Es así. Obra superior.

Yo comprendo casi todas las manías de los aficionados en cuestión de gustos, y raramente me escandalizo.

Uno de los pocos casos en los que me escandalizaría, si no fuera porque la lista de espera de cosas que merecen de verdad el escándalo en nuestro mundo es tan extensa, es el de esta obra, mayormente cuando compruebo que hay tantos aficionados que perdonan la vida a esta maravilla, como si fuera una obrita frágil y ligera; quizás sea porque eso del diálogo en alemán no les parece serio o les aburre, no sé (aunque con Fidelio no parece que haya tanto problema).

Ya esto es una predilección personal, y entiendo que es un exceso, pero la disfruto más que el Don Giovanni.

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Hace mucho, mucho tiempo...

Y llega el maravilloso cuarteto,(Ach, Belmonte! Ach, mein Leben!) donde pasa de todo: de la inmensa alegría, imposible de expresarse, tras tanto dolor los amantes pasan al plan para escapar, lo que les exalta aún más. Sin embargo, las dudas se encuentran en los corazones de los jóvenes Belmonte y Pedrillo, sobre la fidelidad de sus damas. No se atreven a preguntarlo, pero poco a poco las preguntas de ellas les animan y revelan, entrecortadamente sus celos; la tristeza cae sobre Kostanze y la ira en Blonde que lo soluciona pronto(una bofetada). Los jóvenes se dan cuenta de su error y piden perdón a las jóvenes, airadas e indignadas ante la sola sospecha de la infidelidad.

CONSTANZA, BLONDE
¡No toleraremos las dudas
y sospechas que nuestro
honesto proceder despierta
en estos hombres!

BELMONTE, PEDRILLO
¡Si las mujeres protestan
por nuestras dudas,
significa que son fieles
y están libres de todo reproche!

Se unen las voces en un lamento; las mujeres porque han de ser creídas, su sola palabra basta y los hombres apesadumbrados por dudar de ellas; piden perdón y finalmente ellas lo conceden(anticipándose al perdón de la Condesa en las Bodas...). La alegría regresa, aún más exultante, pues han vencido sus temores y todos ya confían en si mismos y en ellas.

¡Todo ha pasado!
¡Viva el amor!
Sólo él debe permanecer,
y que nada vuelva a encender
el fuego de los celos.

No se puede expresar mejor en música, ¿no es cierto?

Sigo profundizando en mi relación con John Adams.

Es probable que nadie se atreva a mentarla como su obra preferida. Pero seguirá ahí, como un humilde cofre mágico cerrado, esperando a que se tropiece con él cualquier incauto, lo abra y piense: "anda, yo pensaba que eso de la ópera no era así"

Compuesta a mayor gloria del hermano lo cierto es que es lo suficientemente efectista para que la gente ovacione con entusiasmo.

De vez en cuando lees en eset foro alguna recomendación como hice yo en su momento con este DVD y se te descubre una ópera preciosa y una grabación excelente. Recomendabilísima tanto por la calidad musical per se como por la versión escenográfica, muy acertada y preciosa para su visionado. No es una ópera para niños pero ellos la pueden ver. Es un tema infantil pero los viejos la podemos disfrutar. Aquí descubrí a Jonathan Dove y ahí sigo, haciendo mis pintios.

Anoche escuché a la mezzo Lena Belkina en un recital belcantista bajado del podcast de Radio Clásica. La impresión es que se trata de una joven intérprete muy interesante. Voz de bello timbre, agudos impactantes, buen sentido del legato y sólo alguna leve imprecisión en la coloratura del rondó final de “La Cenerentola”. Recuerda bastante (quizá demasiado) a la Garança ¿su modelo?. En fin, que me ha gustado mucho. Por ello, mi sorpresa ha sido grande cuando he leído que, hace 6 años, con motivo de un “Onegin” en Les Arts, escribí esto: “Lena Belkina (Olga). Voz de escasa presencia, sacó adelante su papel sin hacerse notar demasiado.” Ya se sabe que el volumen es la característica más difícil de apreciar en disco por las manipulaciones a que se somete. He visto que también hizo un Cherubino en el Real, por lo que me gustaría que algún forero que la recuerde expresara su opinión sobre este aspecto.

Una obra de 2007 que juega con el pasado, mezclándose en la acción Otello y Desdémona, Despina, Goldoni o el mismo Shakespeare. Destaca Barbara Hannigan, que es un animal escénico imponente.

Aprovechando el compositor del tirón de su nombre como director de orquesta ha conseguido que Deutsche Grammophon le grabe sus dos óperas -hasta donde se-, a saber, A Streetcar Named Desire y la que nos ocupa, Brief Encounter. Esta es más rutinaria que la primera, previsible en su desarrollo dramático y, como tantas óperas contemporáneas estadounidenses (este título es de 2009), de fácil escucha y escasas audacias rítmicas.

Reconozco que hasta hace unos poco dias desconocía la existencia de Sylvio Lazzari, compositor francés de origen austro-italiano y, por ende, de esta ópera. La sorpresa al adquirir el ejemplar ha sido grande por varias razones. La grabación está hecha en Paris en 1944 por lo que la suponía hecha en los últimos meses, teniendo en cuenta que la liberación de la ciudad de la ocupación nazi fue en agosto del mismo año. Pues bien, la misma es de junio así que todo un reto abordar esta grabación durante la ocupación y más aun al final de la misma.

Por otro lado la ópera, realmente breve, de apenas 75 minutos, es interesante así como las voces que en ella aparecen y que en mi ignoracia, desconocía todas ellas. A destacar las dos principales, a saber, la soprano Marisa Ferrer (1902-1972) y el tenor Charles Fronval (1903-1982). Aquí, información del tenor: http://forgottenoperasingers.blogspot.c ... -1903.html

En su momento fue visita obligada por aquello de aprovechar para ver esta infrecuente obra wagneriana. Incluso creo que escribí que disfruté de la velada. Ahora, desde el DVD, podemos advertir mejor aspectos escénicos y el juego que se traen con el uso de las tecnologías en la puesta en escena, lo que tampoco me parece mal. Eso sí, las carencias vocales quedan más en evidencia.

Algo ligero para acompañar un bochorno insportable. El mismo Franz Lehar decía que esta obra no gozaba de la inspiración de otras y, modestamente, creo que es así. Música bonita pero intrascendente.