Buenos días,
Comentaba hace poco con un forero lo poco que se ha reconocido a Tebaldi por sus magistrales fraseo, acentos e interpretación dramática, frente a otras cualidades suyas de las que a menudo se habla, como la belleza del timbre.
Disfrutábamos concretamente de esta interpretación:
https://www.youtube.com/watch?v=rLiB9rn8CvgSeguir la partitura con las indicaciones de Puccini nos revela hasta qué punto se trasladan todas y cada una de ellas al canto (cómo interpreta la agitación rubateando o incalzando, dónde van las cesuras...) Y todo ello de la manera más natural imaginable, sin amaneramientos.
Hoy día que en el teatro prima lo visual, una gran parte de esta interpretación se descuida. La cantante lee "agitata" y puede pensar que ya lo está transmitiendo sobradamente con la gestualidad que le haya marcado el director de escena.
Pero es necesario reivindicar también una parcela personal e intransferible del cantante que es esta interpretación vocal, mucho más imbricada con la interpretación musical que con la escénica, pero que no obstante, excede a ambas.
Sin ella, las interpretaciones son más pobres, más planas y el texto nos resulta hueco o como sin espíritu. Aunque nos pueda apabullar la belleza de la música y del instrumento o la prestación escénica, a la larga nos terminan aburriendo por irrelevantes y naïves.
Reivindiquemos para el canto la expresión en su más amplio sentido y para Tebaldi el reconocimiento de su maestría en este arte.