Tiene su punto la obra aunque considero más interesante la otra que conozco del compositor, Joseph Merricl, the elephant man. Eso sí, me ha llamado la atención que esta grabación supuso el estreno de la obra (2008) porque su escenificación no se produjo hasta años después, en 2018 y en Polonia.

Obra del 2000 compuesta especialmente para la gente joven que tiene una duración que no llega a la hora. Tiene la pinta de ser un punto irreverente.

Vaya, todo un descubrimiento esta ópera radiofónica de Werner Egk. Parece ser que esta ópera sufrió distintos cambios durante dos décadas pero la originaria elaboración estaba pensada para su transmisión radiofónica, de ahí que incluya textos a narrar en modo radiado. La música tiene su aquél y lo cierto es que ha sido una grata sorpresa. La versión discográfica está dirigida por el mismo compositor.

Para mi vergüenza esta es la primera vez que he escuchado esta obra, de la que en este foro más de un miembro ha hecho loas tanto a funciones en directo como a grabaciones. La tenía en mi debe desde hace mucho tiempo pero por una cosa o por otra -una de ellas lo imposible que estar conseguir la grabación de estudio de Decca que se publicó dentro de la legendaria pero breve colección Entartete Musik- se me había quedado atrasada. Pues bien, objetivo cumplido y aunque habrá que oírla en más ocasiones, stamos ante una estética que me apasiona. La grabación, como casi todas las de Orpheo, es en directo y se escucha muy bien. Una obra a profundizar.

Impresionante función esta de 1965 en el Teatro Colón bajo la batuta de Previtali con Nilsson, Caballé, Usunov -en mi opinión el mas flojito- y De Narké, estupendo bajo argentino, que cantara y grabara mucho en España, como Timur. Hay que reconocer la calidad del sonido remasterizado de Whalhall y la del coro y orquesta del teatro bonaerense. Estas cosas ya no se hacen, por desgracia.

Así es. Tuve la suerte de ver/escuchar a la Nilsson en Turandot algunos años después, junto a otra estupenda Liù, Mirella Freni.

Primera escucha de esta tetralogía que proviene de tomas del MET neoyorkino de enero y febrero de 1951. No hay una apuesta clara por un reparto uniforme de tetralogía y así, hay dos Wotan, dos Brünnhilde, pero eso sí, ¡vaya voces!
Comenzando por Das Rheingold, imponente Hans Hotter como Wotan, libidinoso Set Svanholm (Loge) y algo ligero el Alberich de Lawrence Davidson. La parejade gigantes (Ernster y Hines) está muy bien y muy poderosa la Fricka de Margaret Harshaw. En términos generales el reparto del prólogo es de muy alto nivel.

Die Walküre tiene un Siegmund de prestigio, Günther Treptow, aunque he de reconocer que su timbre nunca me ha resultado atractivo. Imponente Kirsten Flagstadt como protagonista y no menos el Wotan de Ferdinand Frantz o la Sieglinde de Astrid Varnay. En esta ópera hay un cambio de tensión en el sonido del acto III demasiado evidente.

El protagonista de la segunda jornada es un Set Svanholm bastante mejor en el dúo final que en sus momentos con Mime. En realidad hoy en día pagaríamos oro por escuchar una voz así pero lo cierto es que en sus encuentros con el enano su voz que algo velada aunque en el momento final se recompone y acaba como un campeón. Helen Traubel tiene una voz de color precioso pero en la franja aguda las pasa canutas y unas veces omite las notas peliagudas y otras desafina de forma clamorosa; eso sí, muy artistaza a sus 52 años. La amplificación del Fafner de Deszö Ernster queda bastante chapucera y muy extraño –a mí no me ha gustado- el color de la Erda de Karen Branzell.

De Götterdämmerung apuntar que el papel principal, Hagen está servido por Deszö Ernster con cierta modestia; le falta ese punto de maldad infinita que desprende el personaje. Helen Traubel vuelve a tener problemas en la zona aguda durante la ecena final de la tetralogía, con problemas de afinación demasiado evidentes pero tiene mucha inteligencia para solventarlos o al menos disimularlos. Un veterano Herbert Janssen, a la sazón con los sesenta cumplidos, es un lujo en el Gunther, impecable la Gutrune de Regina Resnik y Set Svanholm, a pesar de que no es un tenor específicamente heroico, es un Siegfried muy bien plantado.

La partitura tiene bastantes cortes y cabe en una versión de 11 CD; la obra más afectada por las amputaciones es la última, sobre todo en su primer acto. Finalmente, Fritz Stiedry (desconocía que había sido colaborador del Gustav Mahler director en Viena), aquí ya septuagenario, tiene momentos de gran belleza y ritmo –la Trauermusik de la última jornada, por ejemplo- junto a otros de una morosidad difícil de entender, sobre todo en el prólogo. Las tomas, supongo que radiofónicas, tienen momentos de audición poco agradables y algunas caídas de tensión pero en términos generales se escucha muy bien. Esta tetralogía no estaba en mi radar hasta que la encontré por el mundo virtual a un precio irrisorio y aunque tenga sus limitaciones, e alegro de haberla adquirido.

Si hay una voz wagneriana que amo es la de Helen Traubel, pero no, señor Martti: no puedo dejar de señalar que tiene algo que entiendo que hace que la valoración de su arte caiga varios enteros:
Tú no puedes obviar deliberada y reiteradamente un agudo escrito por Wagner "por la face" No señora. Eso no es serio, en el fondo pienso que es no ser todo lo profesional que se espera de una soprano de primer nivel. Se admiten carencias, fallos, despistes textuales...¿pero ésto? Yo lo encuentro intolerable. Claro que todo ésto se ve acudiendo a su biografía, siendo una mujer super original, pero que nunca dio lo que podía haber dado, y material tenía para ponerse si no en lo más alto, casi (recuerdo esos pianísimos y esas messa di voce! en su Tristan bonaerense emitidos con una facilidad insultante)

Estas dos Brunildas (la de la Walkiria es otro cantar - con Varnay y Melchior -) son para mí muy decepcionantes. Si no puedes con la Brunilda más aguda (la de Sigfrido) pues no la cante usted, pero si la canta....a saco, preferible - bajo mi modesta opinión - un agudo chillón o calante que uno omitido porque sí.
Vamos...que prefiero la Brunilda de Siegfried cantada por Berit Lindholm en 1970 junto a Cox.

Ópera en euskera destinada al público infantil y que a mi sobrina le encanta escuchar.

Siempre es un placer escuchar el poco Verdi que cantó Gruberová (Gilda y Violetta Valery principalmente) ya que el despliegue vocal de la soprano en esta grabación es inigualable. Aún estoy esperando a una soprano que file, apiane, emita esas mezza di voce matemáticamente perfectas con una naturalidad que da hasta "coraje" y presente un fiato inagotable como el suyo, la cual, con un solo aliento tiene frases como:
Addio, del passato bei sogni ridenti,
Le rose del volto già son pallenti;
o
Le gioie, i dolori tra poco avran fine,
La tomba ai mortali di tutto è confine!
Vocalmente es - por lo menos y así lo veo - un milagro, un fenómeno vocal plasmado aquí en toda su suntuosidad. Todo lo que se diga es poco: un diafragma de pedernal, una coloratura en el acto I estupenda con una dicción fantástica. No aparece aquí esas notas fijas, que a un servidor le desquician, de los años noventa o dos mil. Y es sorprendente, puesto que estamos en febrero 1992.
El plano interpretativo, por muy bueno que fuese, no puede estar al mismo nivel de calidad que el puramente instrumental - lógico por otra parte - y sin ser un hielo como Joan Sutherland ( soprano que vocalmente es en el acto I igualmente de brillante) y sin la genialidad de Callas, Olivero... hace y crea un personaje creíble y con momentos realmente emocionantes, llegando a una matización del texto ya casi maniática, caleidoscópica, siendo si se puede decir, su Violetta una Violetta expresiva, dotada de vida, pero "gruberoviana" o si se me permite: manierista.

yo creo que que su Traviata en CD, hay que conocerla, por su original concepto. Una Grande.
Por lo menos, yo así lo veo.

Bueno, Zancanaro y Shicoff no lo hacen nada mal y hay que complementarla con el video que es sobre la base del mismo material, con el tenor sudando a mares.

Hay que ir preparando el inmediato debut de esta ópera straussiana.