Es que ahora son muy osados y hasta quien parece tener voz para cosas más oscuras, se va al terreno del tenor lírico.

Tal el caso del señor Tetelman, quien no se deja en el final:

https://youtu.be/2L0UnmFfOLA

Horroroso (ella tampoco se salva).

Sobre Trovatore y Aida Milanov y cía


Una versión de primera magnitud por Milanov, Warren y una interesante Bruna Castagna.¿El problema?
Kurt Baum: un experto en JODER versiones que hubieran tenido a otro protagonista masculino más idiomático, más todo: dicción pésima, pésima - de primero de conservatorio y me paso - acentuación: "intendo, intendo" Siendo un tenor alemán - un fantástico Lohengrin con Traubel - qué rudo, primario era en el verdi que cantó: Trovatore y Aida.
Milanov: silencio...de rodillas todos ¡que vocalidad! como esa mesa di voce celestial en el "addio" del final de la representación.
Sólo pondría un pero que se repetirá en la versión oficial de NAXOS/RCA y en otra de 1956: En el "Vivrà!... contende il giubilo" se pasa por el arco de sus caprichos la pronunciación. Por comodidad sin duda..las agilidades las da (cadencias, trinos) pero está esta mácula que en aquella época podría pasarse pero en una grabación de estudio hoy en día, no.

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Por otra parte, es de lamentar que no haya ese Trovatore de Callas con Bjorling y la Aida de Tebaldi con Varnay como Azucena en Chicago. La Leonora de Callas...y las de Gencer no tienen ese regusto de vino viejo, pero estamos en lo de siempre: la belleza del centro vocal ya de por sí supone un placer auditivo de primera magnitud, y el dominio de su instrumento era total - para una voz de sus características - .
Aida:

Yo creo que vocalmente está mejor que en 1955 con Bjorling, aunque en el "o patria mia" no apiana como en la versión de estudio. Bien la Bruna Castagna. Martinelli, ostentóreo. El el que menos me entusiasma.

El dominio de su parte es total: desde el concertante dificilísimo del acto II hasta las filigranas y delicatessen del acto III y IV.

Por cierto: Milanov son tres los tenores que más admiraba de los que compartió escenario: Tucker, Del Mónaco y Bjorling - por supuesto -. Nunca estuvo satisfecha de su grabación en estudio de Gioconda y Forza. La culpa de la echa a Di Stéfano....jejeje.

Lo siento si soy un poco pesado. Al fin y al cabo me limito a cumplir estrictamente con el "asunto" de esta línea de mensajes...y es que voces como Tebaldi, Milanov o Traubel...voces auténticamente bellas, carnosas, con cuerpo, me entusiasman. Cierto que entre esas voces, la menos técnicas si cabe es Tebaldi, pero la belleza de su centro lo compensa todo . El poder haberlas escuchado en teatro es lo que más hubiera deseado en mi vida y sin duda, tuvo que haber sido para los que las escucharon una experiencia artística de primer orden.

(Que Milanov haga messa di voce, pianísimos, trinos, tenga una razonable coloratura, y haga escalas perfectas es hasta cierto punto razonable, pero que una wagneriana como Traubel te meta en el acto I de Tristan una messa de voce matemáticamente perfecta o un pianísimo es algo que no se ve todos los días. jeje)

Una obra muy interesante de un compositor que siempre despertó mi curiosidad. El álbum dedicado al compositor nos ofreció muchas de sus óperas a un precio irrisorio y lo aproveché.

Termino Il Trtittico salzburgués: El punto de inflexión de Suor Angelica es el imponente dúo entre la protagonista y la Zia Principessa, que determinará curso y desenlace de la obra. Y aquí se necesita una mezzo dramática o una contralto de las de antes. Y Karita Mattila es una soprano en horas bajas con la que el personaje naufraga sin remisión posible, por mucha intención dramática que le ponga. Grigorian, además, marca aún más la diferencia entre ambas con una interpretación muy notable. Un "Senza mamma" sentido y emocionante, echando el resto con todo lo que tiene para un final en consonancia.

Tal vez Lucia Popp, una de las más grandes sopranos que ha dado Eslovaquia, sea demasiado ligera para el papel, pero los agudos los borda como es natural, sobre todo en el tramo final de la ópera. La eslovena Marjana Lipovsek es una Zia Principessa como Dios manda, haciendo gala de un registro grave pleno y rotundo. Y el napolitano Giuseppe Patané nos regala una lectura exquisita y sensible de la partitura que para sí ya la quisiera Worse than Most...

Lo invito a que escuche Il Tabarro de esta misma serie de Eurodisc

¡Vaya Duque de Mantua se marca el bueno de Bjorling! Qué línea de canto, qué voz tan hermosa, tan sugerente. Desde luego, yo lo prefiero a su posterior Duque con Perlea en Naxos. Junto con los jóvenes Pavarotti - DECCA - y Aragall, son una referencia para muchos aficionados...entre los que me incluyo. Qué timbre tan solar, tan luminoso.
De reclinatorio....el arrojo, la juventud... irrepetible.

La Sayao....bueno, las críticas que pudieran caerle por parecer antigua, se diluyen al ver la fecha de la grabación: 1945. Una vez asumida la fecha y contextualizado su canto, los comentarios deben de ser admirativos.
Warren...impresionante por voz y expresión -esos dúos con Gilda! -

Trio de Ases.

Gracias por la invitación; no la conozco. Sí la de Gianni Schicchi con Panerai.

Una de las pocas óperas grandes de Benjamin Britten que me queda por ver y ya me gustaría.

PLÁCIDO DOMINGO EN BOLIVIA



Cuando supe que Plácido Domingo cantaría en Bolivia, sentí una gran alegría. Raramente se ven en dicho país artistas líricos de renombre mundial. Y aunque sea en el cada vez más lastimoso estado vocal del divo madrileño, siempre celebro que en países con menos oportunidades que el nuestro, un poco de la magia de la ópera de primer nivel (a la que Domingo pertenece) que sí vemos habitualmente en España. Ciertamente allí fue todo un acontecimiento, y un goce para mis vecinos bolivianos (para el que aún no lo sepa, soy de Perú), que llenaron el Sonilum Arena en la selvática, apacible y rica ciudad de Santa Cruz de la Sierra, motor económico del país. Gracias a la generosidad de un usuario de Youtube, podemos tener el vídeo del concierto completo, dividido en dos partes. Era la primera (y no sería de extrañar que también fuera la última) vez que el divo pisaba el país andino.

Junto a la Orquesta Filarmónica de Santa Cruz, dirigida por Eugene Kohn, habitual maestro en sus giras, la soprano Virginia Tola y dos tenores bolivianos, Diego Sarmiento Flores y José Luis Duarte, que interpretaron tres canciones locales, una junto a Domingo.

A los pocos meses después de verlo en el Real, Domingo sigue utilizando su carisma, sus tablas, y las fuerzas que le quedan para seguir haciendo giras y manteniendo una actividad tan ocupada como en sus mejores tiempos. Naturalmente, la voz ya no está ahí, aunque aún le queda algún sonido, algúnos restos identificables de lo que fue una voz gloriosa, que sigue usando inteligentemente, al menos lo suficiente para cautivar a los dominguistas. De nuevo Domingo calienta (y no puedo descartar que sea la primera vez que en Bolivia, se escuchen esas arias) con las ya manidas por él Nemico della Patria y Pietà rispetto, arias en las que usa los restos de ese timbre viril y notas unidas de la mejor forma posible, aunque ya le cuesta llegar a eso. No obstante las tiene mejor preparadas que el dúo del Trovatore Mira di acerbe lagrime, donde por mucho que se esfuerce en sonar como un barítono, el timbre tenoril emerge.



La segunda parte está dedicada a la zarzuela y a la música en español, de las que era y es el mejor embajador que puede tener. Se atreve con dos de sus romanzas más interpretadas, Luché la fe por el Triunfo y No puede ser, donde más se esfuerza por sonar aún gallardo. Pero también son momentos donde parece quedar en evidencia que la dificultad de estos números hace que recurra más al parlato que al canto. Ya tuve esa incómoda sensación en el Real y la vuelvo a tener en una primera escucha. Y es muy triste cuando se le compara con él mismo cantando zarzuela en esa gloriosa gala escenificada en Nueva York hace veinte años, donde se marca una Jota de la Dolores de ponérsele a uno los pelos de punta. No hace falta decir que se mete al público en el bolsillo cantando Morena de mi copla, Granada o el Torero quiero ser de El Gato Montés, en la que se pega un baile con la soprano de turno, ya sea Yoncheva o Virginia Tola.

Virginia Tolá tiene una voz oscura para los momentos más ligeros, y lírica para los más dramáticos. Y eso se notó en una versión del Io son l'umile Ancella en el que se pasa de oscura y un De España Vengo en la segunda parte, donde sale a relucir su parte más lírica, obteniendo aquí un gran éxito. Los tenores bolivianos hacen lo que pueden, aunque en las arias de ópera uno suene demasiado vociferante y el otro demasiado lírico. De hecho, en el dúo de los Pescadores de Perlas, Domingo se devora al tenor boliviano. El otro cantó Vesti la Giubba, pero con un timbre demasiado lírico y hasta gritón.

Por los comentarios en redes deduzco, por los bravos de la gente, y los reportajes en la televisión boliviana, que los bolivianos estaban más felices que un regaliz. Y ya por eso siento que vale la pena, pese a que este concierto, como cualquiera de los nos queden por ver con él, ya es más una glorificación y una celebración de la carrera y del mito de Plácido Domingo que de disfrutar del estado actual de su voz se refiere, porque ya queda muy poco que celebrar.

Y sin embargo, reconozco que me habría gustado compartir con ellos esa alegría. Incluso, que si en el próximo Universal Music Festival en el Real hubiese una actuación de Plácido, hasta me plantearía volver. Es lo que tiene ser dominguista...

Domingo no va a retirarse, y lo único que podemos hacer sin entrar a juzgar, es dejar que disfrute y que haga las giras que quiera mientras pueda, siendo el mito que es, y que incluso sus admiradores más irredentos y mitómanos, sigamos disfrutando de oportunidades de verle.

Otra joya del MET.
Recuerdo haber leído - no sé dónde - que la Grande Stella se quejaba de la forma de trabajar del MET de Bing a Mitrópolus y éste dijo - más o menos - que ellos eran los trabajadores y el MET los patronos:
La cita no es literal pero refleja mucho el carácter del americano: pragmático - la polémica del derribo del viejo MET y hacer ese mastodonte que incluso dicen que acaba afectando a los cantantes que han cantado en él, es un reflejo, un ejemplo, un paradigma - y punto...¿cómo se les ocurrió cortar la bellísima intervención del coro al final de la ópera, en la escena de la "apoteosis" o el aria fantástica de Margarita del comienzo del Acto IV? Se explica únicamente por razones extramusicales...no encuentro otras razones.
Cast:
Direttore d'orchestra: Fausto Cleva

Faust: Jussi Björling Tenor de corte lírico en un papel para tenor lírico. Con eso está todo dicho. A veces da la sensación que no sabía francés, pero aún así, logra subyugarnos por el oro de su centro y la seguridad en todo su registro. Lo comparo con otro Faust - Corelli- y las diferencias son importantes. El italiano con un legato pesante, ampuloso y un italofrancés y el sueco con un timbre más luminoso, y un francés que sin ser modélico es si cabe un poco mejor, aunque en los dos lo más destacable es lo vocal: no consiguen que me olvide de Di Stéfano del 1949 o sí...lo digo...del Fausto de Bonisolli que cantó en el MET en 1971.
Marguerite: Dorothy Kirsten soprano yankee con un francés modélico. Un timbre claro, hermosísimo y una fantástica caracterización de este personaje tan...sosito? Sutherland en vocalidad se la come, pero la dicción de Sutherland y su caracterización es más genérica aunque elegante y fina, y la voz en su grabación de DECCA no suena tan joven como las de la Kirsten o la de De los Ángeles en sus dos grabaciones integrales.
Méphistophélès: Cesare Siepi Por voz yo lo pongo detrás de Chiuarov de DECCA-Bonynge pero la caracterización hace que adelante puestos al búlgaro: histrionismos los justos.
Valentin: Frank Guarrera La gran sorpresa. La escena de su muerte es una maravilla en todos los órdenes.
Siébel: Anne Bollinger
Marthe Schwertlein: Thelma Votipka
Wagner: Lawrence Davidson

Chorus and Orchestra of the Metropolitan Opera House

Metropolitan Opera House
New York - 23 dicembre 1950

Hay aficionados que prefieren al Bjorling del 1949 con Italo Tajo...yo no....porque prefiero a Siepi. Los actos IV y V hipercortados. Sonido correcto aunque a veces las voces predominan demasiando, como en el dúo del Acto III.

Trío de Ases

Curiosamente los cantantes italianos por llamarlo de alguna manera serios, se caracterizaron después de la segunda mitad del siglo XX a cantar pocas temporadas en el MET, por las maneras del teatro, que no creo tuvieran tanto que ver con cortes en la partitura, que salvo que fuesen momentos cumbres solistas, más bien favor que les hacían.

Era más la gestión personal.

Ahí están los casos de Renato Bruson que siempre ha realizado comentarios políticos cuando le pregunta por su paso en el MET, Cappuccilli que cantó solo una función - debut y despedida - , Mariella Devia que participó pocas temporadas y así tantos más.

En cambio siempre se han referido en términos elogiosos, a su paso por las Óperas de San Francisco o Chicago.

Años después, concretamente ahora, cualquiera canta en la Gran Manzana, aunque haya debutado el año anterior y tenga serias lagunas técnicas y se acomoda a lo que le pidan.

Dos de los escasos recuerdos musicales que tengo de mi padre son su pasión por Carlos Gardel -que he heredado- y la que sentía por Celia Gámez. Tengo oído en casa que cuando se la encontró en un aeropuerto la actitud de la Gámez fue tan descortés que el mito se rompió.

Iba yo buscando una Tosca de ¿1967? dirigida por Patané padre y con Domingo como Cavaradossi, pero me topé con esto y he decidido volver a escucharlo...