Es que credulidad no pinta nada ni en la ópera, ni en el teatro ni en el cine. Como decía Hitchcock, nuestros amigos los verosimilistas, mejor que se queden en casa. Y como expresó Verdi tantas veces, y lo llevó a cabo, desde luego ("Amó y lloró por todos nosotros" como escribió D'Annunzio y reza en su mausoleo en la casa di riposo de Milán), hay que i
nventar il vero, Cuando uno se sienta en un teatro, hay que zambullirse en la historia, en su imbricación con la música. conocer y asumir los códigos estéticos de cada época y disfrutar si en el escenario hay verdad tanto en lo musical como en lo teatral. Lo que hemos hecho todos que amamos profundamente el teatro lírico desde la adolescencia, porque insisto, los códigos románticos ya no estaban vigentes a mediados de los 80 del pasado siglo y sin embargo a mí me fascinó la ópera desde el primer momento. Y desde luego, entré por la ópera romántica. No por Poro re dell'India o La mujer sin sombra, ópera que ahora adoro. En fin, normalito y apartado de la intelligentsia y filosnobismo. Empecé por la zarzuela, género popular y castizo, nada elitista, que sigo venerando, y poco a poco fui añadiendo repertorio, siempre por acumulación y con afán de conocer y devorar todo en cuanto a compositores, gestación de las obras, intérpretes...
Por supuesto que hay que venerar "al muerto", porque es un genio que ha cautivado a varias generaciones. Los directores de escena actuales son amebas ante Puccini, Verdi, Donizetti, Wagner o Strauss.
Si yo amo la ópera es por Puccini y otros muchos genios, no por Villalobos, o Tcherniakov o Varlikowski
Claro que la ópera es algo elevado, y hay que elevar a la gente, que demasiado abajo están en la sociedad inculta. mentecata, vaga y acomodada de hoy día. incapaz de esfuerzo alguno.
O debemos decir que vale igual la novena de Beethoven o Parsifal o Tosca que el reggaeton? No, lo uno es elevado y sublime, lo otro, una mierda.