Crítica del recital que aparece hoy martes en
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Galicia
El triunfo del buen gusto
La Coruña, 25.09.2004. Palacio de la Ópera. Francisco Casanova, tenor. Orquesta de Castilla y León. Luis Fernando Malheiro. Programa: G. Verdi: 'Nabucco', obertura; 'I Lombardi alla prima crocciata', La mia Letizia infondere, aria de Oronte. Giacomo Puccini: 'Manon Lescaut': 'Intermedio sinfónico'; Donna mon vidi mai, aria de Des Grieux. G. Verdi: 'La Traviata', preludio al acto primero. 'Luisa Miller': o fede negar potessi! Quando le ser al placido. L'ara o l'avel, recitativo, aria y cabaleta de Rodolfo. J. F. Halévy: 'La hebrea', Rachel, quand du segnieur, aria de Eleazar. J. Massenet: 'Thaïs', Meditación; Werther, Invocación a la Naturaleza, O Nature! Aria de Werther. G. Mayerber, 'La Africana', O Paradis! aria de Vasco da Gama. G. Bizet, 'Carmen', Preludio al acto III. J. Massenet, 'El Cid', O souverain, aria de Rodrigo. Festival de Amigos de la ópera de La Coruña
Julián Carrillo
Francisco Casanova está considerado como uno de los mejores tenores actuales. Con cincuenta personajes en su haber, se puede decir de él que domina ampliamente el repertorio operístico para su voz, lo que ha demostrado en los más importantes teatros de ópera del mundo: Metropolitan, La Scala, óperas de Viena y Génova, o Carnegie Hall han sido importantes hitos y testigos gozosos de su carrera.
En su presentación en La Coruña, Casanova abordó el comprometido programa arriba reseñado, obteniendo un gran triunfo entre el público coruñés. Éxito que se manifestó no sólo al acabar cada una de sus intervenciones y al final de la gala -hubo de cantar cinco bises-, sino con ese silencio tan especial con que el público coruñés aficionado a la lírica sabe escuchar.
Hubo momentos de gran emoción a lo largo de la gala, como en el recitativo, aria y cabaletta O fede negar potessi!... que cerraba la primera parte, o en las de Halévy o Massenet en las que, además, nos hizo disfrutar de una pronunciación realmente memorable por la dificultad que implican para el canto las vocales nasales y las erres guturales, que resolvió con una brillantez poco frecuente en la mayoría de los cantantes.
Claro que esto no fue sino la extensión al idioma de Molière de lo que ya había venido ofreciéndonos en italiano: una vocalización prácticamente perfecta que potencia las cualidades musicales y emotivas del tenor dominicano. Al bellísimo timbre de su voz se unen, junto a una excelente afinación, y una gran potencia y proyección de voz, un buen gusto y sentido de la interpretación realmente espléndidos.
Cualidades con las también que nos ofreció fuera de programa tres canciones napolitanas y una romanza de zarzuela, en el centro de las cuales engarzó como una breve pero brillantísima gema, parte de la Cantiga de Chané -Una noite na eira do trigo-, que literalmente hizo levantarse al auditorio... y el vello de quienes tuvimos la suerte de oírlo.