juandiego escribió:
En ese mismo sentido tengo una experiencia muy reciente y es de una joven amiga de poco más de treinta años que ha ido a la ópera por primera vez este año. Ha sido en el Palau de Les Arts de Valencia, y me dijo que le había gustado más Jenufa que Don Giovanni.
No me parece nada raro que a un debutante en el teatro lírico le pueda gustar más Jenufa que Don Giovanni. La obra de Janacek es concisa, con una fuerza teatral y dramática tremendas, que atrapa y que te deja con dolor de estómago. Don GIovanni es una obra maestra indiscutible, pero llena de recitativos y de muchísimos números musicales, una obra que se le puede hacer larga a un novato y no tiene la carga de exaltación emocional de Jenufa, que me parece una ópera adecuada para debutantes. Yo la ví con 22 años y salí tan impresionado que terminé viendo 3 funciones.
Y como bien expresa el Marqués, no es contemporánea, precisamente, se estrenó en 1904. 22 años antes que Turandot.
De todos modos, en cada sitio habrá una problemática distinta. En el Teatro Real, con el que he sido y soy severo como el que más, se ha logrado una programación variada y en la que se combina el repertorio tradicional, los títulos más populares, que llenan las arcas, óperas contemporáneas y títulos de compositores emblemáticos que llevan tiempo sin programarse. Además, los repartos han mejorado y el público responde. Queda mucho camino por recorrer y títulos, que aún llevan ausentes demasiado tiempo de Madrid, pero el Real no parece ser un teatro en crisis.
De todos modos, yo que veo las programaciones de todos los sitios, desde la pandemia hay una tendencia conservadora muy clara. No logro encontrar una temporada donde no pongan Tosca, que en mi caso es una de esas óperas que no se me queman, pero claro, no la voy a ver con cualquier cantantillo camelo. Los teatros de centroeuropa tienen otra característica, son de repertorio, hay ópera todos los días y en cada temporada caben muchos títulos. Tienen, por tanto, mucho margen de maniobra, pero, por ejemplo, en la Ópera de Viena pocos estrenos y obras contemporáneas se ven. Las justas.
Esto del futuro de la ópera es un tema recurrente desde hace años y al final la ópera continúa y continuará, porque es un género fascinante, el más completo de todos y cuenta con la voz humana y no hay instrumento que cause mayor hechizo. Eso sí, en la situación actual, con una sociedad cada vez más inculta y menos propensa al esfuerzo o por adentrarse a algo con la mínima complejidad, el futuro va ligado al de la cultura en general, al menos la cultura de verdad, porque, claro, ahora dicen que el reggaeton es cultura
Por tanto, la ópera terminará cuando sobre la Tierra ya no se lea a Cervantes, no se escuche a Beethoven, no se represente a Verdi o Wagner, Buonarrotti o Caravaggio sean unos desconocidos y los supuestos aficionados al cine no sepan quién es John Ford o Fritz Lang. En ese Mundo, yo ya no viviré, afortunadamente y si lo hiciera me autoinmolaría.