Hace ya un tiempo he estado investigando un poco acerca de la vida de este extraordinario cantante. Por lo que he descubierto, es sin lugar a dudas uno de los mejores baritonos de toda la historia y una persona digna de ser llamada "Leyenda" dentro de toda esa lista de nombres como Caruso, Callas, Corelli, Di Stefano y otros.
Titta Ruffo
Barítono italiano, 1877 - 1953
"una voce della era, miracolo della era!"
(Giuseppe de Luca refiriéndose a Titta Ruffo )
Ha sido unos de los mejores barítonos de su tiempo. Su verdadero nombre era Ruffo Cafiero Titta. Nació en Pisa el 9 de junio de 1877. Hijo de un trabajador del metal, creció en la pobreza. Por muchos años él viajó a través de Italia hasta que él finalmente encontró un patrón que le enseñó el comercio de la herrería. Su vocación por el canto despertó a los 15 años de edad. Si bien su talento vocal había llegado a ser evidente, por diversas razones no pudo iniciar sus estudios hasta cumplidos lo 20 años. Por consiguiente fue autodidacta y con escasos estudios musicales.
Se inscribió en el Conservatorio de Santa Cecilia en Roma. Fue alumno del famoso Venceslao Persichini, por una corto periodo (quién a propósito estaba más interesado en otro de sus discípulos, Giuseppe di Luca). en breve tiempo desertó, debido a las contradicciones que su voz generaba entre sus maestros pues mientras su propio maestro aseguraba que era bajo, otros sostenían que era barítono. Tal desacuerdo en las opiniones lo llevaron a abandonar a su profesor y a proseguir los estudios en Milán donde se puso bajo las guía de los barítonos S. Sparapani y L. Casini. Su debut no tuvo lugar hasta 1898 en el Teatro Costanzi de Roma interpretando el Heraldo de Lohengrin. A esto le sigue una maravillosa interpretación en la ópera Zaza, de Ruggero Leoncavallo, dirigida por Leopoldo Mugnone en el Teatro Ópera de Buenos Aires. En 1903 cantó El Barbero de Sevilla en el Covent Garden. Pero hasta su triunfal interpretación de Zaza en el Liceo de Milán (septiembre de 1904) y su primer contrato en el teatro del Conservatorio de San Petersburgo (1905), no se le abrieron las puertas de la celebridad al joven cantante de Pisa.
Efectivamente, pese a ser muy positivos, su presentación en otros teatros (Carlo Felice, de Génova con La Traviata y Rigoletto; en el Regio de Parma, con Il Trovatore; en Santiago de Chile, con L’Africana y Otello, en el Covent Garden, con Lucia di Lammermoor y El Barbero de Sevilla y, en su única temporada de actuación en La Scala 1903 – 1904 con Rigoletto, Germania, de A. Franchetti y Griselda de Massenet ) no sirvieron para asegurarle una sólida fama, debido a la competencia de otros famosos barítonos de la época.
Cuando a comienzos de 1905, debutó en el San Carlos de Lisboa con Hamlet, el éxito fue tal que el cantante pasó rápidamente a un mundo de leyenda, alimentada continuamente por sus triunfos a un lado y otro del Atlántico, con algunas actuaciones esporádicas en Italia, especialmente en roma y Florencia, que no se interrumpieron hasta su retirada de los escenarios en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1931.
En este Teatro cantó en forma casi permanente entre los años 1908 y 1931. En la temporada inaugural (1908) cantó diez óperas en escasos tres meses (entre el 30 de mayo y el 9 de septiembre.) Su repertorio estaba compuesto por más de 30 papeles. Titta, cuyo nombre real era Ruffo Cafiero Titta protagonizó una extraordinaria carrera, hasta el punto de ser considerado como una voz “histórica”, casi como la voz de barítono por antonomasia. Su voz de brillo y colorido inconfundible en toda su gama, difundía sonidos compactos y empastados que con la ayuda de fulgurantes vibraciones y perfectos claroscuros, conferían a su canto sus más genuinos atributos.
Única era también la extensión de su voz, que abarcaba diecisiete notas, incluido el Do tenor, lo que le permitía, a pesar de la especial amplitud de la gama central, dominar los extremos del pentagrama con la facilidad y claridad de sus legendarios agudos.
Si excepcional fue su voz, no menos prodigiosa resultaba su organización vocal, basada en una emisión que dependía de la especial conformación de la nariz y que le confería un volumen trascendental a ciertas vibraciones.
Si además, también se tiene en cuenta su talla como intérprete, ya que era un actor de gran relieve, con una dicción muy eficaz e incisiva, se comprende fácilmente el que se le haya atribuido el calificativo de “fenómeno”, inimitable por los rasgos peculiares de una personalidad humana, antes aún que artística, absolutamente excepcional, tal como se colige de su autobiografía La mia parábola.
A partir de 1937 se estableció en Florencia para dedicarse a la enseñanza, luego de haber sufrido la cárcel por sus ideas en contra del fascismo. En esa ciudad se produjo su paso a la inmortalidad el 5 de julio de 1953.
"en el transcurso de mi vida han habido tres milagros: Caruso, Ponselle y Ruffo. Aparte de éstos ha habido varios cantantes maravillosos."
(Tullio Serafín)
Nellie Melba: "no estoy cantando con él. Él es demasiado joven ser mi padre."
Titta Ruffo (que toma venganza): "ella es demasiado vieja ser mi Gilda."
Comentario:
A través de su carrera, su calificativo fue el de "El león cantante." Tomando en cuenta su aspecto: su figura hercúlea e imponente, su cabeza poderosa con melena de “león", y, naturalmente su voz, que tenía una fuerza increíble: la voz "de un león" de hecho, como Lauri-Volpi la puso en evidencia. Cuando su voz refulgente comenzó a palidecer, “el león” comenzó a morir y Ruffo mismo dijo después de terminar su carrera artística en 1936: "el león es silencioso."
La voz de Ruffo era una fuerza de la naturaleza, algo animalístico. Era un fenómeno singular. Su aspecto entero era único en el mundo de la ópera. Profundamente en el corazón Ruffo era, de hecho, natural y de ninguna manera cantante puro del belcanto. Su fuerza era el volumen increíblemente rico en las gamas más alta (que alcanzó de vez en cuando la región tenorial).
"nunca supe cómo cantar. No tengo ningún derecho de dar fama y reputación a mi nombre intentando enseñar a jóvenes algo que nunca supe cómo, ni siquiera yo mismo lo hacía."
Titta Ruffo
He aquí otro comentario que encontré:
Un barítono de extraordinaria densidad vocal como Tita Ruffo ( se precisaría tres o cuatro barítonos divos actuales cantando juntos para igualar su tamaño vocal ) se permitía cantar óperas completas de tenor gracias a su portentoso Sib3. Si escuchamos a su condiscípulo Battistini ( nominado " Rey de los Barítonos", para quien Massenet realizó una versión del Werther y a quien Verdi pretendió que estrenara su Falstaff ) en la grabación antiquísima del "Fin ch´an dal vino" podemos observar hasta que extremo utilizaba tan sólo el armónico fundamental y la "intensa delgadez" a que me refiero. Conviene advertir que dado el sistema de grabación ( acústico) escuchamos lo que se percibiría estando justo al lado del cantante , no lo que escucharíamos a varios metros de distancia en que el sonido se habría enormemente "amplificado", que es lo que debe suceder cuando la impostación es buena.
Creo haber mencionado alguna vez algo acerca de los animales de escenario, y creo que este cantante es digno de recibir aquél título. Junto con todos los que ustedes consideraron en una pasada encuesta hecha por mí.
Saludos