Se cancela la temporada de Amics de l’Òpera de Sarrià y Òpera de Cambra de Barcelona, que representa anualmente, desde 2014, tres óperas completas y algunos recitales en el Teatre de Sarrià. Quedó a medias la temporada de 2020, dejando entre bambalinas L'occasione fa il ladro y The four-note opera de Johnson. En general, se han programado óperas que no requieren una gran orquestra (toca, con resultados más que apreciables, la Orquestra Barcelona Concertante): las primeras de Rossini, Il barbiere de Paisiello, algunas de Manuel García, Balducci, Fioravanti, Le comte Ory, Il campanello y Rita, Cendrillon de Viardot, Il matrimonio segreto... Las interpretaciones son buenas e incluso muy buenas y los montajes sencillos pero efectivos. La verdad es que la iniciativa es muy loable y los resultados, francamente satisfactorios. Al final, son un complemento casi indispensable para la programación del Liceu, con formatos que funcionan mejor en un teatro pequeño como el de Sarrià y un repertorio que, si no, no hay manera de ver en vivo.
Por defecto, devuelven el dinero de los abonos directamente, pero ya que, como tantos otros, están acusando el cierre y todo lo demás, piden ayuda y proponen a los abonados ceder la parte proporcional de los abonos (son baratitos, la verdad) para poder continuar. A cambio, ofrecen descuentos del 10 % en el próximo abono y una gala exclusiva para quienes colaboren. Si quieres colaborar, escribes y lo dices; si no, te devuelven el dinero: no al revés, como han hecho otros.
Quizás es una manera más elegante de pedir ayuda y, además, se ofrece una compensación, que siempre puede animar a quien dude. Esperemos que, pasado todo esto, puedan continuar tan meritoria y excelente labor.
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