Bueno, pues hasta aquí el Mundial de clásicos discográficos. No sé qué les ha parecido; yo confieso que, con sus cosas (sobre todo, 64 contendientes con un combate al día pasa de 2 meses, y aquí nos hemos ido casi a los 3, lo que al final se hace largo) me lo he pasado entre bien y bomba.
Creo que ha sido un Mundial bastante sorprendente, porque no parecía que fuese a ser nada wagneriano (el Tannhäuser de Solti, el Parsifal de Knappertsbusch y el Holandés de Hotter cayeron a la primera y el Anillo de Krauss y el Tristan de Furt a la segunda). Sinceramente, las contradictorias acusaciones que me han ido haciendo (de dirigismo proitaliano, antiitaliano, proCallas, antiCallas, proplumero, antiplumero, etc.) me han parecido muy divertidas, pero en la medida en que fueran en serio, las rechazo todas. Finalmente, los dilemas irresolubles (qué Ring o Rings pones, si el Don Carlo de Solti o el de Giulini, si la Butterfly de Scotto I o II o la de Freni I o II o la de Tebaldi I o II o la de Victoria I o II o la de de Callas u otra, si el Don Giovanni de Giulini o el de Klemperer u otro o ninguno) eran irresolubles.
Desde el punto de vista más Trivia, los partidos en los que el resultado ha sido volteado en los últimos 5 minutos han sido tres: Turandot-Werther en dieciseisavos (que ganó Turandot por un punto con el último voto a las 11:25), la semifinal Don Carlo-Norma (que ganó Don Carlo por 3 puntos con el último voto a las 11:25) y la final, que ha vencido el Anillo del Nibelungo por 5 puntos con el último voto emitido en el último minuto (11:59). La interpretación de las reglas, por otro lado, ha sido determinante una única vez: en el enfrentamiento Andrea Chénier-Anna Bolena de dieciseisavos de final, que ganó Andrea Chénier por 8 puntos, hubo un voto en favor de Bolena sin asignación numérica de puntos concretos, lo que se contabilizó como un punto por Anna Bolena. Un marcador más explícito hubiera podido generar un resultado distinto, pero el estado de DivaDerecho es lo que tiene, que vincula a las Divas. Podríamos sumar aquí también la caída de la Norma de Orange con la que se abrió el Mundial: estuve a punto de salvarla con el voto de calidad, pero la concesión de un plazo excepcional para un gol de oro terminó beneficiando al Otello de Kleiber.
Espero que hayan disfrutado, se lo hayan pasado bien y les haya picado el gusanillo para volver a alguna grabación clásica. Siempre serán mi estimado vulgo.
_________________ Die Wahrheit ist bei mir, Mandryka.
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