Eso está claro. En la Ópera, si fallan los cantantes, falla todo. Y si, encima, los responsables de "atraer nuevos públicos", "acercar la Ópera al público actual" y todas esas sandeces que se dicen, son un hatajo de iluminados, ya ni te cuento.

Es lo que pasa cuando vas al teatro y ves a un tipo gritar "derribaré el altar impío de los druidas" mientras blande un fusil. Que o eres un incondicional o te chirría tanto que no puedes tomarte la obra en serio. La escena tiene que estar al servicio de la obra, con libertades si acaso pero no puede ser que haya "entendidos" que lo mismo me digan que Corelli hacía el "Vittoria!" demasiado largo para las exigencias del drama y al mismo tiempo juzgan "brillante" una escena penúltima de Don Giovanni con mafiosos con automáticas, un Comendador de chaqué con una flor en la mano y un Don Giovanni que se escapa entre risas.

Vamos, en mi modesta opinión y después de recabar unas cuantas opiniones de conocidos míos, si quieren atraer al público joven, hagan caso a los autores, que con algún talento compusieron toda la ópera y no sólo la partitura.

A mí me parecía especialmente divertido en la Walkiria de Carsen, la que vimos en el Liceu, que Sigmundo buscara desesperadamente una espada, cuando todo el escenario estaba lleno de kalashnikovs y otras armas de guerra.

También alguien me podrá explicar por qué el Gotterdammerung del Liceu y en el último de Bayreuth no sale Hagen en la última escena diciendo las palabras finales de toda la tetralogia "Zuruck vom ring", aunque sea fuera del escenario y en off ¿por qué les molesta tanto este pequeño detalle, que no es más que una guindita del pastel en la que por lo menos nos llevamos la satisfacción de ver al archivillano ir al fondo del río?

Por otra parte, estaba mirándome la programación de ópera de Cinesa y vi que emitirán el Parsifal, que siempre me apetece ver (con alguna cabezadita en algún momento, lo reconozco) pero cuando comprobé que era el de Guth, que ya hemos visto en el Liceu y en el Real y que es narrativamente un disparate, ya que lo que cantan y lo que explica la ópera es totalmente diferente de la acción en escena, y es una traición absoluta al mensaje del autor, obviamente decidí no ir... ése sí que es un mal de la ópera....

Es que además, en Wagner, por lo que lo vengo escuchando, no hay casi nunca otra ambientación posible que la original. No suelo ser categórico, pero si alguien me dice que la obertura de Parsifal no le hace sentir bosques, griales, brumas, castillos y armaduras... sino nazis con metralletas...

Otro mal más.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/ ... 93348.html

Plácido Domingo.

Los tres tenores han sido un elemento de distorsión de la percepción de la ópera por el gran público, y quizás, es uno de sus males.

No empecemos a desbarrar, por favor "plis"...

Yo ya lo he explicado algunas veces. Estos señores transmitieron un mensaje (una estrella con estar encima de un escenario, ser reconocible y dar lo que sus incondicionales esperan que dé) que ha ha sido muy negativo.

Muchos aficionados y unos cuantos cantantes han manifestado que entraron en esto de la música clásica gracias a Los Tres Tenores. Si descontextualizando la ópera, y sacándola fuera del sacrosanto teatro , al espectador se le da un rato de disfrute y le permite familiarizarse con este género, el saldo me parece muy positivo. Además no nos olvidemos que Pavarotti, Carreras y Domingo no inventaron esto de llenar plazas y estadios. Ya se hacía muchos años antes, aunque no a esa escala planetaria, para deleite de mucha gente y no por ello se acabó el mundo.

Abundando en lo que dice nuestro estimado y cabal Chino, hay que recordar aquella desastrosa gira (en términos artísticos) que realizaron Callas y Di Stefano -luego emulada por Tebaldi y Corelli- porque él estaba fatal de dinero. Y allí quedaron expuestas, para la posteridad, las miserias canoras de ambos; eso sí, la publicidad que tuvo mundo de la ópera fue inmensa. O sea, que no hay mal que por bien no venga. Pues lo de los tres tenores lo mismo.

Además, se puede afirmar que los dos primeros conciertos mantuvieron cierto nivel. Luego la edad al lado de otros factores, vinieron a trastocar el asunto hasta extremos nada deseables.

Basta repasar en YouTube algunos conciertos que no tuvieron difusión mundial, donde el estado vocal y física ya da pena respecto de algunos, pero ahí estaban llenos los recintos.

Aún ahora, en todo evento deportivo de alguna repercusión mundial, aunque sea con calzador meten una figura de la lírica.

Los conciertos de los tres tenores pueden gustar más o menos en lo artístico y lo vocal, pero me parece de un elitismo imponente criticarles por hacer llegar la ópera a gente que en la vida se va a pagar un viaje a Bayreuth para ver cuatro horas y media de Parsifal con los caballeros del Grial vestidos de nazis. Los tres tenores no han causado que ni una sola persona deje de ir al teatro, a muchos sin embargo les han convencido de ir. ¿Que distorsionan el concepto de ópera? A mí me da mucha alegría ver a una señora en el bus tarareando el Nessun dorma con los cascos puestos, aunque crea que es "una canción de Pavarotti". Me importa que a la gente le llegue y le emocione, ¿que tienen conceptos confusos o "no entienden la ópera"? ¿Y qué se supone que entienden los entendidos que tanto eleva su disfrute sobre el de la señora del bus -verídico-? Aquí, salvo los que son profesionales de esto, el más entendido es un ignorante, dicho con humildad y no con desprecio.

Bueno, pero es que mis críticas van dirigidas exclusivamente al aspecto artístico y vocal de aquellos eventos, que es el que me interesa, y en el que afirmo que contribuyeron a degradar el nivel necesario para que un cantante se presente ante el público (empezando por el microfonito).

Lo demás se lo está inventando usted.