Carl Tunner escribió:
Todo lo contrario. Hoy día lo rompedor es seguir el libreto.
Además, hay algunos que seguimos apreciando el buen gusto, la elegancia y el sentido estético, aunque no estén de moda.
Por eso una producción con tantos defectos y un movimiento escénico escaso como la Aida reciente del Real tuvo tanto éxito, no sólo entre el público, también entre los cantantes, que yaestán cada vez más hartos de dislates.
Uno de los mejores Wagner que he visto en mi vida y el mejor Lohengrin, fue el de Dresde con Thielemann, Netrebko, Herlitzius, Beczala con una producción más clásica imposible. Con ese elenco, esa orquesta y esa dirección musical, quién echó de menos "libertades escénicas" o "algo más". Nadie. Todos dichosos. Ese es el problema, que se aprovechan de la edad de hojalata del canto.
Donde el Sr. Gouveneur manifiesta que los registas actuales prefieren gastar el dinero en "ideas" y no en vestuario o decorados, yo pondría que prefieren que el dinero vaya a su cuenta corriente, pues ellos son los divos de la ópera actual.
Entre Alban Berg y Philip Glass yo tengo claro con quién me quedo, como músico, como artista, como pensador... como todo.
Seguir el libreto no coloca al público en una posición activa que le obligue a pensar, a cuestionarse cosas, a hacerse preguntas. Seguir el libreto (siendo la mayoría de las óperas como son) es una opción burguesa. ¿De qué nos habla COSÍ FAN TUTTE sino de poliamor, de nuevos enfoques del amor, de nuevas posibilidades de amar? Eso está en la historia pero ¿podemos hablar de eso siendo fieles al libreto? Difícilmente.
La AIDA del Real visualmente era una horterada por la que veías el dinero pasar, pero una horterada después de todo. NULO interés teatral. A mí llegó a molestarme. Con la cantidad de conflictos bélicos de los que se podría hablar a través de AIDA, poco sentido tiene seguirla haciendo en el Egipto de los Faraones y menos si (como sucedía en el montaje del Real) el resultado es SEMANA EN EGIPTO DEL CORTE INGLÉS.
Apenas hay cantanates con carisma a día de hoy como para justificar ir a una ópera por las voces. Apenas una docena. Ante esta falta de carisma, a algo nos tendremos que agarrar... Lo hacemos (lo hago) a unas puestas en escena que nos provoquen una emoción (y ojo: la incomodidad es un tipo de emoción como otra cualquiera) que cada vez se encuentra menos en las voces.
Acabemos de una vez con esa idea caduca y estúpida del arte como cosa bella y sublime. WOZZECK no tiene NADA de hermoso, ni musicalmente ni argumentalmente; y sin embargo es una de las obras más importantes de su siglo. Esto no lo discute nadie. Estamos en pleno 2023. Está bien valorar la belleza de Boticelli, de Caravaggio, de Da Vinci... pero las suyas son obras terminadas. Una ópera (lo vuelvo a decir por enésima vez en este hilo) es arte viva. No está del todo acabada hasta que alguien (de nuestro tiempo) no la suba a escena, que es su fin último. Y, por tanto, debe haber en la ópera un compromiso tanto con la sociedad actual como con la evolución natural del arte
Son obras del pasado leídas por y para el presente desde el presente.
No hay más.