizado por sus conocimientos musicales u operísticos. Un Presidente “desafecto” a los poderes del momento no tiene nada que hacer. He conocido muy de cerca todo esto para saber muy bien de qué hablo. Considerar que hoy en día ABAO es una institución civil, apolítica e independiente es una quimera. Ni lo es hoy ni lo ha sido nunca.
Son varias las instituciones que intervienen en todo esto y las visiones de cada una de ellas pueden ser y de hecho serán muy distintas.
Hoy hay una clara desproporción entre las aportaciones de las distintas instituciones y lo que obtienen de la temporada de ópera de ABAO. El Ministerio de Cultura es quien más aporta con diferencia y quien más ha aumentado las subvenciones a ABAO en los últimos años. Las razones son tan simples como percatarse del hecho de que el gobierno del PSOE lleva tiempo necesitando votos periféricos para poder sacar adelante los presupuestos. La Presidencia de ABAO se ha movido muy bien y ha conseguido que el PNV haya negociado subidas muy importantes de las subvenciones del Ministerio de Cultura. Esto es una magnífica noticia, pero crea claros nubarrones para adelante ¿Qué pasará el día que el partido gobernante en Madrid no necesite los votos del PNV? Esta subida de las subvenciones ha traído consigo una saneada situación financiera en ABAO, cuyo mérito hay que reconocérselo al Presidente, aunque se corre el peligro cierto de que un aumento de gastos, como el que de forma notable ( y no en aspectos musicales o vocales) se ha producido en los tres últimos años, acabe hipotecando el futuro. Todos sabemos que es mucho más fácil subir las cuentas de gastos que bajarlas. Si bajan los ingresos tendrán que reducirse los gastos y esto puede presentar problemas muy serios.
El Gobierno Vasco no ha pasado nunca de participar de modo secundario en la financiación de las temporadas de ópera de ABAO, más allá de que el Lehendakari esté presente en la inauguración y en el cierre de las temporadas. La participación de la Orquesta de Euskadi es una carga más que una ayuda, ya que resulta más cara que cualquier otra, al contar desplazamientos, horas extraordinarias etc, etc, sin que su calidad aporte nada añadido frente a la mayor parte de las alternativas.
La Diputación de Vizcaya es un elemento clave y cuya posición deja bastante que desear. Está claro que al actual Diputado General le interesa mucho más el fútbol que la ópera y se le ve con frecuencia en San Mamés, mientras que al Euskalduna se le ve por excepción. Él es el gran defensor de que la Diputación subvencione al Athletic. Es una pena que no le guste la ópera. Claro que al anterior le gustaba, pero el protagonismo lo quería para la propia Diputación, reconociendo que al aficionado le ofreció espectáculos más que interesantes.. El mayor problema de la Diputación no es su falta de implicación, sino su posición respecto del uso del Euskalduna y la participación de la BOS. La gestión del Euskalduna es intocable y tiene como cliente cautivo a ABAO con todos los problemas que lleva consigo, particularmente en lo relativo al uso del teatro para los necesarios ensayos. La BOS tiene siempre prioridad en el Euskalduna, lo que también afecta a la programación de ABAO, como la tiene la temporada de teatro de verano y la campaña de Navidad, aparte de que el mes de marzo no es hábil, ya que las Juntas de ciertas empresas son más importantes que otras cuestiones culturales. La BOS no es precisamente una de las mejores orquestas españolas en foso, aunque ha mejorado con Juanjo Mena de manera notable. No está de más recordar que hubo dos directores en los años 90 que abandonaros los ensayos por los problemas de la BOS. Me refiero a Stefan Soltesz y Paolo Carignani.
El Ayuntamiento de Bilbao es el más beneficiado de la proyección internacional que la ópera aporta a Bilbao y, sin embargo, su implicación es ridícula. El señor Azkuna es aficionado a la ópera, pero le interesa más su teatro y las organizaciones protegidas por él mismo. En el mundo de la ópera se conoce Bilbao por la calidad que ofrece ABAO y no por el barroco que ofrece el Arriaga y las organizaciones paralelas. Como aficionado a la ópera me parece estupendo que el Ayuntamiento ofrezca ópera y que contrate a Emilio Sagi. Lo que no entiendo es ni la postura del Alcalde ni la de la Presidencia de ABAO hacia él.
En resumidas cuentas, cualquier Presidente de ABAO tiene que plantearse qué hacer con las distintas instituciones y qué apoyos va a tener. De no contar con la ayuda debida, ABAO estaría en peligro evidente, ya que en una pelea la diferencia de medios entre las instituciones y ABAO es más que evidente.
Estos aspectos me parecen muy importantes para cualquiera que pretenda ofrecer su candidatura al socio (¿lo seguimos llamando así?). Creer que es suficiente para gestionar ABAO afición y entrega personal es no ser consciente de la realidad de la vida cultural y política.
Continuaré en los próximos días, salvo que me digas que ya te he aburrido bastante con mis rollos.
Un abrazo
JM
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Sólo decir que aunque algunas expresiones (como "la hipotética candidatura") puede que no se entiendan, vienen a cuento de que yo antes le he pedido su opinión, entre otras cosas, sobre cómo vería que hoy un grupo de gente se uniera para formar una alternativa.
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