Con el permiso de todos ustedes sigo aprovechando comentarios de participantes del foro para abrir cadenas y poner a Wagner delante de sus ojitos.

Con motivo de la extrema duración del prologo y acto I de "Götterdämmerung" (que es similar al del acto I de "Parsifal" o el III de "Die Meistersinger von Nürmberg", que llega a los 120 minutos, se apuntaba que el hecho de no poder aplaudir pone al espectador en tesotura inhabitual.

Habrá quien diga, ógicamente, que lo coloca en las puertas del delirium tremens o de la diarrea mental, pero es que ya se sabe que hay gente "pa tó".

Yo, sin embargo, quiero poner sobre el tapete otra cuestión. Con Wagner más que con otros compositores, al acabar un acto o la obra misma, se produce ese momento escalofriante que es la del silencio. Cinco, diez segundos de enorme silencio con el que parece que el espectador quiere digerir la grandeza de lo escuchado. (Los del chiste del "se están despertando" absteberse, que está muy oido).

En Madrid lo viví con Baremboin y su "Tristan und Isolde". No fueron más de cinco (y es que hay gente que si no aplaude la primera le da un pampurrio) pero fue muy emocionante. Me han dicho que en Europa central (fundamentalmente Alemania y Austria) son mucho más prolongados.

Ello no obsta el jolgorio posterior si la función ha merecido la pena.

Otra cosa muy diferente es el silencio tras el acto I de "Parsifal". Según mis datos, solo se observa en Bayreuth y a duras penas. Un servido jamás ha aplaudido a su finalización, aunque sea por simbolismo. ¿Que opinan?

Yo he estado en Bayreuth viendo Parsifal y nadie aplaudio nunca, solo al final aplaudieron a la salida de los cantantes. Eso quiso Wagner y asi lo siguen haciendo, ya que el queria que fuera como una opera sagrada. A mi me parece muy bien que en ese santuario lo hagan, luego en otro teatro que se aplauda lo que se quiera. Al final de todas maneras, los cantantes vienen aplaudidos igualmente. La verdad es que la sensacion es increible en ese teatro -santuario.

Yo , sinceramente , soy de la opinión de que el aplauso debería producirse al final de cada acto,,,y POR FAVOR , cuando ha terminado el último compás de la orquesta , no cuando ha terminado el sobreagudo de turno. " Es que hay arias que no puedes contenerte..." ...joer !!! y frases , y melodias..., pero no me gusta cortar el rollo del momento....

Yo he visto Parsifal en tres ocasiones. Los 2 repartos que hubo en Madrid recientemente y una en Berlin. Todavía no he podido verla en Bayreuth. Espero no morirme sin vivir esa experiencia. En las dos funciones de Madrid el público no lo respetó y aplaudió a rabiar . En Berlin era la última del ciclo completo de Barenboim y estaba llena de japoneses y americanos, con lo cual yo pensaba que iba a ser imposible mantener el silencio con lo dado que son estos últimos a aplaudir y bravear incluso antes de que termine la música. Cuando llegó el final del primer acto no es que nadie aplaudiera, es que no se oía ni a una mosca. Yo tuve que contener la respiración para mantener ese absoluto silencio. Ni si quiera hubo el inicio de un despistado. Pienso que si hubiesen aplaudido tres o cuatro, ya no sería lo mismo. La verdad es que después de toda la escena en el templo del Grial el efecto es sobrecogedor. Al final más de 60 minutos de aplausos. Mantener este tipo de tradiciones me parece muy bonito sobretodo si tienen un porqué y un sentido y además es deseo expreso del autor. Ya nos contareis que tal en Barcelona el año que viene donde hay una gran tradición Wagneriana.

Saludos

Querido Gouverneur:

No es con animo de polemizar , pero no crees que en las óperas de Wagner , sucede que mucha gente no aplaude en seguida porque no tienen claro si es el momento...?? , o sea que no tienen el "platillazo" de turno que les anuncia que ya se ha terminado el acto ????

Tengo un más que bonito recuerdo de unos maestros cantores en los que participé en el liceu , y sobre ese último acto. Recuerdo que Hans Sachs era el grandioso WEIKL , y Herrmann Prey hacía el maestro "copion" . Me daba miedo el plantón que nos teníamos que pegar en ese último cuadro , pero a la hora de la verdad , y después de haber podido comprobar anteriormente en un refuerzo de coro de Lohëngrin , que Wagner era mucho Wagner. Empezando con la preciosa canción del tenor , hasta el discurso patriótico de Sachs .... de vez en cuando aun me pongo esa escena en el video. !!

saludos

Cada vez tengo más claro que Wagner es tan distinto a todo los demás...

Il Frate

Hombre Mario, yo creo que cuando se baja el telón y nadie aplaude es precísamente cuando todo el público conoce la obra y ha oído hablar de esta tradición. Por eso sólo sucede en determinados sitios o determinadas ocasiones. De todas maneras como te envidio por tener la ocasión de poder participar en una representación Wagneriana debe ser una gran experiencia. Menos mal que no fue en el último Lohengrin, porque si no la que hubieses montado con Albertodossi vestidos los 2 de colegiales haciendo travesuras

Saludos

Me ha hecho gracia lo de "el platillazo". Por cierto, Wagner hace terminar muchos de sus actos y óperas con el "platillazo" correspondiente. Pensemos en "Siegfried", por poner un ejemplo.

Ahora bien, mi reflexión quería ir un poco más lejos. Cuando hablamos de la actitud de escucha en una ópera, es diferente en una ópera de "platillazos" o "arias-que-espero-para-aplaudir-como-un-poseso" a una en la que la medodía es contínua, la letra adquiere un valor y se exige una actiud de escucha durante un tiempo prolongado.

No pensemos que los amantes de la música de Wagner somos especiales. Yo tambien soy víctima de las cosas cotidianas: si el niño no me ha dejado descnasar por la noche, si he tenido un dia dificil en la carretera, si el compañero de localidad es un coñazo,... tambien me es más dificil digerir un drama wagneriano. Como la "Semiramide" o "Giulio Cesare in Egitto".

Pero la modelo medólico wagenriano exige una actitud diferente. Cuando menos, con los "platillazos" o las arias la gente se espabila.

Con todo esto escrito, creo que es más fácil conseguir ese silencio clamoroso con la música de Wagner.

Por cierto, ese "Parsifal" de Barcelona, el posible de baremboin en Sevilla, ¿qué voy a hacer?

Y un sueño. Bayreuth. Hoy por hoy, un sueño que poco a poco vamos construyendo con cartitas y negativas.

¿Cómo que es difícil de digerir "Giulio Cesare in Egitto"?

Ahora en serio, yo he visto poco wagner (y no tengo ningún CD ), solo lo que han dado en el Liceu desde su reconstrucción, y no creí que la tetralogía fuera a gustarme tanto como me ha gustado....
Eso si, el cachondeo el día del ocaso de "ahora tenemos un segundo acto corto, solo 70 ' de nada" no lo pude evitar.....

Pues creo que fue Wagner el que cambió las costumbres de los conciertos. Todos sabeis que antes los conciertos y fundamentalmente las öperras eran un jaleo de ruidos, peleas, charloteos, discusiones , negociaciones económicas y de otro tipo. Incluso entre actos de una opera se representaba otra opera más corta ,etc.
Fue a partir de Wagner cuando se impuso el silencio (incluso al final) , la penumbra, el vestuario de los músicos, etc, es decir, las costumbres que conocemos ahora.
Supongo que cada pais tiene sus tradiciones y para mi gusto la cultura operística italiana me gusta más y es bonito mostrar los sentimientos del espectador (aplaudir, vitorear).

Ping, huyamos de los tópicos. Los germanos aplauden y vitorean como unos locos si la función ha merecido la pena. Te lo puedo asegurar.

El silencio inicial no excluye el paroxismo, si llega el caso.

Mahler también tuvo su parte en esa "reforma" de las costumbres.

Por otra parte, cuenta Norman Leberecht en su venenoso El mito del maestro que cuando Von Bülow el Cornudo se hizo cargo de la Filarmónica de Berlín, una de sus primeras medidas fue prohibir la ingesta de salchichas y cerveza en la sala

Y retomando lo que dice MarttiT, yo creo que hay diferencias marcadas entre los teatros donde se hacen las tomas en vivo.

- MET: Sale "la diva local". Aplauden y gritan. Antes de abrir la boca
- Salzburgo: hemos pagado una cara entrada. Somos gente fina. Aplaudimos. No braveamos
- Scala: somos tiffosi. Nadie puede gritar más que nosotros
- Moscú: organizados ciudadanos soviéticos. Aplaudimos. No gritamos. Hacen falta muchos copecs para hacer un rublo. Camarada Don Camilo.
- Berlín (Lucia Callas): Delirium tremens

Ya comenté en el antiguo foro , que después de haber trabajado durante los mejores años del Liceu , junto a los mejores cantantes del mundo y en su plenitud , la MAYOR EXPERIENCIA MUSICAL de mi vida , la tuve al poder participar como refuerzo de coro en Lohëngrin. ESO ES OTRA COSA !!!. JAMÁS OLVIDARÉ después de 3 meses de ensayos en sala , el dia que nos juntaron al coro general y a la orquesta. No pude cantar dos notas seguidas del nudo que se me hacía en la graganta...
GESEGNET SOLS DU SHROITEEEENNN.....

En cuanto a lo de participar en ese ultimo Lohëngrin , te diré que hasta pasé de ira a verlo. Después de lo vivido en el año 85 con la Lorengar y Jerusalem , nadie iba a joderme una opera como esa...

Ah!! y meistersinger con Weikl , creo que los decorados eran de Mestres Cabanes...sin comentarios.

P.D. Acabo de recibir la revista que se edita en barcelona de la asociación Wagneriana , donde han dedicado un número entero a poner a parir a estos escenografos y registas de pacotilla , junto a opiniones de un monton de cantantes historicos. Ya traduciré algunos comentarios y los pondré en un topic.

saludos

De acuerdo en eso de disfrutar del silencio: la música parte del silencio y cuando desaparece, qué queda? silencio...
Recuerdo otra anécdota reciente de nuestro querido Teatro real; función de Siegfried, dirige el maestro Schneider. al final la orquesta va reduciendo su volumen poco a poco antes del "chinpún" final; pues bien durante estos acordes previos en pianissimo, las cortinas comenzaban a cerrarse (que para el público "tan educado" del real es sinónimo del cartel de "applause" de los quizshows, vamos que se ha terminado el sopor) aplauso cerrado del patio de butacas, el maestro Schneider se pilló un gran cabreo, tiró la batuta y dejó sin marcar el final. No pudo soportar esa falta de respeto.

Cuando empecé a acudir a la ópera (no hace tanto como hubiera querido) tenia el aplauso fácil, y no hacía falta un gran trabajo por parte del intérprete para que servidor se pusiera a bravear cual "forofomedioenergúmenotiffosi". Pero con el paso del tiempo he comprendido la importancia de no interrumpir (aunque hay momentos en los que el aplauso es inevitable como el "il balen...", "cortigiani...", "Peble!, Patrizi!...", "Eri tu"...)

El público aquí es muy sinfónico y apenas aplaude durante la función, solo al acabar los distintos actos y la obra (aunque en esos momentos es bastante generoso en el reconomiento a los intérpretes) Por ejemplo, durante la Flauta Mágica sólo aplaudieron cuando se retiraba Papageno y señora (en parte porque ya no podía aguantarme más y desencadené el aplauso ) En Werther, obviamente nos volvimos locos (algunos más que otros, lo reconozco) cuando acabó el Pourquoi me réveiller? de Machado... y respetuoso silencio hasta el final.

pero lo mío, lo reconozco, es bravear
Il Frate